Chile se inscribió como la fecha más multitudinaria de Iron Maiden


Iron Maiden continúa escribiendo la historia del heavy metal. La noche del 22 de marzo de 2009 sumó un nuevo capítulo a un libro que contiene todos los ingredientes de un best seller. Chile, un pequeño país que cuelga del continente americano, tuvo el honor de alzar el récord del concierto en solitario más numeroso ofrecido por la banda en toda su carrera. Porque esta gente quiere a la Doncella de Hierro, aunque la relación consigne episodios negros como la colocación del apellido satánico a un rock que el paso de los años no amenaza con consumir.

La del domingo fue mi experiencia más próxima a la banda. Todos mis reportes anteriores han sido escritos desde la perspectiva de quien se instala en la cancha, pero esta vez accedí a la barricada para tomar fotografías en una misión que hasta minutos antes del concierto parecía imposible. El calor de los fuegos artificiales que abren el espectáculo de la aclamada gira “Somewhere back in time” incrementó la temperatura, si es que podía, de quienes aguardaban apretujados contra las vallas, el comienzo del show. “Aces High”, un clásico que por si solo el año anterior hizo que valiera la pena la compra del boleto, repitió un comienzo demoledor.

Observado desde una cierta altura, el recinto hípico donde tuvo lugar el evento épico asemejaba un campo de batalla. Un escuadrón de soldados vestidos con camisetas negras estampadas con los distintos álbumes de la banda, desde “Iron Maiden” hasta “A matter of life and death”. Otra vez asistimos a un concierto transgeneracional. Si hasta en un acto de poca prudencia, los padres de una niña que apenas tendría dos años salían con la infante en andas, correctamente ataviada con una polera negra y entonando un “olé, olé, olé…” que fue seguido a coro por los enternecidos fans.


Respecto a la escala anterior del “Somewhere back in time” hubo algunas diferencias. La evidente, la concurrencia que traspasó las 50 mil personas situando al evento a la par de un baladista en la cúspide de su fama. Aunque, claro está, los metaleros solo hacen noticia cuando provocan desmanes o desobedecen las normas de seguridad. Por ello Bruce Dickinson invitó a los fanáticos a moverse dos pasos hacia atrás para poder respirar y evitar el estigma que cae sobre las cabezas de quienes escuchamos rock pesado. Por fortuna, el recital registró un ínfimo número de detenciones. Ni comparado con un partido de alto riesgo.

Luego, la puesta en escena. Efectos pirotécnicos complementaron la interpretación, una figura de Eddie momificado sorprendió tanto por su titánica estatura como por el fuego que despedía por sus ojos y para “The number of the beast”, un demonio emergió de la escenografía ambientada en el antiguo Egipto. Y tercero, la inclusión de tracks que hace mucho tiempo no cantan en vivo, como “Children of the damned”. Un obsequio que nos llevamos en el corazón. También atesoramos las palabras del energético frontman, quien aseveró que volverán a pisar suelo chileno cuando tengan entre manos el álbum que lanzarán el año venidero.

En lo emocional, me quedó con el concierto de 2008. No hubo llamas ni una multitud tan impactante como del Club Hípico, pero la huella que dejó en mi memoria es más honda. Quizá repetir un mismo espectáculo noche tras noche en cientos de ciudades desgasta la capacidad de producir discursos que impacten en la fibra sensible de los fans. La rutina de aterrizar en un coliseo para tocar un set de temas idéntico al de la jornada anterior convierte a la música en un trabajo más, aunque para los románticos posea una dimensión distinta a la de cualquier otra profesión.

Pero la Doncella de Hierro es incorruptible. La banda británica ahora debutará en la pantalla grande. El 21 de abril es el estreno de la película que documentó “Somewhere back in time”, una nueva pieza del antropólogo canadiense Sam Dunn, el mismo detrás de “Metal, a headbanger’s journey” y “Global Metal”. “Flight 666” revela el impacto planetario del emblema viviente y muestra las bambalinas del tour mundial que los tuvo dos veces en Chile interpretando lo más selecto de su abultada discografía. Habrá que abordar ese vuelo.

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