Dimmu Borgir desata la locura rememorando clásicos del black

A las 21.35 y con un público expectante comenzó el esperado concierto de Dimmu Borgir en Santiago, ocho años después de su última visita y con la revisión completa del “Enthroned Darkness Triumphant” como antecedente. Vestidos de riguroso negro recordando los tiempos de ese álbum y en una mezcla de castellano muy bien pronunciado y algo de inglés la banda saludó a los asistentes y de inmediato comenzó con “Mourning Palace”, lo que detonó la locura de la concurrencia.

Le siguieron “Spellbound” e “In Death’s Embrace” ejecutadas de una manera impecable. Quizá porque era día viernes y el público estaba cansado, al quinto tema los ánimos descendían de modo precipitado. La banda se detuvo un segundo para agradecer de manera muy sincera e interpretó “Tormentor of Christian Souls” lo que de nuevo encendió al Teatro Teletón. Shagrath dedicó “A Succubus in Rapture” a “todas las bellas mujeres del público” lo que la audiencia agradeció con gritos descontrolados y los infaltables y anónimos “¡mijito rico!”. Seguido llegó el turno de “Raabjørn Speiler Draugheimens Skodde”, tema interpretado en noruego, lo que no impidió a la audiencia disfrutar de un clásico reconocido.

Terminada esta canción la banda abandonó el escenario y por alrededor de 10 minutos el público tuvo que contentarse con la reproducción de temas orquestados. Reinaba la impaciencia cuando por fin apareció Daray, baterista en vivo, e inicia un solo que dejó a la masa atónita no solo por el hecho mismo, sino porque la pieza parecía no terminar. Luego de unos minutos y quedando de manifiesto la gran habilidad del batero todos recobraron el ánimo y comenzaron a corear “Hey!” a la orden del habilidoso noruego.

Después volvería el resto de la banda, ahora vistiendo blanco y dando por hecho que se había acabado la hora de los clásicos e interpretarían algo nuevo. Comenzaron esta segunda parte con “Vredesbyrd”, tema que desató la euforia del público. Luego de la sutil promoción de su álbum “Abrahadabra” tocaron “Dimmu Borgir”, que pese a lo obvio del coro el público no acompañó como se esperaba. De inmediato vino “Gateways”, con una excelente recepción.

Ya había volado una hora y Shagrath preguntó “Are you tired? (¿están cansados?)” unas siete veces seguidas a lo que el público respondió cada vez con mayor entusiasmo con un rotundo “¡NO!”. “Puritania” mantuvo el ánimo en alto, Shagrath bajó del escenario y empezó a tocar tantas manos como le fue posible. Uno de los funcionarios de seguridad trató de regresarlo arriba asiéndolo de un hombro, lo que claramente le molestó y respondió con una mirada fulminante que devolvió a su lugar al inoportuno personaje. Después de saludar a unas cuantas personas más subió al plató.

En ese momento, Gerlioz, su tecladista en vivo, comenzó a filmar al público. Con una evidente satisfacción por lo que veía se grabó con la multitud a sus espaldas, sonrió y enseñó a la cámara su pulgar el alto, tras lo cual hizo una reverencia aplaudiendo a la concurrencia enardecida y corrió de nuevo a su teclado.

Dimmu Borgir cerró el concierto con “The Serpentine Offering” y “Progenies of the Great Apocalypse” en las que Shagrath hizo las voces limpias de Vortex a su manera y dejando un poco que desear. La banda agradeció con aplausos y arrojando todo lo que pilló a las manos angustiadas por algún recuerdo, se tomó una foto y Shagrath con su voz característica sentenció “Santiago, we shall… shall return!”. Anhelamos que cumpla, pues Dimmu Borgir es una banda que siempre ofrece un espectáculo impecable, ¡imperdibles!

Texto por Jazmín Silva
Fotos por Julián Pacheco