Siete preguntas: Paghania

Marcial Cruz
Guitarrista Paghania

– ¿Cómo nació la idea de crear una banda folk?
– Paghania nace durante el año 2006. Al principio no sabíamos muy bien el rumbo de la banda, pero teníamos claro que queríamos tocar y enfocarnos en estilos más épicos, celtas, etcétera. Partió primero como una banda más enfocada al power, pero no nos sentíamos cómodos, ya que a pesar de que algunos estaban influenciados por este tipo de música, a todos nos gustaba el folk. Así que decidimos realizar algo nuevo, inspirados en bandas como Ensiferum o Finntroll. Comenzamos a trabajar en los primeros temas, ya con esa base, y de a poco nos fuimos definiendo como una banda folk.

-¿Cómo han evolucionado desde que la banda comenzó?
– Por lo general, las bandas comienzan con influencias de bandas que les gustan, comienzan a hacer temas parecidos, etcétera. Creo que eso ha sido nuestra principal evolución, el no necesitar influencias de otras bandas para nuestras creaciones, solo ocupar el concepto de Paghania. Así nacieron los dos primeros discos. También se ha visto una evolución en la estructura de los temas. Haciendo la comparación del primer disco “Hijos del folklore” y el segundo “Historias paghanas”, en éste hemos notado un trabajo más maduro y con mejor sonido.

– ¿Qué temáticas tratan las letras de sus canciones, en qué se inspiran?
– Generalmente ocupamos una temática chilena en lo que son las letras. Éstas relatan historias, leyendas, cuentos inventados por nosotros basados en paisajes chilenos, la vida en el campo, etcétera. Pero también nos enfocamos en otras cosas, como las historias de Tolkien, leyendas y cuentos vikingos.

– ¿Cuáles han sido sus influencias principales a la hora de crear este proyecto?
– La principal influencia siempre ha sido el concepto de naturaleza, literatura y fantasía. Las antiguas batallas, los pueblos indígenas, el folklore general, chileno y europeo.

– ¿Cómo ven la escena folk en Chile en cuanto a público y medios?
– La escena folk en Chile es un poco pobre. Me gustaría ver más bandas. Pero las existentes son muy potentes y buenas. Con respecto al público y los medios, siempre han apoyado a esta escena tan chica, pero también la critican porque es algo nuevo que está recién naciendo en Chile y no la conocen bien.

– ¿Cuáles son los proyectos de Paghania?
– Durante 2009 se vienen varios proyectos, como la grabación de algunos temas para el lanzamiento de un split junto al proyecto-banda Misanthropia, que ya saldrá muy pronto. Además de comenzar a trabajar en nuestro tercer álbum y por supuesto, las presentaciones y tocatas que una vez confirmadas se irán publicando.

– Para finalizar, ¿algún mensaje o saludo para sus seguidores?
– Agradecer el gran apoyo que siempre nos brindan los seguidores de Paghania y del folk, la buena onda de quienes siempre nos escriben y también gracias a ustedes por este espacio que nos dan para contar y mostrar lo que es Paghania.

Por Joselyn Pavié

Tobías Sammet y compañía sedujeron al público chileno

Tobías Sammet ha de ser uno de los mejores frontmen de la camada noventera del heavy metal. Posee un registro vocal privilegiado como exige toda banda del género, pero sus cualidades exceden lo puramente musical. El menudo alemán es magnético, carismático e hilarante en muchos pasajes de sus actuaciones en vivo. Aunque las barreras idiomáticas podrían distanciarlo de los seguidores de otras lenguas, el hiperkinético cantante capta las particularidades de la gente que tiene delante y convierte un concierto en un show para añadir a la bitácora de los buenos recuerdos.

Fue suficiente que la asistencia advirtiera un parecido entre uno de los técnicos con Bon Jovi para que la próxima vez que éste apareciera en escena, ahora en una pausa para ajustar un detalle de los micrófonos, el blondo vocalista lo presentara como el mismísimo intérprete de “Living on a prayer” y acto seguido entonara el coro de la popular canción. En otra de sus varias ocurrencias afirmó que el baterista Felix Bohnke era sin dudas el mejor del planeta, aunque su virilidad no estuviera en concordancia. También instó a la audiencia a revalorizar su placa más reciente, “Tinnitus Sanctus”, pues tiene el potencial de alzarse en un clásico de la talla de “The number of the beast”. Sólo por mencionar algunas.

En su última visita a Chile Edguy ofreció un show contundente. Los músicos demostraron destreza y sencillez en la ejecución de los instrumentos y una complicidad festiva que traspasó al público en todo momento. El repertorio dio cuenta de la metamorfosis experimentada por Sammet, quien ya en el último volumen de Avantasia, su ópera metal, tomó distancia del pulso acelerado del power para acercarse al clásico sonido del hard rock. Balada incluida, “Save me”, la que en palabras del frontman es la canción que catapulta a la fama a una banda.

Pero hubo también instantes de nostalgia. El setlist devolvió al público a los mejores tiempos del happy metal, cuando los grupos desbordaban el Teatro Providencia en jornadas sin respiro. Quienes optaron por comprar boletos para un espectáculo de lucha libre programado para la misma fecha, como mencionó el intérprete en más de una ocasión, perdieron la oportunidad de corear los pegajosos “Tears of the Mandrake” o “Vain Glory Opera”. Los verdaderos estábamos en el concierto, aseveró Sammet. Y comprometió próxima visita dentro de dos años, además de garantizar que mientras Edguy exista como banda, Chile tendrá un cupo asegurado en su agenda de conciertos.

La antológica presentación de In Flames en Chile

In Flames desplomó los escrúpulos. Los prejuicios nacidos al tenor de la americanización de su sonido, las desusadas extravagancias de rockstars como la de beber licores que ni siquiera figuran en las estanterías nacionales y hasta la idea preconcebida de que sería un show adolescente quedaron evaporados en el aire húmedo de la pista de la discoteque Blondie durante el debut de los pioneros del death metal sueco en suelo chileno.

La curiosidad por asistir a la primera presentación de la banda fue saciada con creces por los intérpretes de “Pinball Map”. In Flames desplegó un repertorio extendido de 18 temas que comprendió todas las etapas de su carrera. Desde el comienzo como emblemas del género que más bandas ha exportado su país, la transición hacia Estados Unidos incorporando elementos propios del nu metal y lo más nuevo incluido en su placa “A sense of purpose”. Una presentación enegética de comienzo a fin, graficable en la espesa cabellera de Anders Friden agitándose en cada momento en que no había voces.

El carismático líder dialogó con la sudorosa masa que repletó Blondie. Y es que la efervescencia del público local de la que pueden dar cuenta desde las estrellas del pop a los ídolos del rock es una verdad indesmentible. Así el vocalista alabó la capacidad de seguir todas las canciones a diferencia de los europeos que, cómo no, están habituados a una cartelera mil por ciento más intensa que la registrada en una nación que cuelga del subcontinente americano.

La ausencia de Jesper Strömblad, quien tomó un receso para asumir sus problemas con el alcohol, no disminuyó la presencia musical de los suecos. La banda halló un excelente reemplazante en Niclas Engelin, quien por su amistad con el quinteto de Gotemburgo evidenció una afinidad escénica de quien podría llevar años interpretando los mismos temas. Todavía quedan muchos meses antes de los recuentos, pero de inmediato anoto éste para la posteridad.

Los segundos de gloria de los fans de LM.C


El movimiento de manos de Maya y la mirada claramente dirigida hacia la tribuna alta del Normadie bastó para que dos frenéticos adolescentes se dieran por recompensados. Pero un centenar de fanáticos más ortodoxos demandó un encuentro más próximo con sus ídolos en la forma de un fugaz intercambio de palabras, si es que cabe entre dos personas que no hablan la misma lengua, y que les significó pagar la nada despreciable suma de 60 mil pesos.

El nuevo concepto acuñado por las productoras, el “meet and greet” o “conocer y saludar” traducido al castellano, no pudo ajustarse mejor a su definición. Porque los fanáticos vieron a sus estrellas por escasos segundos, medio nerviosos besaron sus mejillas y rozaron sus manos y fueron despedidos en un santiamén obsequiándoles una postal de su último disco previamente autografiada. Todo supervisado por un estricto grupo de asistentes que velaba por el cumplimiento de los rígidos cánones nipones.

Fue el souvenir más caro de sus vidas. Aún así, los fans salieron del teatro estremecidos, estrechándose en apretados abrazos como si acabaran de asistir a la aparición de un santo. Es que las corrientes musicales provenientes de Japón despiertan pasiones incomprensibles para quien la expresión superlativa de un ídolo musical es Iron Maiden o en el último de los casos, un baladista pseudo romántico de la escuela de Marco Antonio Solís. Aunque en esencia todos los fanatismos compartan patrones similares.

Los muchachos siguen los coros interpretados en japonés, emulan el estilo de vestir de sus íconos, su manera de peinarse y desembolsan cuantiosos montos a una edad en que todavía dependen del poder adquisitivo de sus padres. Quizá por ello otro centenar de chiquillos, menos afortunados, siguió todo el recital abrazado a las puertas del teatro, apelando a la misericordia de la producción para ingresar por menos de los 20 mil pesos que costaba el boleto más barato.

Superado el obstáculo del dinero, los fans enfrentaron una segunda limitación. Nada de fotografías. Fue un requerimiento expreso de la banda y una comitiva de manejadores de ojos rasgados obligó a los jóvenes a desprenderse de cámaras compactas y teléfonos celulares antes de acceder al recinto. Así, terminado el concierto, una fan de Coquimbo se debatía entre aguardar a que el staff dispusiera de tiempo para devolverle su cámara o correr al terminal para alcanzar el bus de regreso.

Al interior del teatro se respiraba un aire húmedo y pringoso. La que apareció en el escenario fue una banda que respondió al estereotipo de rockero japonés. Hombres que fácilmente pasarían por mujeres. Maquillados y de piel tan tersa que ya se la quisiera una marca de cosméticos. El idioma fue un detalle. Luego de una tanda de canciones, Maya consultaba un ayuda memoria de frases hechas en castellano y mascullaba expresiones ininteligibles en japonés que el público respondía como si las comprendiera a cabalidad. Y es que no importaba lo que dijera o interpretara. Ni siquiera la gárgara de agua mineral que lanzó sobre la primera fila. Porque un ídolo merece concesiones inimaginables para el resto de los mortales.

Martín Puntonet: un artista todo terreno

“La música clásica siempre estuvo dentro de mi. Desde el estreno de la película “Amadeus”, que mi madre me llevó a ver al cine a los 7 años y que nunca más pude olvidar y, más tarde el rock fusionado con armonías y melodías barrocas y cantantes de lirismo y dramatismo épico, operístico. Todo esto despertó en mí el deseo de estudiarla e involucrarme, de investigar la historia de estos compositores y su legado eterno e inconmensurable”.

Con influencias musicales de Goran Edman, Doogie White, Bruce Dickinson, David Coverdale, Joe Lynn Turner y Sebastian Bach, entre otros, Martín posee en su haber una bastísima trayectoria dentro del rock, el metal y demás estilos. “En el campo de la lírica, después de egresar de la Escuela de Música en el año 2002, participé en coros e importantes grupos de cámara de la ciudad de Rosario, realizando conciertos en las salas más importantes. También fui convocado como tenor solista para interpretar oratorios de Haendel, Pergolessi y Vivaldi, junto a la Orquesta de Cámara Municipal, la Orquesta Barroca de Rosario, el coro Pau Casals y el coro de la Iglesia de Lourdes. Incursioné también en otros estilos, en presentaciones acústicas interpretando versiones de clásicos de la música popular”.

– ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la música?
– Todo comenzó alrededor del año ’93. Copados con una cinta de video de Bon Jovi en Mtv unplugged, que habremos ultragastado y pisado por error en algunas partes, decidimos pelar la “criolla” y formar una banda de rock. Algo así. Surgió “Mechanix”, con Andrés Berenguer en bajo, Germán “Otto” Newmayer en batería y Martín Puntonet en voz y guitarra. La banda se consolidó como trío y tuvo gran aceptación dentro del público heavy rosarino, con presentaciones muy frecuentes. Las influencias eran Metallica, Megadeth, Iron Maiden, Stratovarious. Compartimos escenarios con muchísimas bandas de la movida de aquel entonces.

– ¿Qué vino después?
– Paralelamente, a inicios del ’96, surgió la oportunidad de desempeñarme como vocalista de un proyecto con influencias musicales de Europe, Rata Blanca e Yngwie Malmsteen. La banda se bautizó Wolfgang, en honor a Mozart. La misma estaba formada por músicos de calidad. Se disolvió en el año 1999, pero los logros en cuanto a sí misma y a las relaciones fueron importantes. Llenamos la sala Lavardén en el año ’97, fuimos soporte de Logos en la misma sala en el ’98 y, fuimos una de las 16 ganadoras, entre 160 bandas de distintos estilos, en el certamen “Bandas en Puerto” organizado por la Municipalidad de Rosario a inicios del año 1999, tocando en el anfiteatro H. de Nito ante dos mil personas. Conjuntamente comencé a estudiar Canto y me inscribí en la carrera, en la Escuela Provincial de Música. En el año 2000, gracias al contacto proporcionado por Fernando Scarcella (ex Logos/Temple/actual Rata Blanca), tuve el gran privilegio de conocer a Walter Giardino (Rata Blanca) y de ensayar en Buenos Aires con los músicos de Temple, antes de la vuelta de Rata con Adrian Barilari en la voz. Esto representó algo muy importante en mi carrera, ya que a través de la gran experiencia de estos músicos me vinculé con las verdaderas raíces del rock, su historia y su interpretación.

– Digamos que este aprendizaje, hizo que en Rosario y otras ciudades importantes como Buenos Aires te consideren uno de los músicos más completos de la Argentina.
– Bueno, no se si es tan así. Soy muy inquieto musicalmente y trato de experimentar y escuchar todo tipo de música que siento me puede enriquecer. En esa época comencé a escuchar a cantantes legendarios, como Dio, Turner, Coverdale, entre otros y a incorporar influencias del blues, soul, y rock & roll. Luego, a mi regreso a Rosario, surgió a comienzos del 2001 una propuesta de grabación con la banda Soul Stealer. Grabamos dos demos y realizamos presentaciones de gran concurrencia y aceptación, entre ellas dos importantes tributos a Iron Maiden con tres horas de concierto cada uno. Disuelta en el año 2003, la mitad de la banda formó Lord Divine, el resto nos sumamos a un proyecto que comenzó como banda de covers, mayormente de Dream Theater y Symphony X, y que posteriormente con la elaboración de temas propios se llamó Metrópolis. Esta formación realizó presentaciones en vivo nunca faltas de reconocimiento y aceptación y grabó un importante demo, el cual fue incluído en un compilado de bandas de la revista Réquiem del año 2005, producido por el sello 2M.

– ¿Es cierto que vuelve Metrópolis con la formación original?
– Estamos en eso. Hay muchos fans que desean vernos en escena nuevamente. Siento que tenemos una historia pendiente, musicalmente hablando y que hay que cerrarla de alguna manera. Espero que sea cuanto antes. Paralelamente a esto, dicto clases de canto y estoy vinculado a otros proyectos de músicos como el de Mariano Serenelli (ex tecladista de Wolfgang), donde colaboro en la composición de las canciones y principalmente de las líneas de voz.

Cortita y a pie juntillas

– ¿Cuál es el colmo de la miseria?
– La miseria es un colmo en sí misma, el colmo de la incomprensión, de la intolerancia, del egocentrismo, todos esos colmos son miseria.
– ¿Dónde le gustaría vivir?
– “Wherever I may roam”. En una morada agradable y donde me sienta bien.
– ¿Cuál es su ideal de felicidad?
– Poder constatar el mejoramiento, el crecimiento de las relaciones del hombre con el hombre y con el mundo, ese es el ideal.
– ¿Para qué faltas tiene usted más indulgencia?
– Las menores.
– ¿Cuáles son sus héroes de novela preferidos?
– Si son héroes, todos son buenos, y si son de novela, más todavía. No podría decir uno, creo que en este momento no lo tengo. Quizás los héroes sean momentáneos, o más bien la glorificación subjetiva de los héroes lo sea.
– ¿Cuál es su heroína favorita en la vida real?
– ¿Qué es ser un héroe o una heroína en la vida real? ¿Quién es un capo de la vida? Podría existir, no lo se.
– ¿Sus heroínas en la ficción?
– Susana Giménez y Moria Casán.
– ¿Su pintor favorito?
– Muchos, en realidad las obras más que los pintores. Miguel Ángel, por ejemplo.
– ¿Su músico favorito?
– W. A. Mozart. Es puro fanatismo.
– ¿Qué cualidad prefiere en el hombre?
– La hombría de bien.
– ¿Qué cualidad prefiere en la mujer?
– La escucha.
– ¿Su virtud preferida?
– La alegría.
– ¿Su ocupación preferida?
– Escuchar música, no en el sentido pasivo de solo escuchar, sino teniendo en cuenta que mi relación con la música va mucho más allá de la simple sensación auditiva, por el contrario, es totalmente activa y muy intensa.
– ¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?
– La escucha y la diplomacia.
– ¿Qué aprecia más de sus amigos?
– El sentirse bien con ellos, no tiene precio.
– ¿Su principal defecto?
– El suponer.
– ¿Su sueño de felicidad?
– Contribuir, aportar, crear, alegrar, hacer, compartir, vivir.
– ¿Cuál sería su mayor desgracia?
– Si supiera eso, la vida ya no me sorprendería. Habría que pensar que quizá la muerte sea la mayor, que quizá sea la única.
– ¿Qué quiere ser?
– Lo que quiero ser. Como todos.
– ¿Qué color prefiere?
– ¿Un auto? Rojo. ¿Un spa? Blanco. ¿El mar? Azul. ¿El cielo? No se de qué color es, a veces gris, a veces limpio, casi siempre bello.
– ¿La flor que más le gusta?
– La mayoría.
– ¿Qué pájaro prefiere?
– Caniggia.
– ¿Sus autores preferidos en prosa?
– Borges.
– ¿Sus poetas preferidos?
– Como antes, más bien los poemas. Muchos, Benedetti.
– ¿Sus héroes en la vida real?
– No se si tengo alguno. Dave Mustaine es como un héroe de la adolescencia que busca prevalecer. Jeje.
– ¿Sus heroínas en la historia?
– Teresa.
– ¿Qué nombres le gustan más?
– Juan Martín Hernández…. fuaaaa!!
– ¿Qué detesta sobre todo?
– La indiferencia. La intolerancia.
– ¿Que reforma admira más?
– Cada una tendrá su gran importancia. Ni idea, pero es mejor creer en la gente y en que las buenas reformas siempre llegan.
– ¿Cómo le gustaría morir?
– Creo que no me gustaría. Quién lo sabe. Cuando me toque, en paz, tranquilo y de la mano de alguien que me quiera.
– ¿Cuál es el estado actual de su espíritu?
– Volátil.
– ¿Qué personajes históricos detesta más?
– Los militares de la última dictadura son muy detestables.
– ¿Cuál es su lema?
– Hacé lo que puedas, hermano, pero siempre lo mejor que puedas.

Myspace

Por Mariano Morisio