Kuervos del Sur y el lado mestizo del rock

Kuervos del Sur es una licuadora de sonidos. Lejos de cualquier purismo, sus integrantes se muestran inclinados a mezclar estilos germinando sonoridades que refunden elementos de rock clásico, neo folclor latinoamericano y experimentaciones progresivas. Tan inusual como rasgar las cuerdas de un charango en un género dominado por las guitarras fue la obtención del primer lugar en un renombrado festival folclórico de la séptima región.

Desde entonces no han cesado de crear música e interpretarla en casi todo el territorio chileno. Jaime Sepúlveda, Pedro Durán y César Brevis, los tres amigos que sentaron las bases de Kuervos del Sur cuando aún cursaban enseñanza media, recuerdan los comienzos de la banda, dilucidan los rasgos del denominado “rock de raíz”, invitan a descargar su EP “Anciano Sol” y anticipan el lanzamiento de su primer álbum de larga duración.

– Hagamos historia, ¿cómo nace Kuervos del Sur y en qué fase de su carrera se halla en este momento?
– La banda nace en el Liceo de Curicó a mediados de los 90, pero los Kuervos propiamente tal con su sonido más característico se conforman el 2001 en Santiago, mientras los integrantes se encontraban estudiando y/o trabajando en la capital. Por mucho tiempo fuimos una banda desconocida y underground que priorizó en la búsqueda de su estilo y el pasado 2008 cosechamos el esfuerzo de muchos años trabajando con grandes amigos músicos en la grabación de nuestro primer disco. Está por ejemplo Leo Fonk, ex baterista de Damajuana y Rekiem, Diego Álvarez, guitarrista de Mecánica Popular y Manuel García, Jorge Ortiz charanguista de Sabina Odone y ex Pincojazz, y Pablo Diabuno, vocalista de Silencio, cantó algunos coros. Por otro lado el disco fue grabado por el sonidista de Sinergia, Felipe Ortiz, y producido por Marcelo da Venezia, de Weichafe y Kuervos del Sur.

– La banda define su música como “rock de raíz”, ¿qué características distinguen el estilo en el cual se inscriben?
– Es un estilo donde se mezcla el rock y cualquiera de sus vertientes como metal, progresivo, grunge, alternativo, etcétera, con elementos propios del folclore nacional como arreglos, armonías, modos, melodías y ritmos. También puede incluir instrumentos autóctonos y las letras generalmente tienen temáticas relacionadas con nuestra cultura tanto en lo social, como lo imaginario o lo poético.

– Cuáles son sus principales referentes musicales? En una revisión de sus temas se advierten influencias de nuevo folclore, rock progresivo, fusión.
– Nuestra herencia musical ha sido variada, mestiza desde que nació. Crecimos con todas las influencias de las radios ochenteras, luego en el colegio aprendimos el rock clásico de Pink Floyd, The Doors, Creedence, Bob Marley, Rush, Beatles entre otros. Más tarde cuando adolescentes crecimos con el rock alternativo de los 90, Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden, Rage Against the Machine, Faith No More, Deftones y Tool entre muchos más y cuando comenzamos a madurar y formar nuestra identidad como compositores tomamos conciencia del tremendo legado cultural chileno en la esencia y la magia del trabajo de Violeta Parra y Víctor Jara y el sonido cósmico y primordial de la música de Los Jaivas y finalmente los cantos y sonidos de los pueblos indígenas de nuestra tierra, lo autóctono.

– Son una banda de rock y, en un hecho inusitado, ganan el primer lugar del Festival Folclórico de la Vendimia de Molina, ¿por qué su interés en mostrar su propuesta en un escenario inusual y a qué atribuyen su éxito?
– Bueno, la historia es simple. Nosotros queríamos tocar como banda emergente en ese festival porque es el más importante de la séptima región, pero no nos dieron cabida. Entonces nos dijimos mandemos una canción nuestra al festival y para sorpresa de todos quedamos entre los 10 finalistas seleccionados de entre más de 80 canciones de todo el país y tuvimos que competir con gente consagrada dentro del folclore nacional. Ya eso era un logro importante y cuando ganamos sentimos que se estaba reconociendo el trabajo subterráneo y original que veníamos haciendo de años y gracias a eso pudimos seguir creando, compramos un powermixer y pudimos ensayar y sonar mejor y también grabar nuestros demos.

– Su biografía destaca el hecho de haberse presentado en gran parte del territorio nacional, ¿cómo ha sido esa experiencia, recuerdan algún público en particular, quizá alguna anécdota, qué lugar les gustaría visitar con su música?
– Ha sido una gran experiencia. Gracias a nuestros amigos que nos han invitado y se la jugaron por nosotros hemos conocido distintas partes de Chile. Lugares pequeños y desconocidos, lugares donde hemos llegado a tocar directamente bajándonos de la camioneta armando un escenario para tocar nuestra música a la gente del pueblo, como lo hicimos en Antofagasta y San Pedro de Atacama el año 2007, playas del litoral en casi toda la zona central, Valdivia, Temuco, Puerto Montt y Chiloé por el sur el año 2008. Asimismo nos encantaría visitar la Patagonia. Tocar, sentir y conocer el extremo sur, el hielo, los glaciales, el viento frío y el sol de allá.

– En lo discográfico, ¿cuándo proyectan el lanzamiento de su primer álbum?
– Esperamos poder lanzarlo pronto, a mediados de junio, ya que el disco está listo y estamos gestionando la edición de las copias.

– Se han mostrado pro descargas gratuitas al liberar su EP “Anciano Sol”, ¿por qué esta postura frente a un fenómeno que muchos artistas chilenos combaten?
– “Anciano Sol” es nuestro primer EP y lo grabamos hace años. Creemos que no hay problema en liberar un disco cuando ya lleva un tiempo al aire y es necesario que la banda se conozca. Somos independientes y no contamos con difusión en los grandes medios.

– Una consulta práctica, ¿cómo trabajan y programan sus presentaciones cuando uno de sus integrantes vive en otra ciudad? Sobre todo porque en Chile parece que todo sucede en la capital.
– Teniendo una adecuada planificación no es complicado, porque Curicó está a dos horas y media de Santiago y nos podemos reunir en la capital. Lo importante es que estamos conectados por teléfono o Internet y así estamos en permanente contacto organizando nuestro trabajo.

– ¿Qué están escuchando actualmente, en lo nacional e internacional?
– Peter: Personalmente siempre escucho de todo, pero por ejemplo hace poco que tengo los mp3s de Genesis de los 70 que nunca había apreciado con detención, y en lo nacional he estado escuchando el trabajo de “Silencio” y “Triburbana”.
– Jaime: Navego por Myspace escuchando diferentes músicas, visitando páginas de amigos y viendo videos en vivo de bandas.
– César: Escucho la escena nacional, lo que se escucha en los distintos diales, habitualmente la Radio Uno, entre otras, y observo también lo que esta pasando a través de la TV.

– Muchas gracias y dejo abierto el espacio para enviar algunas palabras a los lectores de Ciudad Metal.
– Felicitaciones a Ciudad Metal y a María Loreto por el proyecto y muchas gracias por el espacio de difusión que siempre es necesario y escaso. Desde ya les invitamos a bajar nuestro EP “Anciano Sol” del año 2006 desde Rock de Raíz, sección “media”, y estar atentos pronto al lanzamiento de nuestro esperado larga duración este año 2009.

Kuervos del Sur es:

Jaime Sepúlveda – Voz
Pedro Durán – Guitarra, piano y coros
César Brevis – Bajo
Leo Fonk – Batería

Fotografías gentileza de Gricel Zúñiga.

Ciudad Metal festejó seis años con un fértil debate sobre rock

Este cumpleaños legó expresiones para el bronce. “Los metaleros somos románticos”, de boca de Matías Leonicio o la inmejorable réplica de Jorge “Chargola” Hurtado, refiriéndose a la “magia” que compartimos los seguidores de este género, quedarán irremediablemente almacenadas en la memoria de quienes acudimos a la celebración del los seis años de Ciudad Metal, el sábado 23 de mayo en el salón auditorio de la Municipalidad de Rancagua.

En una apuesta inédita entre las webzines chilenas, Ciudad Metal festejó un nuevo aniversario mediante la proyección de una película, sucedida de un debate del que tomaron parte cuatro panelistas de excepción. La cantante y comunicadora Paula Barouh, Matías Leonicio, vocalista de Nuclear, José “Toño” Cabezas, líder de Betrayed y propietario de Massive Records, y el productor Jorge “Chargola” Hurtado, responsable de numerosos festivales y gestor de la próxima reunión de Pentagram.

Aunque parezca insólito, los mismos que mueven sus cabezas de modo frenético también pueden permanecer en silencio. Sentados, sin agitar sus melenas ni articular palabras ininteligibles desde lo más íntimo de las entrañas, los heandbangers siguieron con interés la cinta “Global Metal” -documental del antropólogo canadiense Sam Dunn, director de “A headbanger’s journey” y “Flight 666”- que aborda el cómo, cuándo y por qué de esta corriente musical fuera de Europa y Estados Unidos.

Luego de ver la cinta, los invitados sacaron varias conclusiones. Matías Leonicio reparó en que el metal tiene como común denominador su aparición en momentos de fuerte opresión política. Sucedió en Brasil, donde la primera versión del Rock in Río despertó a una nación sedienta de libertad tras el término de una dictadura de tres décadas, Indonesia, China, India e incluso el Medio Oriente, donde la religión gobierna también la vida civil de las personas.

Y como asistíamos a un debate, hubo opiniones divergentes. El bajista de los porteños Betrayed no encontró puntos de coincidencia entre el filme y la realidad local. Sudamérica solo aparece mencionada por su mayor crédito, Sepultura, a estas alturas la banda más comercial del subcontinente. Como respuesta, “Chargola” Hurtado concedió méritos a los cariocas, quienes supieron volcar la atención de los fanáticos hacia un territorio donde nadie suponía se hiciera este tipo de música.

La identidad fue otro de los tópicos abordados. “Toño” Cabezas recordó que en algún momento la marca de fábrica estuvo dada por la precariedad. La escasez de medios derivó en un estándar de grabaciones modesto, cuestión que cesó tras el acceso de las bandas chilenas a equipos de mejor calidad. En tanto, Paula Barouh destacó la incorporación de temas e instrumentos propios -el caso de Six Magics y Huinca- e indicó que debiese explorarse la composición en nuestra lengua nativa.

El frontman de Nuclear citó dos casos que fusionan música extrema y chilenidad. Folkheim, cultores del folk que toman en sus letras temáticas atacameñas, y los depresivos Uaral, quienes han permeado su música del sentimiento que envuelve a quienes viven casi todo el año en un clima hostil, del modo en que los noruegos han transferido a sus trabajos musicales las sensaciones provocadas por las glaciales temperaturas escandinavas.

El panel también se refirió a las descargas, que en otras latitudes son la única vía para acceder a nueva música. Barouh no solo es una entusiasta del mp3 como medio de promoción, sino que se rehúsa a editar un álbum de manera física, pues nadie garantiza la recuperación del dinero invertido ni la consideración de los medios especializados para situar la placa en la retina pública. Así las cosas, prefiere colocar sus recursos en la compra de equipamiento de estudio.

Leonicio subrayó que fundamentalistas como Lars Ulrich, quien lideró una mediática campaña contra Napster durante la pasada década, acabaron por rendirse ante un fenómeno imposible de controlar: la gratuidad. El vocalista suele escuchar los avances que circulan por la red, pero como todo coleccionista “romántico”, apenas un buen álbum sale al mercado parte directo a la disquería a comprarlo. Lo hizo con lo último de Napalm Death y cuenta los días para el lanzamiento de lo próximo de Slayer.

“No quiero usar la misma palabra que Matías, pero sí, hay una magia en el metal”, reafirmó Jorge Hurtado. El productor sostiene que un álbum es una eficiente carta de presentación y anima a las bandas a registrar su material en estudio como requisito para acceder a los escenarios. “Chargola” reconoce el enorme esfuerzo que existe detrás de un álbum, un trabajo intelectual y una inversión monetaria que las descargas indiscriminadas no pueden aniquilar.

Y podríamos continuar. Los panelistas colocaron varios temas sobre la palestra y una enriquecedora sobremesa prolongó el debate por varias horas más. Ya pensamos en replicar la experiencia, no solo en Rancagua, sino en otras ciudades. Como palabras finales, un enorme GRACIAS a quienes hicieron posible esta actividad:

Paula Barouh
José “Toño” Cabezas
Cervecería Caudillo
Jorge Ciudad, editor Revista Bulldozer
Álvaro Fernández y toda la producción del Shock Metal Fest
Cote Hurtado, director Rockaxis
Jorge “Chargola” Hurtado
Matías Leonicio
Tienda Rockstore
Ignacio Orellana y Chilean Metal
Lino Rivera y la Casa del Músico
Sick Bangers
Studiomusica
Pub Golden Active
Municipalidad de Rancagua

Fotografías gentileza de Manuel Cabezas.

Euforia del público chileno derrite a los rudos vikingos de Amon Amarth

Johan Hegg no se cansaba de sonreír, repetir las palabras “muchas gracias” y golpear su pecho con la mano izquierda en forma de puño. El corpulento vocalista se manifestaba emocionado por un teatro atestado de fanáticos que aguardaron por años la visita de la banda sueca que tributa la mitología nórdica. El calor de los fans terminó por conquistar a los severos vikingos, rendidos ante la efusividad de una audiencia que no conoce otra manera de desenvolverse en un concierto de rock: movida por pura pasión.

Los escandinavos irrumpieron en el escenario ante un público enardecido por la prolongada espera. El comienzo fue atronador, con “Twilight of the Thunder God”, que marcó la pauta de un sonido potente e impecable que acompañó a la banda durante su extensa presentación. El Novedades parecía desprenderse de su mala fama en el terreno acústico para ofrecer su mejor cara. Los suecos repasaron su repertorio e incluso hubo tiempo para una pausa, cuando recargaron sus vasos con el contenido de un pequeño barril de cerveza marca Kunstmann e hicieron un “salud” por los eufóricos anfitriones.

Si hubiese que reducir este concierto a una sola imagen será la de un quinteto estremecido por la exaltación de sus seguidores. La despedida se prolongó porque el público exigía su presencia. Los músicos, además de obsequiar uñetas y baquetas, bajaron de la tarima para dar la mano a los fans apostados en la primera fila. Luego, sostuvieron un lienzo que unía las banderas de Chile y Suecia. Hegg hacía una última reverencia ante los fanáticos y tomaba el barril cervecero para llevarlo a camarines.

Algo recuperado del intenso headbanging que protagonizó sobre el escenario, el guitarrista Olavi Mikkonen se refirió a su encuentro con la audiencia local, sentado sobre un sillón tapizado en color violeta. “Es nuestra primera vez en Chile y fue muy divertido, indicó a Ciudad Metal. Habíamos oído que el público era muy bueno, así que en cierto modo lo esperábamos. Estamos muy felices. Esperamos regresar, no sabemos si pronto, pero eso esperamos”.

Ya mudados de ropa, los Amon Amarth brindaron un momento inolvidable a un singular grupo de fanáticos. Ataviados como vikingos, con pesados trajes de piel y cotas de malla, los fans se comportaron cual trekkies en una convención de “Viaje a las estrellas”, tomándose decenas de fotografías con sus ídolos, requiriendo autógrafos en carátulas de discografías completas, solicitando a Johan Hegg que soplara un cuerno y hasta que se probara un gorro.

Audiencia chilena hizo de Heaven and Hell un himno imposible de olvidar

Habían transcurrido quince minutos desde que los músicos abandonaran el escenario, pero el público aún entonaba la épica introducción de “Heaven and Hell”. No era para menos, después de escuchar una versión extendida del clásico de Black Sabbath, generosa en improvisaciones y lujos musicales dignos de cuatro leyendas del heavy metal, progenitores del género y a quienes un sinnúmero de grupos actuales debe su existencia.

Dio asoma para interpretar “The Mob Rules”. El cantante se ve tan frágil, de piernas delgadas como dos palillos, que parece no haber relación entre aquella voz gigante y su diminuta figura. Magnético y teatral, enciende el Movistar Arena apenas mueve sus labios para llenar el coliseo con los temas que le dieron su sello a los Sabbath. “Children of the Sea”, “Die Young”, “Neon Knights”, “Falling off the Edge of the World” y varios cortes del álbum más reciente, “The Devil you Know”, como el sencillo “Bible Black”.

En este periplo hacia el pasado, pero con la vigencia de quienes ya ganaron un lugar en la historia del rock, le acompañan tres músicos de talla mundial. Tony Iommi, señor de las guitarras densas y las atmósferas oscuras, Geezer Butler, un bajista a quien se le hacen pocas las cuerdas de su instrumento al que saca tanto lustre como si fuese una guitarra, y Vinny Appice, que con un solo bombo es capaz de inundar de fuerza los temas de la banda. Alineación de lujo.

El recital alcanzó su clímax con la interpretación de “Heaven and Hell”. De pronto, un foco ilumina de rojo el rostro de Dio en escena sacada de una película de terror, más todavía cuando un efecto hace que su voz suene como la de un hechicero perverso. La noche termina con el tradicional obsequio de baquetas, mientras Iommi introduce una mano en uno de los bolsillos de su abrigo de cuero negro y desata una tormenta de uñetas disputadas por los asistentes más próximos.

Lejos de ser un número del recuerdo, o una gira impulsada solo por la ambición de alimentar sus cuentas bancarias, Heaven and Hell es un acto tan vigente que deja una lección a las bandas más jóvenes. Una de genio y humildad que nada más que los grandes pueden brindar.

El Novedades aún tiembla después del show de Arch Enemy

Nada sencillo redactar un reporte medianamente imparcial cuando la banda que está sobre el escenario es una de las que más horas consume en tu reproductor personal, una de las que encarnan de manera fiel la combinación de música impecable en lo técnico, letras agudas que no rehúyen la realidad para asirse a mundos de fantasía y un alma tremenda que traspasa las barreras de seguridad. La dificultad se duplica cuando minutos antes de un show demoledor, tuviste la oportunidad de conocerlos en persona.

Pero como mis notas nunca han presumido de una objetividad que no existe, porque escribimos desde el lugar y el momento en que nos hallamos parados en este mundo, y estos apuntes actúan como una bitácora de mis experiencias en vivo asistiendo a conciertos de rock, continuaré imprimiendo humanidad a los relatos. En un gesto de neutralidad, puedo afirmar que el concierto en el envejecido Teatro Novedades, fue una vigorosa demostración de maestría.

A eso de las 19.45 horas, Angela Gossow recibía un obsequio de uno de los fans que adquirieron un ticket para participar del meet and greet. Una primorosa lata de caramelos japoneses, réplica exacta de la caja que endulza la violenta existencia de la pequeña Setsuko en la “La tumba de las luciérnagas”, una película de animación que caló profundo en la cantante alemana y la movió a escribir la lírica de “The Day You Died”.

El tiempo transcurre cual relámpago, entre las fotografías de rigor con las manos haciendo la señal de cuernos arriba y la rapidísima firma de álbumes para que todos los integrantes de banda estampen su rúbrica. Sharlee D’Angelo parece un gigante y casi toca el cielo raso en el pasillo de los camarines. Michael Amott coloca expresiones divertidas antes de cada disparo del flash y su hermano Chris se muestra reservado. Está claro que la mayoría compró el boleto VIP solo para retratarse al lado de Angela.

Mientras en bambalinas el breve encuentro de 10 minutos junto a los suecos llegaba a su fin, el teatro comienza a poblarse. Chile quedaba a la altura de los shows ofrecidos en los demás países visitados durante esta gira -Venezuela, Colombia, Argentina y Brasil- y conserva el estatus de mejor público que tantas bandas han corroborado durante su paso por este austral país. Incluso la concurrencia empieza a subir a la platea para tener una visión panorámica de lo que acontecería.

Arch Enemy ingresó directo a matar. “Blood on Your Hands” apretó el gatillo de una máquina que no se detuvo hasta el cierre del show. Un engranaje veloz, intenso y terriblemente melódico gracias a las armonías en guitarra gentileza de los hermanos Amott. Como fue la marca registrada de este tour sudamericano -ya no latino, porque México deberá esperar hasta agosto debido a la temida gripe porcina- Angela vistió una polera con el nombre del país pintado en letras rojas.

El repertorio no defraudó. “Ravenous”, “Taking Back my Soul”, “My Apocalypse”, “Dead Eyes See No Future”, “Heart of Darkness”, “Revolution Begins”, “I Will Live Again”, “Diva Satanica” y dos temas que ya son himnos: “Nemesis” y “We Will Rise”. Como pocas veces el Novedades aminoró sus deficiencias estructurales y permitió escuchar sin mayores contratiempos el bombardeo de uno de los actos más potentes de la escena actual. Si el alicaído teatro no se desplomó anoche, entonces los constructores de antaño sí que hacían bien su trabajo.