Dimmu Borgir desata la locura rememorando clásicos del black

A las 21.35 y con un público expectante comenzó el esperado concierto de Dimmu Borgir en Santiago, ocho años después de su última visita y con la revisión completa del “Enthroned Darkness Triumphant” como antecedente. Vestidos de riguroso negro recordando los tiempos de ese álbum y en una mezcla de castellano muy bien pronunciado y algo de inglés la banda saludó a los asistentes y de inmediato comenzó con “Mourning Palace”, lo que detonó la locura de la concurrencia.

Le siguieron “Spellbound” e “In Death’s Embrace” ejecutadas de una manera impecable. Quizá porque era día viernes y el público estaba cansado, al quinto tema los ánimos descendían de modo precipitado. La banda se detuvo un segundo para agradecer de manera muy sincera e interpretó “Tormentor of Christian Souls” lo que de nuevo encendió al Teatro Teletón. Shagrath dedicó “A Succubus in Rapture” a “todas las bellas mujeres del público” lo que la audiencia agradeció con gritos descontrolados y los infaltables y anónimos “¡mijito rico!”. Seguido llegó el turno de “Raabjørn Speiler Draugheimens Skodde”, tema interpretado en noruego, lo que no impidió a la audiencia disfrutar de un clásico reconocido.

Terminada esta canción la banda abandonó el escenario y por alrededor de 10 minutos el público tuvo que contentarse con la reproducción de temas orquestados. Reinaba la impaciencia cuando por fin apareció Daray, baterista en vivo, e inicia un solo que dejó a la masa atónita no solo por el hecho mismo, sino porque la pieza parecía no terminar. Luego de unos minutos y quedando de manifiesto la gran habilidad del batero todos recobraron el ánimo y comenzaron a corear “Hey!” a la orden del habilidoso noruego.

Después volvería el resto de la banda, ahora vistiendo blanco y dando por hecho que se había acabado la hora de los clásicos e interpretarían algo nuevo. Comenzaron esta segunda parte con “Vredesbyrd”, tema que desató la euforia del público. Luego de la sutil promoción de su álbum “Abrahadabra” tocaron “Dimmu Borgir”, que pese a lo obvio del coro el público no acompañó como se esperaba. De inmediato vino “Gateways”, con una excelente recepción.

Ya había volado una hora y Shagrath preguntó “Are you tired? (¿están cansados?)” unas siete veces seguidas a lo que el público respondió cada vez con mayor entusiasmo con un rotundo “¡NO!”. “Puritania” mantuvo el ánimo en alto, Shagrath bajó del escenario y empezó a tocar tantas manos como le fue posible. Uno de los funcionarios de seguridad trató de regresarlo arriba asiéndolo de un hombro, lo que claramente le molestó y respondió con una mirada fulminante que devolvió a su lugar al inoportuno personaje. Después de saludar a unas cuantas personas más subió al plató.

En ese momento, Gerlioz, su tecladista en vivo, comenzó a filmar al público. Con una evidente satisfacción por lo que veía se grabó con la multitud a sus espaldas, sonrió y enseñó a la cámara su pulgar el alto, tras lo cual hizo una reverencia aplaudiendo a la concurrencia enardecida y corrió de nuevo a su teclado.

Dimmu Borgir cerró el concierto con “The Serpentine Offering” y “Progenies of the Great Apocalypse” en las que Shagrath hizo las voces limpias de Vortex a su manera y dejando un poco que desear. La banda agradeció con aplausos y arrojando todo lo que pilló a las manos angustiadas por algún recuerdo, se tomó una foto y Shagrath con su voz característica sentenció “Santiago, we shall… shall return!”. Anhelamos que cumpla, pues Dimmu Borgir es una banda que siempre ofrece un espectáculo impecable, ¡imperdibles!

Texto por Jazmín Silva
Fotos por Julián Pacheco

Soulfly: danza tribal en la hoguera

Lo de Soulfly el pasado martes en el Club 334 fue un verdadero desafío a la resistencia. La sola imagen post concierto de decenas de jóvenes estrujando sus poleras a la salida del local, habla tanto de la intensidad del show ofrecido por la banda del ex Sepultura como de las falencias del recinto de San Diego para enfrentar conciertos con un lleno total.

A eso de las 21.20 horas se apagan las luces y la expectación del público se hace sentir. La banda sube al escenario en medio de aplausos y gritos y encienden la primera chispa de la noche con “Rise of the Fallen” que, como una onda de energía pura, hace saltar a todos los fanáticos que acudieron a la cita. El sonido no es el óptimo, pero con el paso del show mejorará bastante.

Max moja al público, pues ya se comienza a sentir el calor dentro del local, y enseguida ataca con las ineludibles llamaradas de “Prophecy”, “Back to the Primitive” y “Downstroy”, que definitivamente hacen arder el local. La performance de la banda es agresiva, los temas acelerados y el público responde en consecuencia con mosh, brincos y personas cayendo en flujo constante tras la barricada.

Tras “Seek ‘n’ Strike”, en que Cavalera es generoso con el agua y saluda al público de la primera fila chocando palmas, vendría la primera visita a los imprescindibles Sepultura. El doblete principia con el clásico “Refuse/Resist”, en cuyo intermedio el mosh fue una hoguera de la cual muchos salieron malheridos en busca de agua y aire, seguido de “Territory”, durante el cual la bandera chilena permanece anclada al micrófono del vocalista para quedarse allí el resto del concierto.

La energía del espectáculo y la brutalidad de los temas de Soulfly hacen que algunos salgan del local en busca del aire que adentro escasea, mientras otros se retiran hacia los costados o el fondo para un momento de descanso. Pero a la banda esto poco le importa y continúa avasallando a la audiencia con una brutalísima versión de ‘Porrada’. Durante el solo de batería por parte de Zyon Cavalera, sube un joven del público quien, tras abrazar a Max, lo acompaña en la percusión culminando su paso por el escenario con un “Viva Chile conchetumadre” que saca aplausos.

Tras solo un par de golpes en la batería el público intuye que la próxima descarga será “Tribe” y comienza a corear la introducción a la que se unirá el mítico vocalista y, tras este tema, otro corte asesino diseñado para headbanging puro: “Bring it”. Cavalera nunca ha sido hombre de concesiones, lo suyo es la música dura y las versiones en vivo de los temas son demoledoras, haciendo aún más agresivas, incluso, las clásicas composiciones de Sepultura. Esto quedaría más que claro tras “Troops of Doom”, “Arise”, que tocó unida a “Dead Embrionic Cells” e “Inner Self”, tripleta ovacionada y durante la cual de nuevo arde el mosh y abarca gran parte de la concurrencia. En una muestra de amistad con el público chileno, Cavalera toma el micrófono y anima al público con el clásico grito “Olé, olé, olé, olé, Chile, Chile”, a lo que los presentes responden con el respectivo “Olé, olé, olé, olé, Soulfly, Soulfly”.

El piso del Club 334 brilla por el sudor y la humedad generada por el calor, pero la banda no detiene su maquinaria y sigue asestando golpes como “No” y “Attitude”. El público tampoco se amilana y retruca con fuerza a este llamado de la selva. Max sube al escenario a sus hijos Richie e Igor -Zyon ya está en la batería- para una brutal versión de “Revengeance”. Los hijos del patriarca demuestran una actitud metalera que se extraña en parte de las nuevas generaciones, acompañando el tema con voces guturales y violentos gritos, exhibiendo un gran desplante sobre el escenario. Luego, un clásico de Sepultura, “Roots Bloody Roots”, otro himno ovacionado por los sudados, golpeados y cansados asistentes.

El frontman pide al público que se siente en el piso, el húmedo piso, cosa que unos pocos acatan aunque serían prontamente interrumpidos por el grito de “Jumpdafuckup!!!!” que da inicio al tema del mismo nombre y de nuevo los cuerpos vencen el cansancio para entregarse a la vibra de Soulfly. Max, sin guitarra, aparece con la camiseta de la selección chilena de fútbol, lo que saca aplausos y conmina al público a ondear sus poleras, agitando la propia al ritmo del “Olé, olé, olé” en lo que sería un momento de gran conexión, poco antes del gran final. Éste llegaría con la clásica y coreada “Eye For an Eye”, que cerraría un buen show por parte de una de las grandes bandas de metal actual, por desgracia en un recinto de capacidad reducida, sin ventilación y los baños principales deshabilitados.

A la salida quedan el cansancio, el sudor que debes estrujar de tu polera y la extraña sensación de haber presenciado un gran show, aunque de una muy mala manera. Todo bien por parte de Soulfly, pero creo que todos esperamos poder acogerlos mejor en una próxima oportunidad e ir subiendo el nivel de producción de eventos de este tipo, pues no solo restan todo el avance que ha habido en las últimas décadas, sino que también posiblemente dejan un mal recuerdo en quienes vienen a visitarnos. En este caso, Soulfly y su miembro más importante, influyente y próximo a Chile: Max Cavalera.

Más fotos en la galería.

Por Juan Pablo Rodríguez
Fotos por Julián Pacheco

Laura Vargas, vocalista de Sacramento: “El género está pasando a segundo plano”

Quien sigue a Laura Vargas en Facebook sabe que adora el chocolate y es una nostálgica del “Festival de los Robots”. También que hace muy poco integra la comunidad Eve’s Apple, donde cantantes de metal informan sobre el trabajo de las mujeres en este circuito y a la cual fue invitada por la ex frontwoman de Xandria y la vocalista de Skeptical Minds. En esta entrevista, la voz de Sacramento habla de su interés por la música, su paso por el hardcore, el aggro y los tributos, sus influencias y el trabajo de composición.

– ¿Cuándo y cómo te acercaste a la música? Leí que antes de Sacramento participaste de una banda hardcore y un tributo a Nightwish, entre otros proyectos, ¿puedes contarnos más de aquello?
– El cómo y cuando fue a los nueve años cuando escuché a mi papá tocar la guitarra y le pedí que me enseñara. Además, en el colegio -en La Serena- en esa misma época tenía un profesor de música que siempre me animó a- cantar, aunque yo sufría de un enorme pánico escénico. Si, estuve inicialmente en un banda de hardcore melódico, Syndie. ¡Fue una época espectacular e inolvidable! Al tiempo después, participe en esta banda tributo hasta que me aburrí y sentí las ansias de hacer mi propia música. También tuve el inmenso honor de participar en una banda con Julián Durney y Daniel Pierattini (Rekiem) llamada Minerva y que por las razones que todos sabemos, no pudimos tocar en vivo. La única vez que nos presentamos con Minerva, fue en un show que se organizó en memoria de Julián en la SCD de Vespucio.

– A fines de los noventa nacieron muchas agrupaciones encabezadas por mujeres en el rol de vocalista y eso provocó bastante interés. ¿Te sientes parte de una generación de chicas que ingresaron al rock duro debido a estas influencias?
– No la verdad, no lo había visto así. Creo que entré en esto cuando debía ser. Ni antes ni después.

– ¿Cómo ves la evolución de la tendencia “female fronted”?, ¿aún prevalece el género sobre las capacidades o cada vez importa más la música que el hecho de ser hombre o mujer?
– Cada vez va abarcando más y más terreno. El género está pasando a segundo plano, la gente no se conforma con una “cara bonita”. El público es súper exigente y tienes que hacer buena música y presentar un show de calidad.

– ¿Cómo abordas el machismo más acérrimo que no concibe a la mujer en tareas distintas a las domésticas y mucho menos al frente de una banda de metal?
– Tanto el hombre como la mujer es capaz de hacer la música que se le antoje. El metal no es cosa de hombres solamente. Hay muchas mujeres que se han atrevido a quebrar esa “regla” y han recibido un enorme reconocimiento. Hoy en día es absurdo que alguien diga “no escucho “X” banda porque toca o canta una mujer”. Tienes que ser demasiado cerrado de mente o vivir en otro planeta.

– En el ámbito puramente metal, ¿qué voces y músicos te inspiran?
– No es metal, pero siempre, Eddie Vedder y Pearl Jam han sido mi gran inspiración. De ahí nació mi interés por escribir y cantar letras que tuviesen sentido y no cosas vacías. Podría estar toda una semana nombrándote bandas/cantantes que me gustan y/o inspiran como Amorphis, In Extremo, Russell Allen, Geoff Tate, DIO, Slayer, Evergrey, Gojira, Tool, Opeth, Warrel Dane, Nevermore, Samael, Mark Lanegan, Jeff Buckley, Soundgarden, Aice in Chains, Tori Amos, Porcupine Tree, Ram-Zet, Fulano, etc, etc, etc. La vida misma es una gran inspiración para hacer buenas canciones y escribir muy buenas letras que puedes interpretarlas a tu manera o sentirte identificada con ellas.

– ¿De qué modo enfrentas la composición de las letra?, ¿qué temas te motivan, es un trabajo espontáneo o programado?
– Es espontáneo… siempre estoy escribiendo independiente si es para alguna canción o no. Las letras de este disco tienen que ver con distintos episodios de mi vida o simplemente, ficción. Había veces que las canciones (maquetas) “me hablaban” y las palabras fluían solas.
“Left Hollow”, por ejemplo, trata de una pesadilla que se me repetía cuando yo era muy, muy niña. O “Let the Death Embrace You”, que al escuchar los primeros riffs, se me vino a la mente la imagen de un hombre que vagaba por el desierto y finalmente se rendía al abrazo de la muerte y así con las demás letras de “Weight of Sin”.

– ¿Habrá pronto un segundo álbum de Sacramento?, ¿qué tan avanzado está ese proceso?
– Claro que sí. Al mismo tiempo que promocionamos “Weight of Sin” estamos creando nuevas canciones para lo que será nuestro segundo disco. Con el tiempo iremos comentando de este tema, por ahora, las canciones están recién naciendo para meterlas al horno.

– Muchas gracias por tu tiempo. Las últimas palabras son tuyas.
– Gracias a ustedes por el interés y apoyo a Sacramento. Los dejo a tod@s invitad@s a que escuchen y vean a Sacramento www.sacramento.cl…. No se arrepentirán!!! lml. Espero ver a much@s de ustedes en el Óxido el 17 marzo donde nos presentaremos junto a Primitivo, Sikario y Recrucide.

Por María Loreto Correa
Fotografías gentileza de Laura Vargas/Sacramento

Desperfecto técnico no arruinó la fiesta de Within Temptation

La lluvia de confeti arrojada al comienzo del show no vaticinó el bochorno que minutos más tarde viviría Within Temptation en su anunciada segunda visita a Chile. Habiendo interpretado solo una canción -“Shot in the Dark”-, una falla energética los obligó a sortear un instante que pudo ser angustioso.

La incredulidad dibujada en sus rostros fue mayúscula cuando por segunda vez, y en el mismo punto del tema “In the Middle of the Night”, las bases enmudecieron dejándolos en una incómoda situación apenas iniciado el concierto. Luego de cinco minutos en que se supone los técnicos revisaron los equipos y corrigieron el desperfecto, Within Temptation había regresado al escenario para retomar el espectáculo y el impasse amenazaba con arruinar una noche auspiciosa.

La pausa ahora tomó casi 20 minutos. El público rechiflaba y permanecía a la expectativa, profiriendo los clichés típicos de los recitales. Nadie ofrecía explicaciones e incluso podía especularse respecto al término abrupto de la velada. Para tranquilidad de fans y organizadores, la funesta canción concluyó sin contratiempos y el programa pudo desarrollarse como estaba previsto, en medio del delirio de una concurrencia que encendió antorchas, obsequió un oso de peluche a la vocalista y vibró a cada momento con lo que acontecía frente a sus ojos.

El acertado ensamble del setlist otorgó coherencia a un repertorio que álbum tras álbum se ha tornado más pop. Desde las majestuosas “Ice Queen” y “Mother Earth” a las pegajosa “Faster”, el orden se dio de tal forma que la sensación final resultó más pesada de lo que podría anticiparse. O de la percepción que quedó luego de su primera presentación en Chile cuatro años atrás. La banda descansa en su solidez y la impresionante Sharon den Adel, lo más parecido a una encarnación angélica gracias a su dulce y casi irreal timbre de voz. También destaca el apoyo audiovisual conformado por clips y material de corte cinematográfico diseñado para el último álbum.

Antes del adiós, Sharon invitó a la audiencia a “apretarse” y posar para la fotografía habitual que capturan luego de sus shows y gritar “¡Santiago!” a todo pulmón. Cuestión que tomó varios intentos porque la gente respondía “Frozen”, sugiriendo la interpretación de ese tema. Ellos escogieron “Stairway to the Skies” para el cierre, quizá no la canción más bombástica de su discografía, pero que funcionó perfecto frente a un teatro rendido a sus pies.

Texto y fotos por María Loreto Correa

Andrés Marchant: “Una banda es más que unos músicos que se juntan a tocar”

Bajo el apelativo de “Chancho Cabrío” fue protagonista de los años fundacionales del metal en Chile en calidad de voz de una de las bandas insignia del movimiento. Andrés Marchant, cantante de Kingdom of Hate y núcleo creativo del Necrosis histórico junto al guitarrista Nataniel Infante, anticipa lo que será el primer álbum inédito, reflexiona sobre los errores cometidos junto a su antigua agrupación y evalúa el escenario de efervescencia social que despuntó durante 2011.

– Están confirmados para The Metal Fest, una maratónica jornada doble que reunirá bandas locales e internacionales del género. ¿Qué expectativas tienen respecto al evento y cómo preparan su actuación?
– Primero voy como un fan más de algunas de las bandas que estarán ahí, Venom, Anthrax, sencillamente de culto. También voy como fan de algunas bandas chilenas. Dorso y Poema Arcanvs son bandas increíbles. Hace poco también escuche a Breakdown, tremenda banda, también estarán mis grandes amigos de Massacre. ¡¡Nunca me deja de sorprender la calidad de las bandas chilenas¡¡ Si no nos hubieran invitado, igual estaría presente. Lo único que lamento, es que creo que las bandas nacionales deberían haber tocado en el escenario principal, pero en fin, creo al menos tendremos oportunidad de mostrar nuestra música a un número mayor de gente que usualmente no iría a ver a nuestras bandas en el circuito local.

KOH es una banda con una formación estable que está tocando con frecuencia en el limitado circuito de locales en donde tocan bandas chilenas, ensayamos prácticamente todas las semanas. No somos un grupo de músicos que se juntan para las grandes ocasiones, estamos aperrando y tocando en donde nos inviten, así es que no ensayaremos especialmente para la ocasión. Probablemente tocaremos un par de temas del “The Search” y algunos “nuevos” y es probable que estrenemos algo que nunca hemos tocado en vivo.

– Las últimas presentaciones de KOH han revelado una inspiración bastante Sabbath en los nuevos temas, ¿se busca dar un giro hacia el doom épico o la intención es matizar esa veta con el thrash clásico heredado de Necrosis?
– Para mi es un honor que nuestros temas nuevos te suenen sabáticos. Soy un fanático coleccionista de Black Sabbath. Uno de los momentos que recuerdo con mayor orgullo fue haber teloneado a Heaven & Hell y haber conversado por largo rato con Ronnie James Dio (RIP), probablemente la mejor voz que haya cantado metal en la historia. Los que me conocen saben que mis gustos son bien doomster y puede ser que inconscientemente haya incorporado toques doom en nuestra música.

Si escarbas bien en el “The Search” te darás cuenta que los elementos doom están, de hecho si lees entrevistas antiguas podrás ver que siempre citamos como influencia a Trouble. El “The Search” fue compuesto por el Nata (guitarra) y por mi, y dado que ambos participamos en la creación de los temas de KOH, me parece que hay una natural relación y evolución entre estos temas y el “The Search” que grabó Necrosis. Creo que nuestros temas “nuevos” (algunos ya tienen más de tres años), es thrash clásico aunque no retro, como toda esa onda de revival del thrash de los ochentas, ¡¡la que a todo esto tiene grupos notables¡¡ Si hay toques doom, creo que eso le da mayor variedad a nuestra música. Probablemente las secciones mas thrasheras sonarán más poderosas aun si se conectan con alguna parte más lenta. La idea es matizar.

Hemos grabado maquetas de la mayoría de los temas nuevos que tenemos, si las escuchas te podrás dar cuenta que tenemos temas rápidos y violentos (The Thorns that Rule my Mind, Dry World, Blind Eyes), algunos que son más doom y casi HM clásico (Mikhael y Chemtrails), pero todos tienen muchos matices, cambios y sorpresas en la medida que avanza el tema.

“DEBÍ REGISTRAR EL NOMBRE NECROSIS”
– ¿Cómo avanza el trabajo para la publicación de un nuevo álbum?, ¿cuándo podría haber novedades?
– Espero que este año tengamos novedades. Me gustaría pensar que grabaremos más rápido, pero el “The Search” de KOH nos tomó prácticamente dos años. Ya empezamos a grabar las bases. Con lo que aprendimos de las sesiones anteriores creo que avanzaremos bastante más rápido. Los temas están, tenemos unos 10 ya terminados y tocables en vivo, y unos dos o tres en proceso. Creo que grabaremos todos los que tengamos, pero dejaremos algunos fuera del disco y regalaremos los Mp3 en nuestro website o algo así. También tenemos la idea de regalar un DVD-R a la gente que compre en preventa el CD con el disco en mezcla 5.1, como una forma de compensar a los que entienden lo que cuesta sacar una producción en Chile y compran el CD en vez de bajarlo de algún lado. Ya hemos estado conversando del arte del disco con Fran Muñoz (Dorso), quien hizo un trabajo increíble en la edición del “The Search”. Queremos que al igual que nuestro primer disco el segundo tenga un arte de alta calidad que refleje el espíritu y la onda de nuestra música y letras.

– Si tuvieras la opción de cambiar algo de la historia de Necrosis, ¿qué sería?, ¿o dejarías todo tal cual ocurrió?
– Cuesta desligarse del nombre Necrosis, fui quien creo el nombre, y estuvo hasta el último a principios de los noventa, cuando ya todos dejaron el barco. Te cuento como anécdota que después de Brasil tuvimos muchos cambios de formación, principalmente de bajistas y bateristas. Un día llegue al ensayo y toda la banda (excepto el Nata que no había llegado al ensayo), me comunica que se retira y que ya tenían un proyecto con Anton, en lo que entiendo era o intentó ser la primera formación de Criminal. Ese día fue uno de los más tristes que recuerde, se estaba acabando algo en lo que había puesto mucha fuerza, mucha dedicación y pasión. Después busque músicos para seguir, pero finalmente no pude encontrar a la gente idónea. Para mi una banda es más que unos músicos que se juntan a tocar algo, tiene que haber una conexión, un nexo, amistad.

Creo que nuestro principal error fue no haber aprovechado el envión que significaba el haber sacado el primer disco de una banda chilena. Nos demoramos demasiado en componer nuevos temas, por alguna razón nos costaba demasiado. Además, los cambios de formación nos quitaron fuerza y algunos fueron perdiendo interés en la banda.

Otras wevas que cambiaría: debí haber registrado el nombre. No lo hice por tiempo y plata. Vivía en Estados Unidos cuando llegó el momento de renovar los derechos por allá por el año 98 creo.

Del “legendario y popular chascarro” prefiero no hablar. Es tema demasiado antiguo ya, pero sin duda que me hubiera gustado haber manejado de mejor forma esos 10 minutos.

“PERDEMOS TALENTOS E INTELIGENCIAS QUE PUEDEN APORTAR MUCHO”
– ¿Cómo ves el presente de la escena metal dentro de un sistema donde reina la tecnología? Hay quienes, como parte de los nuevos aficionados al thrash, que reniegan de las herramientas disponibles y buscan emular lo que se vivía en los ochenta. ¿Te parece válido o quizá esa postura sea también una moda?
– Creo que ambas formas de hacer música son válidos, al final de cuentas, un buen tema es un buen tema y puede estar mal o bien tocado, no importando que tecnología usas. No lo veo como algo que sea excluyente, podría escuchar con agrado bandas retro o cosas mas modernas sin problemas, aunque tengo una tendencia a escuchar cosas que sean mas orgánicas, reales, con humanos tocando.

Lo que si prefiero, es que cuando escuchas un disco escuches a músico tocando, con errores, destiempos lo que se. Eso hace que la música sea más viva. Hay muchas producciones que suenan técnicamente muy bien, pero suenan frías, sin onda. Ni hablar de las baterías, escuchas algunas cosas y te das cuenta que es algún software de batería de inmediato, suena bien, perfecto, pero sin alma.

El metal no pasa de moda, hay tipos de música que venden millones, pasan un par de años y nadie se acuerda, en cambio en el metal los clásicos duran por siempre y los fans mas jóvenes se unen generacionalmente con los más viejos. Dentro del mismo género, hay muchos subgéneros que se mezclan entre sí e incorporan nuevos elementos. Hay una constante búsqueda de nuevos sonidos, muchas veces en esta búsqueda se generan bandas retro thrash, retro doom, psicodélicas, que reciclan, crean. Soy un fanático del género, un coleccionista acérrimo y la gracia del metal es que siempre descubres nuevas bandas que sorprenden.

– ¿Piensas que una banda metal puede sustentarse mediante los conciertos, considerando la baja venta de discos?
– Creo que es muy difícil. De las bandas que conozco, todas tocan por la pasión y amor por el metal. Muy pocas bandas pueden cobrar por tocar, solo las cervezas y la buena onda. Algunas cobran y si pueden hacerlo, me parece buenísimo, pero probablemente alcance para pagar el sonidista, transporte, comer y tomar algo y paremos de contar. Efectivamente la venta de CDs está bajando, el MP3 está ganando la batalla, es más cómodo, portable y copiable. Algunos optan por el vinilo, un formato más noble. Para alguien de la vieja escuela es un placer escuchar vinilos, ver el arte, las letras, pero muy elitista en el sentido que requiere tener los equipos para escucharlo.

– Observando las manifestaciones sociales del año pasado, ¿ves similitudes con el discurso de los ochenta?, ¿piensas que deberían adoptarse nuevos modos de protesta, quizá sin salir a las calles, pero absteniéndose de consumir bienes y servicios que es donde el sistema más acusa los golpes?
– Las motivaciones eran distintas, no veo muchas similitudes, en aquellos días arriesgabas la vida literalmente. Se protestaba por libertades y cambios políticos y no por desigualdades. Creo que Chile cambió mucho en estos 25 años, hoy hay acceso a más cosas, eso mismo lo puedes ver en la cantidad de bandas muy bien equipadas que existen. En los ochenta yo nunca tuve amplificación vocal, los amplificadores de guitarra y bajo eran de muy poca potencia y muchas veces los dos guitarristas estaban conectados al mismo amplificador.

El crecimiento económico y la mejora de los estándares de vida es innegable, sin embargo el crecimiento creó brechas de distribución de ingresos impresentables y que han generado un clima de descontento, rebeldía y enfrentamiento. Las desigualdades son abismantes y todo parte por la educación básica y media. La brecha es tan grande en esos 12 años que no es recuperable en la educación universitaria. Lo peor de esto es que como país, perdemos talentos e inteligencias que pueden aportar mucho en todos los ámbitos, en otras palabras, las desigualdades en áreas de educación es el peor autogol que nos podemos hacer.

En lo musical, y el arte en general, hay mucho por hacer. No existe ninguna protección al creador local, la mayoría de las radios y canales de televisión no consideran al artista local por definición en sus parrillas programáticas, el teloneo a artistas internacionales queda a la buena voluntad del productor, hay abusos en los derechos de autor (algunos productores piden los derechos de autor para dejar telonear a una banda nacional). En otros países, estos aspectos están normados por ley, con duras sanciones, por ejemplo en algunos países hay porcentajes mínimos de artistas nacionales en los medios. Ni hablar si bajamos el análisis a las bandas de metal chileno, la situación es aun peor, ¡¡¡putas que dan ganas de protestar por eso!!!

– Muchas gracias por tu tiempo. Si deseas agregar algo, el espacio es tuyo.
– Un abrazo a todos los metaleros, a los que gustan de nuestra música y que apoyan a las bandas chilenas. ¡¡¡Asistan a los conciertos de metal chileno¡¡¡

Por María Loreto Correa
Fotografías: Archivo Ciudad Metal