La voz que sobrecogió al Providencia

Sublime. Simplemente sobrecogedor. Así fue el primer concierto ofrecido por los holandeses The Gathering en Chile, el martes 24 de febrero en el Teatro Providencia de la capital. El ecléctico show de dos horas de duración, orquestado por la bellísima voz de Anneke Van Giersbergen, tuvo encantado a un público de casi dos mil personas, quienes paradójicamente compraron sus boletos para el segundo recital, pues el programado para el día 25 agotó entradas con dos semanas de anticipación.

La banda que en 1998 estuvo a punto de visitar tierra chilena, pero canceló a último minuto por razones desconocidas por los músicos, según comentaron en la conferencia de prensa ofrecida en un sobrio hotel de tres estrellas del centro capitalino, arribó el mismo martes 24 en la mañana. El cansancio del largo viaje desde México, donde tocaron en el Monterrey y el Distrito Federal, no se notó para nada sobre el escenario. Sólo buenos argumentos musicales y nada de efectismos llenaron la noche de recital.

A las 21.15 horas, las azules cortinas de terciopelo se abrieron para la aparición de los cinco integrantes de la banda, quienes visitan Chile dentro del itinerario de la gira Sleepy Buildings, mismo nombre de su último álbum, una grabación semi acústica de lo mejor de su repertorio. Sin embargo, el espectáculo fue mucho más enchufado que desconectado. La banda interpretó temas de todas sus producciones: “Nighttime Birds”, “How To Measure A Planet?”, “If Then Else” y “Souvenirs”.

Una inusual disposición de los instrumentos sobre el escenario -la batería ocupaba un costado y no el centro- acogió a la banda que deambuló entre guitarreos rockeros, sonidos electrónicos y solos de teclado y voz que enmudecieron el recinto por la conmovedora voz de Anneke, quien a pesar de escribir letras melancólicas siempre mantiene una sonrisa en sus labios. En su limitado español, agradeció a los chilenos por su amabilidad.

Aunque todos los temas impresionaron al público, fue recién con “On Most Surfaces” cuando la gente despertó para cantar junto a Anneke el primer corte de “Nighttime Birds”. La emotiva balada “Saturnine” marcó otro punto alto de la noche. Luego, los más clásicos temas de “Mandylion”, el disco de 1995 que colocó a la banda a la vanguardia del metal, hicieron arder el copado teatro. “Strange Machines”, con Marjolein como segunda guitarra, y “Eleanor”, interpretados al hilo después del bis número dos, fueron el mejor cierre para un show in crescendo.

The Ahora, la banda regresa al hemisferio norte, a Miami y Nueva York, y planea estar en tour hasta abril, con fechas en Grecia y algunos festivales internacionales europeos. También hará la música para un filme de animación japonesa y no descarta lanzar en DVD el registro de “Sleepy Buildings”. Afirman que existe una notable diferencia con el público de Estados Unidos, mucho más quieto, en contraste con la pasión de los chilenos. Y no revelan detalles sobre su próximo disco. “Es una sorpresa”.

PRENSA Y FANS
Originalmente programada para el martes pasado mediodía, el cansancio de la banda postergó el esperado encuentro con la prensa local. Ciudad Metal no descansó hasta obtener las primeras imágenes del grupo con sus seguidores chilenos, alrededor de las cuatro y media del martes, cuando luego de dormir tras el agotador viaje salieron rumbo a la prueba de sonido. Primero Rene, luego Frank, Marjolein y Anneke, la más codiciada por los fans.

Amables y relajados, aceptaron tomarse todas las fotografías solicitadas por una decena de fanáticos y estampar su firma en montones de discos. Vestida con una bata de flores, jeans celestes con doblez y zapatillas rojas, la carismática Anneke sorprendió por su sencillez y su frágil figura. En un inglés primitivo en algunos, avanzado en otros, los fans preguntaron cuan largo fue el viaje, cuánto tiempo estarían sobre el escenario y por qué no actuaron en Chile en 1998.

Hans fue el último en salir del hotel y colocar su rúbrica en los rayados álbumes, objetos de colección para sus incrédulos dueños. Luego de la improvisada sesión de autógrafos, los músicos abordaron el vehículo que los esperaba desde mediodía para trasladarlos al Providencia. El miércoles, en el salón de conferencias del Hotel Montecarlo, la banda posó para reporteros y respondió preguntas. Allí estuvimos y aquí las declaraciones de los músicos.

– ¿Es muy grande la diferencia entre el público chileno y el de Estados Unidos?
Anneke: Son muy diferentes. Acá son muy apasionados, es muy loco. Allá les gusta la música, pero son más tranquilos.

– Anneke, ¿por qué siempre pareces tan feliz y sonriente sobre el escenario?
Anneke: (ríe) Es raro. Nuestra música es oscura, pero nos sentimos felices al tocarla. Estamos frente a miles de personas, ¿cómo no estar feliz?.

– ¿Cómo enfrenta el resto de la banda el protagonismo de Anneke?
Hans: No tenemos un ego tan grande. Somos una banda y todos tenemos una función. Mucha gente piensa que Anneke lo hace todo, pero esa sólo es gente tonta.

– ¿Cuál es el disco de The Gathering preferido por cada uno?
Rene: “Mandylion”.
Anneke: “How To Measure A Planet?”, porque hubo un montón de nuevas ideas.
Hans: “How To Measure A Planet?”, por lo mismo.
Marjolein: Para mí es un poco distinto. Conocí a The Gathering con “Mandylion” y por eso es el disco que más me gusta.
Frank: “How To Measure A Planet?”.

– ¿Se sienten creadores de una escuela de bandas lideradas por voces femeninas, como Within Temptation o Evanescence, en Estados Unidos?
Anneke: Es difícil decir si fuimos los primeros. Estuvimos en el lugar y tiempo correctos, pero es difícil afirmar si fuimos los primeros.

– Anneke, ¿has pensado en una carrera solista?
Anneke: Es difícil decirlo.

– Anneke, ¿desde cuándo son amigas con Cristina Scabbia, de Lacuna Coil?
Anneke: Con Cristina nos conocimos en 1998 y siempre nos enviamos correos electrónicos y mensajes de texto de celular. Cuando estamos de gira o ellos van a Holanda nos vemos.

Descargar “Broken Glass”, versión piano, 24 de febrero

Publicado en febrero de 2004

La bestia no le teme al martes 13

Ni el fatal martes 13 pudo contra la pasión heavy metal. Parece sólo ayer cuando Bruce Dickinson envalentonó a 15 mil chilenos en Santiago. Dos años después, la voz privilegiada del heavy metal, el hombre de los pantalones de cuero ajustados y físico infatigable corrió sin cesar casi una hora y media por el gigantesco escenario montado en la Pista Atlética del Estadio Nacional. Fue la detención en Santiago de la gira “Dance Of Death”, el último disco de estudio de la mítica banda inglesa.

Lejos quedaron los recuerdos del débil sonido del año 2001, cuando los reunidos músicos mostraban su nueva producción de entonces, “Brave New World”. La noche del martes todo fue impecable. La escenografía, el calabozo de un siniestro castillo custodiado por dos verdugos. El repertorio, una selección de canciones del álbum más reciente y varios clásicos coreados a voz en cuello por 15 mil personas vestidas de camisetas negras.

Antes de las nueve y media, los británicos estaban en el escenario luego de la penosa actuación de los chilenos Witchblade. Dickinson y compañía, los guitarristas Adrian Smith, Dave Murray y Janick Gears, el bajista Steve Harris y el baterista Nicko McBrain partieron con “Wildest Dreams”, del último disco, y continuaron con una seguidilla de éxitos: “Can I Play With Madness”, “The Trooper”, “Hallowed Be Thy Name” y el súper clásico “Fear Of The Dark”.

Iron Maiden no vive de añejos buenos tiempos. “Tocamos mejor que en los ochenta” dijo Dickinson en la conferencia de prensa tras su arribo a Chile. Y dos álbumes de excelente factura son la prueba. Del “Brave New World” la banda interpretó la canción homónima y del “Dance Of Death” los temas “Rainmaker”, “Dance Of Death” y “No More Lies”, uno de los cortes más épicos de la placa discográfica. Quizá otro himno para la extensa lista de la “Doncella de Hierro”.

Dickinson nos aseguró que somos un “público jodidamente especial”. Y, agregó, “mientras exista Iron Maiden siempre habrá un concierto en Chile”. ¿Qué más?, combustible para fanáticos ansiosos de un show sin fin. Pero todo lo bueno acaba, reza el refrán popular y a eso de las 10.30 la banda hizo su primera retirada. Falsa alarma, porque regresaron con un acústico “Journeyman” y “The Number Of The Beast” y “Run To The Hills” para el cierre. Igual que dos años atrás.

El “girl power” durante el año 2004

Y por qué no. Si hasta presidenta podríamos tener.

El año pasado fue de glorioso retorno para insignes figuras del metal con voz de mujer.

La clásica Tarja Turunen sorprendió con el increíble “Once”, el cuarto disco de una banda que para algunos había cerrado una etapa. Pero la finesa que también canta ópera en exclusivos teatros mostró cuan amplio es su rango vocal al abandonar su registro lírico característico de álbumes anteriores para hacer dúo con el bajista Marco Hietala. La pieza es de colección. Ya son hits “Nemo” y “Wish I Had An Angel. Una lástima su frustrado concierto en Chile.

Cristina Scabbia, la sexy italiana líder de Lacuna Coil, completó un año redondo. Con “Comalies” bajo el brazo, partieron a la tierra de las oportunidades. En el escenario alternativo del Ozzfest, ese invento del cerebro comercial llamado Sharon, encantó al público estadounidense. Vendieron 300 mil copias del disco. Todo un logro para una casa discográfica como Century Media. Lo relanzaron con un bonus acústico y trabajan en el quinto álbum de estudio.

Ella es un hada. Sharon den Adel, la dulce holandesa que conquistó con “Mother Earth” regresó a las listas de popularidad tras tres años de mutismo. “La Fuerza Silenciosa”, el nombre de la placa en español, es disco de oro en tres países europeos. Y una de las mejores grabaciones orquestadas, junto a la de Nightwish, lanzadas al mercado el año que partió. Los acusan de imitar a Evanescence: es que los fanáticos ortodoxos no toleran cambios.

Y finalizo con ella. Todo un símbolo cuando nos referimos a mujeres en la música pesada. Theatre Of Tragedy la despidió sin explicaciones. Liv Kristine, discreta, se dedicó a su proyecto Leaves Eyes. El debut resultó un magnífico regalo para los acérrimos de la banda alemana, sin ser una copia feliz del edén del sonido de los noventa. Cantó con Dani Filth en el mejor tema de “Nymphetamine”, en la ópera Genious y prepara nuevo disco solista.

No quiero terminar sin mencionar a otras chicas que tuvieron un buen 2004. Anneke van Giersbergen cautivó a los chilenos en dos sendas presentaciones a teatro lleno y subió a los escenarios de los mayores festivales del Viejo Continente con varios meses de embarazo. Verdadera vocación. Y a otra que promete hacer de este “su” año. Vibeke Stene vuelve con “Ashes”, la cuarta placa de Tristania, pesada y atmosférica como nunca.

Publicado en enero de 2005

Barroquejón: el tributo criollo a la Tierra Media

Sorprendente. Así es el disco de Barroquejón, la primera aproximación criolla a una ópera basada en la recurrente obra de J.R.R.Tolkien. David Hanus, un estudiante de Antropología obviamente cautivado hasta la médula de los huesos por El Señor De Los Anillos, es el único autor y ejecutante en este proyecto de proporciones épicas, como el abrupto camino para deshacerse del anillo relatado en cientos de páginas por el profesor británico.

Y qué es lo notable. Barroquejón reservó para sí todo el peso de la composición, la interpretación, los arreglos, el arte… Grabó en su casa un increíble número de instrumentos y editó un álbum de excelente factura. Una exquisitez para los fanáticos de Tolkien y del metal sinfónico. Ciudad Metal entrevistó por correo electrónico al músico. Lo mejor, habría una segunda parte. Quizá en vivo.

– ¿Cómo resultó en la práctica escribir las letras, ejecutar todos los instrumentos y hacer todas las voces?. No quisiste pedir una manito…
– La verdad es que ni siquiera pensé en pedir una manito. Desde un comienzo me planteé este proyecto como algo súper personal. Y es que todo parte por la inspiración de los libros de Tolkien. A partir de ellos generé una idea de cómo quería que sonaran las canciones, qué clase de ritmos y sonidos y arreglos debían ser incorporados. Entonces desde un comienzo fijé esto como un proceso de experimentación. Desde mi voz, hasta mis capacidades en percusión, guitarra, piano y flauta. La idea era hacer la música que yo tenía en mente, hacer canciones que me entretuvieran completamente: no dejar nada a la repetición o a la flojera de soluciones a la rápida.

Y creo que en esto fue clave el hecho de que estuviera solo, porque necesitaba ver cómo iba saliendo, si resultaban o no los arreglos, si podía cantar efectivamente. En suma, más que difícil, me resultó enormemente complejo hacer las canciones. Tuve que luchar con mis propias limitaciones, hacer miles de tomas, revisar una y otra vez los tracks, viendo siempre la manera de mejorarlos para que me dejaran conformes. El resultado final, en materia de composición, letra, voz e instrumentos, me dejó bastante contento. La ayuda que recibí fue más que nada de apoyo moral, que no deja de ser fundamental, de parte de mi familia y amigos, de una web que se llama Chiletolkien -Giliath el webmaster y Nen, que revisó las letras-, de Narci -Saurom Lamderth- y de Juan Barrenechea que me ofreció distribución.

– Tu estilo vocal tiene influencias de André Matos y Hansi Kürsch en la grandilocuecia, ¿esa es la marca que buscaste para tu álbum?
– El Nightfall -…In The Middle Earth, de Blind Guardian- sin duda me inspiró enormemente. De hecho es uno de mis LP´s preferidos. Y André Matos también es gran ídolo. Me encanta Angra y creo que fue lo primero que escuché en materia de metal melódico. Pero no he tenido en ningún momento la intención de emularlos, o de sonar como ellos. No creo que tenga la capacidad para ello tampoco. Yo creo que mis canciones son el resultado de toda la música que he escuchado en mi vida. Partiendo por el genial Freddie Mercury y Queen, que creo que son el cantante y el grupo que más han influido en mi idea de música, REO Speedwagon, Toto, Bangles, Roxette, el pop ochentero, INXS, Enya, Journey, Guns n´Roses, Dream Theater, IQ, Morbid Angel, Carcass, en fin. En esto de Barroquejón todo ha sido un proceso propio. Soy yo tratando de hacer mi mejor esfuerzo en el canto. Soy yo, en Towards You, haciendo tomas de voz en las que apenas puedo cantar por la emoción. En Hopes For A Better Quest trato de ser la voz de Bilbo, despidiendo emocionadamente a Frodo. En In Mount Doom canto en tercera persona, describiendo los eventos. Es decir, intento que mi voz sea funcional a cada canción y a cada evento o personaje del que hablo. Otro ejemplo bueno es cuando grito Mumaaaaaaaaaaak en With Faramir.

– ¿Quisiste hacer una suerte de ópera basada en los escritos de Tolkien?
– Inicialmente no. Soy sólo un lector de Tolkien con una fuerte necesidad de crear. Puede que el disco sea considerado como ópera en el sentido de que hay distintos hablantes (actores), tenemos una escenografía (la Tierra Media) y hay acción (representable en la danza operática) y música. Pero claro, sería mucho decir que lo mío ES ópera. Puede llegar a ser, eso sí. Habría que re-escribirla y adaptarla a un formato teatral por alguien capacitado para eso. Pero yo la consideraría como música épica inspirada.

– Eres un fanático del profesor, sin duda. Pero, ¿qué otros intereses tienes?
– Jajaja, sí, Tolkien ha sido muy significativo para mí. Otros intereses… mmm. Me gusta el cine, sobre todo las pelis de terror y de fantasía, como la serie de Evil Dead, la obra de G.A. Romero, todas las pelis de Peter Jackson, en fin. En literatura, aparte de las cosas antropológicas y sociales, me gusta Hesse, Castaneda, que no es muy valorado como antropólogo en el ámbito académico, Vargas Llosa, algo de Lovecraft y, por supuesto, Clive Staple Lewis con sus “Crónicas de Narnia”. Bien variado. Y en televisión veo casi puras series: 24, Los Simpsons, Futurama, E.R., Friends… jaja, cosas livianitas.

– ¿Cómo financiaste la producción del disco?
– Con el esfuerzo de mi familia. O debería decir de mi mamá, mi abuela y mi tía. Yo aún no trabajo. Igual fue un gasto grande, porque si bien yo grabé todo en mi casa, tuve que mezclar y masterizar en estudios. Inicialmente la mezcla y masterización debieron ser en un mismo estudio, pero el resultado no fue lo que yo esperaba y me vi forzado a masterizar en otro. En lo del diseño fue igual de problemático. Al principio quería adquirir licencia de una pintura de Ted Nasmith. Pero en Harper Collins, que tiene los derechos de su obra, sólo me dieron permiso para distribución en Latinoamérica, entonces tuve que recurrir a pintores locales que no me dejaron conforme. Al final, y después de gastar innecesariamente, un diseñador me presentó un fotomontaje original. A esa altura no quería más guerra, así que lo elegí. Finalmente el diseño lo tuve que terminar yo, jajaja, y en la fábrica de discos la diseñadora gráfica le dio los últimos retoques. La conclusión que saqué es: difícil, muy difícil hacer un disco. Sobre todo si uno está solo y no se tienen los contactos adecuados.

– ¿Tenemos posibilidad de escuchar la obra en vivo?
– Me encantaría, pero por ahora sólo podría ofrecer un playback a lo Sábados Gigantes y eso sería medio fome. Me gustaría sacar un segundo disco y ahí ver si me es más fácil armar algo para presentar un concierto dignamente. Quizás eso coincida cuando ya haya egresado y tenga algo más de tiempo para dedicar a esto de la música. Quién lo diría.

Publicado en junio de 2004

Cruces al derecho

Ningún pasaje bíblico menciona la música escuchada por Cristo. No eran tiempos de álbumes, sellos discográficos y reproductores portátiles, pero si hoy viviera quizá asistiría a un concierto del rock más agresivo que pueda imaginar. Porque la música de común rotulada de satánica también tiene su lado amable. Nació a la par del auge del heavy impuesto por Iron Maiden, tiene sus propios íconos y pelea en calidad a los grandes grupos no cristianos.

Es el “white metal”. O metal blanco. Inspirados en el Mesías, los brasileños Seven Angels, en alusión a las siete plagas del Apocalipsis, editaron su primer disco, “The Second Floor”, y culminaron en Graneros un extenuante gira que los tuvo a bordo de un bus por Perú, Bolivia, Paraguay y Chile. Conversamos con Karim Serri, guitarrista, compositor de la mayoría de los temas contenidos en su debut musical y quien mejor domina el español. Aquí, las cruces no van invertidas.

– ¿Cuándo nace la banda?
– La banda empezó a fines del año 2000. Yo trabajaba en música, pero en otros grupos, Débora -su esposa y vocalista de la banda- también cantaba con otros grupos, y sentimos que había llegado el tiempo de hacer un trabajo juntos. Hicimos dos o tres temas para ver cómo era el sonido. Nos gustaron, comenzamos a buscar a los otros músicos. Primero el baterista Eliezer, después el baterista Ricardo y por último Rafael en teclados.

– ¿Por qué la necesidad de expresar su credo religioso en la música?
– Porque en general el ambiente del heavy metal y del rock es un ambiente pesado, con mucha droga, mucho alcohol y mucha violencia y creemos que necesitamos hablar de cosas más positivas. Nuestras letras no hablan directamente de Dios o de Jesús, sino de cosas positivas para nuestras vidas.

– ¿Sienten discriminación por parte del público por el hecho de declararse cristianos?
– Nosotros no tenemos problemas. Existe un prejuicio, pero no de todas las personas. La música cristiana está comenzando a entrar en el heavy metal y el rock & roll. Las personas están aceptando más, porque son bandas de calidad. La música no cambia en una banda cristiana o no cristiana. Sólo los temas son diferentes. Entonces ahora es un poco más fácil para las bandas cristianas, tocar o conseguir grabar con disqueras.

– Hay quienes no compran discos ni van a conciertos de bandas que hablan de Dios en sus letras.
– Muchas de esas personas no conocen la música. Solamente por ser cristianos no van a los conciertos y no compran los discos. Sería bueno que todos pudiesen escuchar antes de juzgar o de no querer ir a un concierto. Es importante que todos escuchen la música, que sea algo democrático. He visto muchas bandas cristianas que son mejores que las bandas no cristianas. Creo que es importante que las personas escuchen la música antes. Cada uno tiene libertad para escoger lo que quiere o no quiere hacer.

– ¿Qué influencias musicales reconocen?
– Cada uno tiene una influencia diferente, pero creo que como banda las influencias son más del thrash de los años ochenta como Metallica, Anthrax y bandas de heavy metal como Helloween, Iron Maiden, Manowar. Bandas más nuevas de power metal como Sonata Arctica, Stratovarius. Buscamos una mezcla de todo esto y es un poco diferente, porque es una mujer la que canta. Tenemos sólo un disco. Somos una banda nueva, pero creo que estamos creando una identidad y con el tiempo podremos hacer un sonido particular.

– El nombre del álbum, Second Floor o Segundo Piso en castellano, ¿tiene algún simbolismo?
– Sí. Las letras hablan de una persona que intenta mirar la vida desde arriba. Examinar lo que pasa en tu alrededor y escoger si quieres o no vivir la vida de esta manera. Second Floor es un simbolismo para decir que la gente puede escoger lo que quiere hacer.

– Ustedes han compartido escenario con personas que no expresan su credo en su música, como Helloween y Nightwish, ¿cómo ha sido esa experiencia?
– Creo que nosotros como cristianos debemos tocar en todos los lugares, porque todos precisamos mensajes positivos. Unos no quieren escuchar, pero todos necesitan. Es importante para nosotros expresar lo que creemos. Para tocar con esas bandas creo que fue un proceso. Nuestra disquera nos ayudó en un principio. Los shows con Nightwish y con Shaman fueron contactos de la disquera. Con Helloween nosotros hicimos el contacto. Con el tiempo ganamos un espacio y el respeto de las personas, entonces creo que de aquí para adelante la tendencia es que esto continúe. Nosotros respetamos todo lo que las personas creen. Si creen que deben hablar del Diablo, tienen derecho y son libres para eso. Tenemos que respetarlo. No concordamos, pero lo respetamos. Por infortunio, al inverso no es así. Ellos no respetan mucho lo que creemos.

– ¿Cómo evalúan su esta primera gira internacional?
– Fue una experiencia diferente, porque somos una banda pequeña, entonces fue muy difícil. Las personas no conocen todavía la música, tocamos en locales pequeños, nos ha dejado muy cansados. Hemos hecho todo el tour en bus, son distancias grandes. Como somos una banda pequeña, las personas no tienen plata para pagar avión y todo eso. Todos los conciertos fueron muy buenos, las personas aceptaron muy bien la música, vendimos muchos discos y muchas poleras. En ese aspecto fue muy positivo, pero tenemos que pensar mucho para hacer otra gira como esta. Estamos muy cansados. Ahora volvemos a Brasil en bus y son 48 horas. Es una experiencia que tuvimos que pasar para saber cómo funcionan las cosas.

– ¿Cómo describirían la escena sudamericana?
– Para nosotros en Brasil es difícil. Ahora que salimos vimos que la escena sudamericana es muy grande. Las bandas son muchas y muy buenas, pero desconocidas principalmente por la diferencia de lengua. En Brasil nadie acepta bandas que no canten en inglés. Todas las bandas sudamericanas que conocimos cantan en español. Para nosotros es diferente, no estamos acostumbrados. Y estas bandas no son conocidas en Brasil por el idioma. Cuando estamos en Brasil, la escena sudamericana prácticamente no existe. Ahora que estamos aquí sabemos que existen muchas bandas. Para que nuestra música pueda estar en Estados Unidos, Europa, Japón, Australia, es necesario cantar en inglés. Las bandas como Mago De Oz y Rata Blanca son muy conocidas en Latinoamérica, pero en Brasil no. Para los americanos y europeos es difícil de aceptar el heavy metal cantado en otro idioma que no sea el inglés. Tanto que las bandas de Alemania, Finlandia, Suecia, Japón, Australia, todas cantan en inglés. Creo que el heavy metal fue hecho para ser cantado en inglés. Me gusta mucho escuchar en español, pero es difícil conquistar mercados como Estados Unidos o Europa cantando en español o portugués.

– Débora, ¿alguna mujer influye en tu estilo vocal?
– No, influencia de mujer no. De hombre. De Helloween, Stratovarius. Pero me gustan muchas mujeres que están haciendo metal. Nightwish es muy bueno, pero el estilo que me gusta para mujer es el de Elisa, de Darkmoor. Me gusta la voz agresiva.

– Por favor, un saludo para nuestros lectores.
– Esperamos mucho regresar a Chile y que nuestra música pueda agradar a todas las personas que acceden al website. Esperamos volver en otra oportunidad con una organización un poco mejor y más grande y hacer conciertos un poco más estructurados.

Publicado en marzo de 2004