Barroquejón: el tributo criollo a la Tierra Media

Sorprendente. Así es el disco de Barroquejón, la primera aproximación criolla a una ópera basada en la recurrente obra de J.R.R.Tolkien. David Hanus, un estudiante de Antropología obviamente cautivado hasta la médula de los huesos por El Señor De Los Anillos, es el único autor y ejecutante en este proyecto de proporciones épicas, como el abrupto camino para deshacerse del anillo relatado en cientos de páginas por el profesor británico.

Y qué es lo notable. Barroquejón reservó para sí todo el peso de la composición, la interpretación, los arreglos, el arte… Grabó en su casa un increíble número de instrumentos y editó un álbum de excelente factura. Una exquisitez para los fanáticos de Tolkien y del metal sinfónico. Ciudad Metal entrevistó por correo electrónico al músico. Lo mejor, habría una segunda parte. Quizá en vivo.

– ¿Cómo resultó en la práctica escribir las letras, ejecutar todos los instrumentos y hacer todas las voces?. No quisiste pedir una manito…
– La verdad es que ni siquiera pensé en pedir una manito. Desde un comienzo me planteé este proyecto como algo súper personal. Y es que todo parte por la inspiración de los libros de Tolkien. A partir de ellos generé una idea de cómo quería que sonaran las canciones, qué clase de ritmos y sonidos y arreglos debían ser incorporados. Entonces desde un comienzo fijé esto como un proceso de experimentación. Desde mi voz, hasta mis capacidades en percusión, guitarra, piano y flauta. La idea era hacer la música que yo tenía en mente, hacer canciones que me entretuvieran completamente: no dejar nada a la repetición o a la flojera de soluciones a la rápida.

Y creo que en esto fue clave el hecho de que estuviera solo, porque necesitaba ver cómo iba saliendo, si resultaban o no los arreglos, si podía cantar efectivamente. En suma, más que difícil, me resultó enormemente complejo hacer las canciones. Tuve que luchar con mis propias limitaciones, hacer miles de tomas, revisar una y otra vez los tracks, viendo siempre la manera de mejorarlos para que me dejaran conformes. El resultado final, en materia de composición, letra, voz e instrumentos, me dejó bastante contento. La ayuda que recibí fue más que nada de apoyo moral, que no deja de ser fundamental, de parte de mi familia y amigos, de una web que se llama Chiletolkien -Giliath el webmaster y Nen, que revisó las letras-, de Narci -Saurom Lamderth- y de Juan Barrenechea que me ofreció distribución.

– Tu estilo vocal tiene influencias de André Matos y Hansi Kürsch en la grandilocuecia, ¿esa es la marca que buscaste para tu álbum?
– El Nightfall -…In The Middle Earth, de Blind Guardian- sin duda me inspiró enormemente. De hecho es uno de mis LP´s preferidos. Y André Matos también es gran ídolo. Me encanta Angra y creo que fue lo primero que escuché en materia de metal melódico. Pero no he tenido en ningún momento la intención de emularlos, o de sonar como ellos. No creo que tenga la capacidad para ello tampoco. Yo creo que mis canciones son el resultado de toda la música que he escuchado en mi vida. Partiendo por el genial Freddie Mercury y Queen, que creo que son el cantante y el grupo que más han influido en mi idea de música, REO Speedwagon, Toto, Bangles, Roxette, el pop ochentero, INXS, Enya, Journey, Guns n´Roses, Dream Theater, IQ, Morbid Angel, Carcass, en fin. En esto de Barroquejón todo ha sido un proceso propio. Soy yo tratando de hacer mi mejor esfuerzo en el canto. Soy yo, en Towards You, haciendo tomas de voz en las que apenas puedo cantar por la emoción. En Hopes For A Better Quest trato de ser la voz de Bilbo, despidiendo emocionadamente a Frodo. En In Mount Doom canto en tercera persona, describiendo los eventos. Es decir, intento que mi voz sea funcional a cada canción y a cada evento o personaje del que hablo. Otro ejemplo bueno es cuando grito Mumaaaaaaaaaaak en With Faramir.

– ¿Quisiste hacer una suerte de ópera basada en los escritos de Tolkien?
– Inicialmente no. Soy sólo un lector de Tolkien con una fuerte necesidad de crear. Puede que el disco sea considerado como ópera en el sentido de que hay distintos hablantes (actores), tenemos una escenografía (la Tierra Media) y hay acción (representable en la danza operática) y música. Pero claro, sería mucho decir que lo mío ES ópera. Puede llegar a ser, eso sí. Habría que re-escribirla y adaptarla a un formato teatral por alguien capacitado para eso. Pero yo la consideraría como música épica inspirada.

– Eres un fanático del profesor, sin duda. Pero, ¿qué otros intereses tienes?
– Jajaja, sí, Tolkien ha sido muy significativo para mí. Otros intereses… mmm. Me gusta el cine, sobre todo las pelis de terror y de fantasía, como la serie de Evil Dead, la obra de G.A. Romero, todas las pelis de Peter Jackson, en fin. En literatura, aparte de las cosas antropológicas y sociales, me gusta Hesse, Castaneda, que no es muy valorado como antropólogo en el ámbito académico, Vargas Llosa, algo de Lovecraft y, por supuesto, Clive Staple Lewis con sus “Crónicas de Narnia”. Bien variado. Y en televisión veo casi puras series: 24, Los Simpsons, Futurama, E.R., Friends… jaja, cosas livianitas.

– ¿Cómo financiaste la producción del disco?
– Con el esfuerzo de mi familia. O debería decir de mi mamá, mi abuela y mi tía. Yo aún no trabajo. Igual fue un gasto grande, porque si bien yo grabé todo en mi casa, tuve que mezclar y masterizar en estudios. Inicialmente la mezcla y masterización debieron ser en un mismo estudio, pero el resultado no fue lo que yo esperaba y me vi forzado a masterizar en otro. En lo del diseño fue igual de problemático. Al principio quería adquirir licencia de una pintura de Ted Nasmith. Pero en Harper Collins, que tiene los derechos de su obra, sólo me dieron permiso para distribución en Latinoamérica, entonces tuve que recurrir a pintores locales que no me dejaron conforme. Al final, y después de gastar innecesariamente, un diseñador me presentó un fotomontaje original. A esa altura no quería más guerra, así que lo elegí. Finalmente el diseño lo tuve que terminar yo, jajaja, y en la fábrica de discos la diseñadora gráfica le dio los últimos retoques. La conclusión que saqué es: difícil, muy difícil hacer un disco. Sobre todo si uno está solo y no se tienen los contactos adecuados.

– ¿Tenemos posibilidad de escuchar la obra en vivo?
– Me encantaría, pero por ahora sólo podría ofrecer un playback a lo Sábados Gigantes y eso sería medio fome. Me gustaría sacar un segundo disco y ahí ver si me es más fácil armar algo para presentar un concierto dignamente. Quizás eso coincida cuando ya haya egresado y tenga algo más de tiempo para dedicar a esto de la música. Quién lo diría.

Publicado en junio de 2004