El febril reencuentro de Criminal y sus incondicionales de Rancagua

Anton Reisseneger aviva a una marejada de fanáticos exigiendo al máximo a su áspera voz. En la angosta tribuna un público transversal, compuesto por chicos que recién abrían los ojos cuando la banda lanzaba su primer álbum y de hombres crecidos que casi hallan en ellos la única conexión con una adolescencia lejana e indisciplinada, clama al unísono “¡Criminal, lo más grande!, como si aquella fuese la última presentación de rock sobre la faz del planeta.

Lo de Criminal fue una catarsis colectiva. Entre el afiebrado público parece que impactaron fuerte los promedios rojos, las reducciones de personal y la vociferada crisis económica, porque el show ofrecido por la veterana banda chilena avecindada en el Reino Unido fue el escenario perfecto para la liberación de una elevada dosis de rabia en un espectáculo que exudó energía. Y es que a todo lo anterior también se suma el reencuentro con el público rancagüino después de una década sin fechas en la ciudad.



De a poco la concurrencia perdió la timidez y comenzó a aproximarse al escenario. Mantuvo cierta distancia con Aborigen, el grupo que abrió el show, pero con los trasandinos Jesusmartyr sobre la plataforma la asistencia olvidó cualquier atisbo de desgano. Una década de trayectoria en sus venas, dos giras europeas y una reputación que los sitúa dentro de las mejores bandas de metal extremo de Sudamérica fueron el prominente currículum para su debut en Rancagua.


Pero los actos de soporte fueron el entremés de lo más esperado de la noche. El clímax sobrevino con la subida al escenario de Anton, líder natural de la banda, el guitarrista Rodrigo Contreras y la mitad británica del cuarteto: el bajista Dan Biggin y el baterista Zac O’Neil. A esas alturas la venta de unos 200 boletos, todo un récord para recitales locales, se advertía en el aire abrasador respirado al interior del Pub Golden Active y la invisible línea divisoria entre público y escenario.

– Criminal emigró a Europa porque percibió que ya no podía hacer más en Chile, ¿crees que la decisión les ha reportado los dividendos que buscaban?
– Europa es un mercado súper difícil y competitivo, porque hay millones de bandas tratando de agarrarse de alguna parte, pero yo creo de a poco hemos logrado un sitial. El último disco tuvo críticas increíbles y hemos tenido la oportunidad de tocar con bandas grandes como Six Feet Under y Lamb of God, además de participar en festivales.

– ¿Piensas que de haber permanecido en Chile no habrían alcanzado todos esos logros?
– Yo honestamente pienso que si hubiéramos estado en Chile ya no existiríamos. Si no ves resultados y te empiezas a dar vuelta en lo mismo, también la gente se aburre de ti. No tiene sentido. Es nuestro caso, pero yo creo que cualquier persona, si se mete en una cierta rutina, al final se frustra y no tiene motivación.

Jesusmartyr anticipa 40 intensos minutos de show en Rancagua

Nunca han tocado en Rancagua, y quizá por la euforia de presentarse en una ciudad poco habituada a recibir a bandas que no sean chilenas prometen un show de máxima intensidad. Allende Los Andes, a pocos días de arribar a la capital pra iniciar la gira que los tendrá como teloneros de Criminal, en el tour promocional del nuevo álbum de los nacionales, Sebastián Barrionuevo, guitarrista de Jesusmartyr, conversó con Ciudad Metal para brindar detalles de la tocata del miércoles 14 de enero en el Pub Golden Active

– Tocarán en varias ciudades además de Santiago, ¿cuán importante es para ustedes la descentralización de los escenarios?
– Vamos a estar en Buin, Rancagua, Santiago y Valparaíso. Es buenísimo que cada vez haya más lugares para tocar y nosotros súper felices de conocer nuevas ciudades.

– ¿Tienen un nexo especial con Criminal o sólo los une el tour?
– Hace como dos años, cuando estábamos buscando sello para editar nuestro último disco “The Black Waters”, escribimos a Metal Blade. Anton estaba en el sello y nos dio una mano para mostrarlo y desde ahí quedó una buena onda. El tour de ahora lo esta armando el mismo promotor que nos llevó a nosotros el año pasado. Nos invitó a participar y no lo dudamos. Es una buena oportunidad de mostrar a Jesusmartyr en Chile.

– ¿En qué consistirá su show en Rancagua?, ¿qué puede esperar la gente que asista?
– Va a ser un show de unos 40 minutos sin descanso, sin parar un segundo, con muchos huevos. Esperamos verlos a todos ahí haciendo el aguante. ¡¡¡Un abrazo!!!!!!! Un saludo y nos vemos en Rancagua.

Alejandro Silva se nos pone thrash


Su figura impresa en los afiches de una conocida marca de instrumentos musicales, empuñando una guitarra como si fuese una espada medieval, seguro animó a muchos chicos a exigir un pack para principiantes esta Nochebuena. El chileno más cercano a un héroe en las seis cuerdas renovó la pasión por el rock ante un público que hubo de acomodarse en un espacio reducido en dimensiones, pero ávido de apreciar el espectáculo de quien ha compartido escenario con ejecutantes tan célebres como Joe Satriani.

Tras años de ausencia en el circuito local, el afamado guitarrista hizo hervir un recinto que dejó de manifiesto cuan incondicional y heterogénea es su hinchada. La veneración a su talento atraviesa generaciones: en su auditorio hay desde adolescentes febriles que recién se introducen en el cosmos del rock y muchos adultos que no terminan de sorprenderse con las habilidades de quien también ejerce la tarea de docente e ingeniero de sonido de sus propias producciones.

En un grito de batalla ya enarbolado en otras ciudades, el ídolo declaró la guerra al reggaetón en un llamado a promover la diversidad de géneros y no estancarse en estilos que el tiempo termina por demostrar son de carácter desechable. En la jornada ofreció un adelanto de su próximo álbum, en donde anticipa un giro estilístico desde el virtuosismo del heavy a la dureza del thrash. A ello se abocará en el tiempo que le dejen la segunda versión de la Cumbre del Rock Chileno y un ciclo de tocatas veraniegas programado para febrero en un local capitalino.

– ¿Hace cuánto no venías a Rancagua y qué te pareció la reacción del público?
– Nosotros no veníamos acá como hace tres años. Igual ha pasado harta agua bajo el río en este intertanto. Me pareció bien. Es un local relativamente chico, pero vino harta gente, se veía bien llenito, estaban todos súper prendidos. Yo creo que lo pasaron bien y nosotros también lo pasamos súper bien.

– Durante el show interpretaste algunos temas inéditos, ¿que nos puedes adelantar respecto a esa cuarta producción de estudio?
– Ahora estoy trabajando en los temas. Tengo unos pocos listos, que no están realmente listos, pero son las maquetas más o menos presentables. Tengo hartas ideas. He estado grabando solo, no he trabajado con la banda la mayoría de las cosas. Algunas las hemos visto y se viene súper pesado. Estamos trabajando harto con siete cuerdas. Menos punteos y más riffs. Estamos con ganas de hacer un disco bien fuerte, medio thrash.

– ¿Qué les aconsejarías a los chicos que cuando te escuchan sueñan en convertirse en héroes de la guitarra?
– Dedíquense a otra cosa y ganen plata. Codelco la lleva, (ríe). Les recomendaría que hagan algo original. Que se guíen por lo que existe, pero que traten de dar un paso adelante. Esa es la idea. La música va evolucionando. Lo que estamos haciendo ahora, como decía arriba del escenario, debe ser una referencia para las personas que vienen después. Ellos tienen que ser mejores que nosotros. Hay muchas bandas de cover, acá se usa mucho. Hay que hacer el esfuerzo de componer, aunque cueste al principio, aunque de repente el medio sea ingrato con las cosas propias.

Japoneses de Monoral regalaron un inolvidable show a sus fans chilenos


Los chicos de Monoral regresan al país del sol naciente con la mejor de las impresiones. En el último rincón del mundo, donde la Navidad no es blanca y en estas fechas la bebida reina es el mote con huesillos, un fervoroso grupo de fanáticos les acompañó durante las fechas de Valparaíso, Concepción y Santiago. Lo que hace un par de años hubiese sido una idea extravagante, la de convocar a grupos de países tan distantes como Japón, comenzó a cobrar sentido luego de que Miyavi abriera la puerta para otros artistas de ojos rasgados.

Anis Shimada y Ali Morizumi, cerebro y espíritu de la banda formada en Tokio a principios del milenio, cerraron el episodio chileno de su gira latinoamericana en el Super J Live, la cita obligada de todos los fanáticos locales de la música japonesa y que este año de manera inédita incluyó en la parrilla, habitualmente construida en torno a bandas tributo y agrupaciones inspiradas en el llamativo movimiento oriental, un grupo proveniente del país de sus fantasías.

El público aguardaba expectante la aparición de Monoral. Y la banda respondió las genuinas muestras de afecto de la audiencia chilena ofreciendo un show sólido, impecable en lo instrumental y algo que a veces resulta más importante a la hora de los balances, inolvidable desde el punto de vista emotivo. Si en la mayoría de los géneros sospechamos que ésta será la única oportunidad de escuchar en vivo a nuestra banda favorita, en este caso los asistentes comprendieron que se trató de una cita casi irrepetible.

En la misma lógica, Anis y Ali se manifestaron cercanos en la presentación misma. Ni siquiera hubo vallas que separaran al público del escenario que los músicos pisaban. La proximidad continuó en la sesión de firma de álbumes para los fans que adquirieron boletos de veinte mil pesos para compartir unos segundos con la banda. Una extensa fila de fanáticos aguardó de manera ordenada su turno para el autógrafo de los discos y ese contacto tan breve como perenne.

Si Radiohead, Pearl Jam, Soundgarden y Portishead se hubieran emborrachado, follado locamente y parido dos vástagos, ¿no sonarían acaso como Monoral? La verdad es que la descripción de Myspace responde de manera bastante acertada al sonido que esta neófita en la materia descubrió la tarde del sábado último. Se extrañó una mayor definición de cada instrumento, pero quizá la acústica del recinto no es la óptima. En cualquier caso, la calidad prevaleció ante todo.

Un párrafo especial merece Noix, productora que a riesgo de ir a pérdida, decidió apostar a la diversidad musical en una nación monopolizada por estrellas de cartón y organizadores que dan por sentado que los chilenos solo gustamos de las baladas estúpidas y los fenómenos mediáticos. Los siguientes eventos son LM.C y Plastic Tree. Esperamos estar allí para dar cuenta de cuan diverso es el mundo del rock.

El pálido reflejo de Nightwish sin la diva

Parece que Anette Olzon, la nueva vocalista de los súper populares Nightwish, tomó un paño, ató un listón negro a su cintura y salió al escenario como si fuese a la reunión semanal del centro de madres. Es cierto que un concierto no te obliga a lucir pensando en que aparecerás en el ranking de los mejor vestidos de la revista Vanity Fair, pero tampoco puedes exagerar la nota de sobriedad cuando se trata de un concierto donde ocupas el puesto arrebatado nada menos que a Tarja Turunen. Y no es algo puramente superficial. Porque la finlandesa tildada de diva, arrogante y una extensa lista de poco amables calificativos que culminaron en su expulsión de la banda, posee algo de lo que su sucesora carece.


Quizá ese mismo halo de mujer inalcanzable que se transformó en un comportamiento insufrible para sus compañeros fue la cualidad que hizo de Nightwish la banda que conocimos y amamos. La nueva vocalista se siente muy cercana al público y posee una voz agradable, aunque claro está no en la veta lírica que los escandinavos convirtieron en su marca registrada. Pero ahora las partes conforman un todo muy diferente que no alcanza a encender la euforia como en sus mejores tiempos. No sería inusitado que dentro de unos veinte años, sino antes, asistamos al reencuentro de la formación original.

El show ofrecido en Santiago estuvo enfocado en los temas de “Dark Passion Play”, la primera placa sin la soprano que hace un par de meses se presentó como solista en el mismo coliseo, más algunos clásicos de la agrupación finlandesa, como “I wish I had an angel”, “Come cover me” y “Wishmaster”. En casi todos, el bajista Marco Hietala lleva un gran peso en la parte vocal -no por nada es líder de la legendaria Tarot y una de las súper estrellas de la mega banda Northern Kings- que hace preguntarnos si no hubiese sido mejor reinventar la banda, pero sin una mujer que calzase los zapatos de Tarja. Porque aquello resulta imposible.