Nada sencillo redactar un reporte medianamente imparcial cuando la banda que está sobre el escenario es una de las que más horas consume en tu reproductor personal, una de las que encarnan de manera fiel la combinación de música impecable en lo técnico, letras agudas que no rehúyen la realidad para asirse a mundos de fantasía y un alma tremenda que traspasa las barreras de seguridad. La dificultad se duplica cuando minutos antes de un show demoledor, tuviste la oportunidad de conocerlos en persona.
Pero como mis notas nunca han presumido de una objetividad que no existe, porque escribimos desde el lugar y el momento en que nos hallamos parados en este mundo, y estos apuntes actúan como una bitácora de mis experiencias en vivo asistiendo a conciertos de rock, continuaré imprimiendo humanidad a los relatos. En un gesto de neutralidad, puedo afirmar que el concierto en el envejecido Teatro Novedades, fue una vigorosa demostración de maestría.
A eso de las 19.45 horas, Angela Gossow recibía un obsequio de uno de los fans que adquirieron un ticket para participar del meet and greet. Una primorosa lata de caramelos japoneses, réplica exacta de la caja que endulza la violenta existencia de la pequeña Setsuko en la “La tumba de las luciérnagas”, una película de animación que caló profundo en la cantante alemana y la movió a escribir la lírica de “The Day You Died”.
El tiempo transcurre cual relámpago, entre las fotografías de rigor con las manos haciendo la señal de cuernos arriba y la rapidísima firma de álbumes para que todos los integrantes de banda estampen su rúbrica. Sharlee D’Angelo parece un gigante y casi toca el cielo raso en el pasillo de los camarines. Michael Amott coloca expresiones divertidas antes de cada disparo del flash y su hermano Chris se muestra reservado. Está claro que la mayoría compró el boleto VIP solo para retratarse al lado de Angela.
Mientras en bambalinas el breve encuentro de 10 minutos junto a los suecos llegaba a su fin, el teatro comienza a poblarse. Chile quedaba a la altura de los shows ofrecidos en los demás países visitados durante esta gira -Venezuela, Colombia, Argentina y Brasil- y conserva el estatus de mejor público que tantas bandas han corroborado durante su paso por este austral país. Incluso la concurrencia empieza a subir a la platea para tener una visión panorámica de lo que acontecería.
Arch Enemy ingresó directo a matar. “Blood on Your Hands” apretó el gatillo de una máquina que no se detuvo hasta el cierre del show. Un engranaje veloz, intenso y terriblemente melódico gracias a las armonías en guitarra gentileza de los hermanos Amott. Como fue la marca registrada de este tour sudamericano -ya no latino, porque México deberá esperar hasta agosto debido a la temida gripe porcina- Angela vistió una polera con el nombre del país pintado en letras rojas.
El repertorio no defraudó. “Ravenous”, “Taking Back my Soul”, “My Apocalypse”, “Dead Eyes See No Future”, “Heart of Darkness”, “Revolution Begins”, “I Will Live Again”, “Diva Satanica” y dos temas que ya son himnos: “Nemesis” y “We Will Rise”. Como pocas veces el Novedades aminoró sus deficiencias estructurales y permitió escuchar sin mayores contratiempos el bombardeo de uno de los actos más potentes de la escena actual. Si el alicaído teatro no se desplomó anoche, entonces los constructores de antaño sí que hacían bien su trabajo.