Desperfecto técnico no arruinó la fiesta de Within Temptation

La lluvia de confeti arrojada al comienzo del show no vaticinó el bochorno que minutos más tarde viviría Within Temptation en su anunciada segunda visita a Chile. Habiendo interpretado solo una canción -“Shot in the Dark”-, una falla energética los obligó a sortear un instante que pudo ser angustioso.

La incredulidad dibujada en sus rostros fue mayúscula cuando por segunda vez, y en el mismo punto del tema “In the Middle of the Night”, las bases enmudecieron dejándolos en una incómoda situación apenas iniciado el concierto. Luego de cinco minutos en que se supone los técnicos revisaron los equipos y corrigieron el desperfecto, Within Temptation había regresado al escenario para retomar el espectáculo y el impasse amenazaba con arruinar una noche auspiciosa.

La pausa ahora tomó casi 20 minutos. El público rechiflaba y permanecía a la expectativa, profiriendo los clichés típicos de los recitales. Nadie ofrecía explicaciones e incluso podía especularse respecto al término abrupto de la velada. Para tranquilidad de fans y organizadores, la funesta canción concluyó sin contratiempos y el programa pudo desarrollarse como estaba previsto, en medio del delirio de una concurrencia que encendió antorchas, obsequió un oso de peluche a la vocalista y vibró a cada momento con lo que acontecía frente a sus ojos.

El acertado ensamble del setlist otorgó coherencia a un repertorio que álbum tras álbum se ha tornado más pop. Desde las majestuosas “Ice Queen” y “Mother Earth” a las pegajosa “Faster”, el orden se dio de tal forma que la sensación final resultó más pesada de lo que podría anticiparse. O de la percepción que quedó luego de su primera presentación en Chile cuatro años atrás. La banda descansa en su solidez y la impresionante Sharon den Adel, lo más parecido a una encarnación angélica gracias a su dulce y casi irreal timbre de voz. También destaca el apoyo audiovisual conformado por clips y material de corte cinematográfico diseñado para el último álbum.

Antes del adiós, Sharon invitó a la audiencia a “apretarse” y posar para la fotografía habitual que capturan luego de sus shows y gritar “¡Santiago!” a todo pulmón. Cuestión que tomó varios intentos porque la gente respondía “Frozen”, sugiriendo la interpretación de ese tema. Ellos escogieron “Stairway to the Skies” para el cierre, quizá no la canción más bombástica de su discografía, pero que funcionó perfecto frente a un teatro rendido a sus pies.

Texto y fotos por María Loreto Correa

Within Temptation en Chile


Las altas expectativas siempre te traicionan. Luego de asistir a dos conciertos de antología, al aire libre, con amplificaciones monstruosas y dos leyendas vivientes del rock sobre el escenario, asistir a un teatro poblado de niños buscando su destino y apreciar el espectáculo de una banda que sustenta parte de su show en bases grabadas fue un tanto decepcionante.

La presentación de Within Temptation me deja un saldo de dulce y amargo. Hace algún tiempo revisando foros europeos leía que Sharon den Adel no igualaba en vivo el registro casi celestial obtenido en los discos, pero durante la hora y media de actuación en el Teatro Caupolicán derrumbó cualquier duda al respecto. Asimismo, vimos sus delicados movimientos de sirena y de su persona emana un aire de genuina sencillez que no siempre percibimos en la gente de la música.

Pero algo faltó. Mucho énfasis en sus dos ultimos álbumes, un escuálido repaso del “Mother Earth” y nada de “Enter”. Tampoco el cover de Kate Bush, “Running up that hill”. ¡No! Sencillamente no encontré aquello que me ha hecho una seguidora de la agrupación holandesa desde que en una disquería rancagüina me enamoré de la bella carátula de su primer álbum y lo compré.

Por cierto las percepciones son muy subjetivas. Quienes no tuvieron como puntos de comparación los recientes “Somewhere back in time” y “Monsters of Rock” alucinaron en colores con el sonido de la jornada. Puede también que dichos espectáculos no sean equivalentes a la hora de los contrastes. ¿O será que el verdadero rock huele a testosterona? Lo dudo, porque yo misma me declaro férrea admiradora de vocalistas como Doro, Angela Gossow y Tarja Turunen.

Una nota especial para el Teatro Caupolicán, recinto distinguido, para subirle el pelo al tan estigmatizado heavy metal. Por instantes me sentía como en otro planeta al ver pasar a chicos y chicas vendiendo cerveza y papas fritas sin que ello derivase en grescas primitivas que colocasen en riesgo a los artistas. Bravo por ello.

Fotografía gentileza de Kathrin Behrens
Abril, 2008