Público se cuadró con bandas chilenas en Carnivale of Metal

Desde que supimos de este evento empezamos a organizarnos para viajar y asistir. Varios factores lo hacían interesante. Por lo general y desde hace más tiempo de lo que llevamos como sitio acostumbramos a revisar eventos principalmente por gusto personal y en algunos casos al azar con la idea de descubrir algo interesante. En esta ocasión había de todo un poco: bandas que ya hemos visto y que son de nuestro agrado y otras cuyo desempeño en vivo deseábamos conocer.

Fue sorprendente llegar al Rock & Guitarras y ver que el público se acercaba al local ya dispuesto a recibir a la primera banda de la jornada. Minutos antes adquiríamos álbumes nacionales en el puesto de nuestros amigos de SickBangers y Australis, casa discográfica que se la juega al editar material chileno y que ahora asume una nueva faceta como promotor de conciertos.

Era hora de partir y cerca de unas ochenta personas se acomodaban para ver a TimecodE, quienes presentaron temas de su LP “Post Traumatic Stress Disorder”. Un sonido potentísimo y gran definición, ideal para interpretar cada corte de sus temas y apreciar esos detalles de la batería que como suele suceder se lucen más en vivo que en los discos. Una muy buena performance en vivo.

Se venía la segunda banda y el público duplicaba al de minutos atrás. Nuclear desplegó todo su vigor y ese característico sonido thrash “cogote de goma”. ¡Es que van directo al hueso! Nuclear nos dejó en el suelo, sin piedad ni descanso, mostrando un adelanto del nuevo disco provocadoramente titulado “Jehovirus” que lanzarán el 1 de julio en La Batuta.

Era el turno de Dying, quienes lanzaban su disco “Bizarre And Bloody Tales (the director’s cut)” e iniciaban su show con la proyección del video clip de “How To Cook A Human”, a un costado del escenario. Es un buen material, pero como crítica constructiva en el próximo trabajo audiovisual intentaría salir del formato típico y jugármela por algo más en el estilo de la banda. Dying mostró un death metal que a ratos adopta toques brutalísimos mediante el uso de voces ultra graves que logran ese característico sonido grueso. Si su participación hubiese sido algo más compacta cierran con nota siete.

Ya era hora de bajar el telón y los invitados fueron Poema Arcanvs, la consagrada banda que presenta su cuarto disco, “Timeline Simmetry”. Para desconcierto de los asistentes fue un show demasiado breve, pues al parecer hubo problemas con el local y debieron terminar de manera abrupta cuando se les informó del impasse, dejando tiempo para un tema más.

Sin contar este episodio, la primera edición de Carnivale of Metal ofreció una gran producción avalada por el apoyo del público, que suele mostrarse reacio a respaldar un espectáculo por entero sustentado en bandas chilenas. Éste es un ejemplo de esfuerzo y seriedad por parte de Australis Records, que se encargó de producir material multimedia extra para los asistentes, otorgando un plus al show y a las bandas de su catálogo. Es el mismo entusiasmo, seriedad y dedicación que Rodrigo Osorio, el responsable de la disquera, mostraba a comienzos de los noventa cuando de su mochila salían las placas de off-set con carátulas de discos y fotos por doquier. Felicitaciones y ojalá este tipo de proyectos se repita.

Por Sergio Evans
Fotografías de María Loreto Correa

Gamma Ray: “Rain is falling down on me…”

Dicen que las segundas partes nunca superan a la anterior y, en este caso, la regla pareció cumplirse. Gamma Ray se ha presentado en nuestro país en reiteradas ocasiones -en un Teatro Providencia lleno, junto a Masterplan; junto a Shaman en el Caupolicán, y junto a Helloween en un memorable concierto-reunión, en ese mismo recinto-, y el show del 5 de mayo debió ser la guinda de la torta, pues celebraban los 20 años del disco “Heading for Tomorrow”. Sin embargo, una serie de inconvenientes se encargó de empañar un espectáculo que prometía mucho más.

Pero vamos por parte. El cambio de recinto, del Teatro Teletón al Novedades, fue una decisión que molestó a muchos. El Novedades tiene un sonido bastante deficiente y nadie sabía a ciencia cierta cómo estaría después del terremoto. Además, la variación en el valor de las entradas desfavoreció a todos quienes habían comprado la de 15 mil, pues se les prometió un “poster firmado por la banda” en compensación, pero lo que ellos realmente querían era una ubicación un poco mejor en el teatro originalmente definido para el concierto.

Si bien el show de Gamma Ray estaba programado para las 21 horas, luego de una impecable presentación de los nacionales Blodden Wedd, los alemanes no salieron a escena sino hasta después de las 21.30. El público se impacientaba, sobretodo porque las luces se apagaron pero se volvieron a prender en un comienzo falso que muchos se tomaron con humor, pero otros también con molestia. Junto a “We Will Rock You” de Queen, los músicos comenzaron a salir al escenario para interpretar “Gardens of the Sinner”, que tal vez no era la intro que se esperaba pero que de inmediato encendió a la fiel fanaticada. Gamma Ray tiene un sonido sólido en vivo pero, a pesar de que los técnicos se tomaron bastante tiempo probándolo -con las respectivas burlas del público-, la acústica del teatro no es la adecuada para un concierto de este tipo y la voz de Kai Hansen sencillamente se perdía. Claro que la profesionalidad está por sobre todo y continuaron con “New World Order”, con el público coreando cada nota.

El siguiente corte fue “Empathy”, del nuevo disco de Gamma Ray, “To The Metal”. Aunque el concierto había sido presentado como la celebración de los 20 años de “Heading for Tomorrow”, parecía extraño que hasta ahora no se hubiese escuchado ningún tema de dicho álbum. “Deadlands”, también de “To The Metal”, fue escuchada con respeto por la audiencia, pero sin desatar la euforia que otras canciones consiguen. “Fight”, del álbum “Majestic”, sonó a continuación, para dar paso a “Mother Earth” y “No Need To Cry”, todas presentando el último lanzamiento de la banda. El público pareció bajar las revoluciones, pero sin dejar de pedir a gritos que por favor tocaran “Heading for Tomorrow”.

El show retomó la fuerza con “The Saviour”, del clásico “Land of the Free”, que fue coreado por todos los asistentes. La banda se retira entonces del escenario para que Daniel Zimmerman ejecute su solo de batería. El público disfruta cada redoble y ovaciona al músico, y al finalizar se escucha “Armaggedon”, que desata la locura entre los asistentes que no dejan de cantar ni saltar al ritmo de este corte del disco “Powerplant”. Kai Hansen se ve feliz y se pasea de un lado al otro del escenario, a pesar de lo pequeño que éste era. Es todo un frontman y lo sabe. Sus compañeros de grupo se retiran de escena para que deleite al público con un solo de guitarra, que extrañamente resultó ser idéntico al que tocaba Brian May, guitarrista de Queen, en el tema “Brighton Rock”. Haber comenzado el show con una canción completa de este grupo, y luego tocar un solo exactamente igual de la misma banda… ¡supongamos que Gamma Ray pagó por los derechos de autor!

Usando un atuendo absolutamente motoquero, que incluía hasta lentes oscuros, Kai y compañía continuaron su presentación con el tema que le da nombre a su última placa, “To the Metal”. En este momento, el reflejo de las luces en el escenario deja ver algo insólito: estaba cayendo agua sobre la batería. Había comenzado a llover y el Novedades demostró por qué todos los consideran un teatro pésimo. El grupo parece no darse cuenta y continúan tocando, pero todo el público intenta demostrar su enojo por la situación y cantan “¡Está lloviendo!” al ritmo del tema.

Aún sin mencionar el acuoso inconveniente, comienza a sonar “Rebellion in Dreamland”, que causó risas cuando Kai cantó “Rain is Falling Down on me”. Este corte clásico del “Land of the Free” sonó junto a “Man on a Mission”, dos temas que el público adora y que son carta segura en cada presentación de estos alemanes, pero ¿qué había pasado con el aniversario de “Heading for Tomorrow” prometido durante la promoción del show? Hasta ese momento no había sonado ningún corte de dicho álbum, y muchos fans se impacientaban pues sabían que el concierto se acercaba a su fin y de celebración por esos 20 años, nada.

Luego de esa dupleta, la banda se retira de escena y el público no se cansaba de pedir las canciones del disco que debía haber sido homenajeado. Sin embargo, otra fue la sorpresa cuando los músicos vuelven al escenario y comienzan a tocar “Ride the Sky”. Los fans apreciaron esta joyita de la época Helloween y casi hicieron estallar un Teatro Novedades que seguía lloviéndose. Sin dar espacio para descansar, “I Want Out” es la siguiente canción y el público revive, y hasta parecen olvidar la gotera que seguía cayendo sobre Zimmerman.

A estas alturas del show, pocas esperanzas quedaban de escuchar un tema siquiera de “Heading for Tomorrow”. Uno que otro fan seguía pidiendo esa canción, pero sabiendo que el concierto estaba a punto de terminar. El grupo vuelve al escenario para interpretar “Send me a Sign”, luego de que Kai Hansen se recostara al frente de la batería como tomando un delicioso baño de lluvia, enviando un mensaje de “Qué importa, el teatro se está lloviendo pero nosotros seguiremos tocando”.

Y a pesar de todos los inconvenientes que fueron surgiendo, Gamma Ray terminó su presentación de forma impecable, agradecidos de los fans que siempre los apoyan, y regalando uñetas y baquetas a destajo. Sin embargo, quedó la sensación amarga de un show que parecía haber sido organizado a la rápida, en un teatro que claramente no está habilitado para este ni ningún tipo de espectáculos, y que se promocionó como algo que finalmente no fue.

Por Isabel Mallea
Fotos por Bianca Zapata

Megadeth repasa todo el “Rust In Peace” ante miles de fans chilenos

Y regresó el festín de las banderas tricolores, el desfile de guitarras hechas a la medida de Dave Mustaine y la euforia febril de los fanáticos locales de Megadeth. En ésta, su sexta visita a territorio nacional, la banda corroboró la pasión que gatilla entre sus seguidores, que entonan cánticos a la usanza de las hinchadas de fútbol y agasaja al pelirrojo dios de la guitarra lanzándole un sinnúmero de banderas durante lo que dura el concierto.

El Movistar Arena volvió a acoger a los fans de la banda estadounidense. A veinte años de su lanzamiento, el programa consignaba el repaso completo del álbum “Rust In Peace”, uno de los más importantes de su discografía con piezas de la talla de “Holy Wars” y “Hangar 18”, auténticos himnos imprescindibles en cualquier setlist. Pero la jornada también se nutrió de las vibrantes ejecuciones de “Take No Prisioners”, “Tornado Of Souls”, “Five Magic”, “Poison Was The Cure”, “Lucretia”, “Dawn Patrol” y “Rust In Peace- Polaris”, coreadas a todo pulmón por la concurrencia.

A las nueve en punto, las luces del coliseo se apagaron para iniciar la introducción con un tema de Black Sabbath. A medida que los músicos se incorporaban al escenario, el público expresaba su jolgorio alzando cada vez más la voz hasta culminar con la irrupción de Dave Mustaine. “Dialectic Chaos”, de su disco 2009 “Endgame”, dio la partida a un evento que de ahí en más se volvió imparable. El cuarteto conformado además por el guitarrista Chris Broderick, el baterista Shawn Drover y Dave Ellefson, bajista fundador que retornó tras ocho años de ausencia, deleitó a los asistentes reproduciendo fuerte y por entero una de sus entregas más clásicas.

Para cerrar un espectáculo redondo que además incluyó los temas “This Day We Fight”, “Headcrusher” y “The Right To Go Insane”, del último álbum, Mustaine reservó para el cierre “A Tout Le Monde”, “Trust” -con la parte del estribillo traducida al castellano- y “Peace Sells”, en cuyo coro intercalaron “Skin O’ My Teeth”. Un show preciso que corroboró la vigencia de uno de los llamados cuatro grandes del thrash.

Fotos gentileza de Roberto Vergara

Silje Wergeland: “Los metaleros son fieles, pero también muy difíciles de complacer”

Falta menos de una hora para que The Gathering enfrente una vez más el escenario del Teatro Caupolicán. La nueva cantante, Silje Wergeland, nos recibe en su camerino para una breve entrevista. Le acompaña René Rutten, quien nos saluda y abandona la habitación. Ella, de una calidez admirable, nos ofrece algo para beber y revisa el frigobar en búsqueda de un par de cervezas. “Cheers!, ¡salud!”, dice, mientras choca su vaso con las latas de estos reporteros.

La intérprete noruega viajó 23 horas para aterrizar en Chile donde ofrecerá un concierto benéfico en ayuda de las víctimas del terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero. Esta devastadora circunstancia es también la que la introducirá entre los seguidores locales de la banda holandesa, quienes desde la primera visita en 2004 han establecido una estrecha y afectuosa relación con los músicos.

– ¿Qué conocías de Chile antes de emprender este viaje?
– Sé que Chile tiene una de las costas más extensas. Creo que es la segunda más larga después de Canadá. Tengo algunos amigos de Valparaíso y Gema, ya sabes, la novia de René, es de Santiago. Había oído sobre los viajes de The Gathering también.

– ¿Cómo ha sido la experiencia de esta visita hasta ahora?
– Fantástica, increíble. Desde que bajamos del avión ha sido muy agradable. De hecho conocimos a unos fans chilenos en París y a otros en el avión. Todos son muy simpáticos y el clima es hermoso. ¡Me gustaría permanecer un poco más antes de regresar a casa mañana!

– Ayer hicieron un show acústico, ¿podrías contarnos más al respecto?
– Por supuesto. Tocamos en Radio Futuro ante gente muy agradable, muy dulces. Interpretamos tres canciones: “No One Spoke”, “Treasure” y un cover de la banda Bat For Lashes llamado “Daniel”. Había fans de The Gathering, pude conocerlos y les contamos un poco sobre hoy día.

– ¿Cómo decidieron organizar este concierto benéfico en Santiago?
– Habíamos hecho dos shows en Grecia cuando ocurrió lo del terremoto. Gema -Pérez, chilena, novia de René- estaba con nosotros y pudimos ver cuan duro fue no saber nada de su familia durante días. Es muy fuerte. Una cosa es lo que ves por televisión y es muy diferente cuando alguien cercano está involucrado. Se convierte en una historia personal y es mucho peor. Fue idea de René “hagamos esto” y todos dijimos inmediatamente “sí, hagámoslo”. No es solo para recaudar dinero, sino también para pasar una velada agradable. The Gathering ha estado aquí algunas veces y siempre ha sido recibido muy bien, con los brazos abiertos, por eso grabó un DVD en vivo en 2007. Es como nuestro segundo hogar.

– Hay muchas bandas en el mundo que elogian al público chileno, pero ninguna de ellas ha decidido venir a tocar gratis. ¿Qué piensas de aquello?
– En verdad no tengo ninguna opinión sobre las otras bandas. Es un viaje largo, 23 horas. Y luego tienes que permanecer aquí y después regresar. Poder organizar esto fue un montón de trabajo y mucha preparación. Es muy agradable ser capaz de hacerlo, pero no quisiera decir nada acerca de otras bandas.

“HE RECIBIDO UNA MUY BUENA RETROALIMENTACIÓN”

– ¿Cómo ha sido este tiempo como vocalista de The Gathering?
– Ha sido muy estimulante, de trabajo duro, muy positivo y satisfactorio. Mucho mejor de lo que esperaba.

– ¿Te has sentido cómoda interpretando los temas de la época de Anneke?
– Sí. Si no hubiera querido cantarlos, no lo habría hecho.

– ¿Cuál de las canciones antiguas te gusta más?
– No tengo una favorita. Me gustan todas de distintas maneras. Además son diferentes. Algunas son muy poderosas, con otras casi puedes bailar y “Leaves” es más una canción de rock. Escucharlas y cantarlas son cosas muy distintas.

– ¿Cómo ha sido la recepción del público?
– Buena. Por supuesto tú nunca puedes ser la original. The Gathering escogió seguir con el nombre y era natural conservar las canciones antiguas. Para mí, si pienso por ejemplo si Metallica tuviera un nuevo cantante, me gustaría que también cantara las canciones antiguas. Puedes intentarlo y no cambiarlas demasiado. A algunos les gusta, a la mayoría, he recibido una muy buena retroalimentación, pero no puedes complacer a todos.

– ¿Tienes alguna favorita de “The West Pole”?
– Sí, me encanta “No Bird Call”, es una de mis favoritas. Es muy emocional.

– ¿Interpretas “Capital Of Nowhere” y “Pales Traces” también (cantadas en el álbum por Anne Van Den Hooden y Marcela Bovio, respectivamente)?
– No, no lo he hecho aún. Quizás pronto.

– The Gathering tiene una fuerte base de seguidores que escucha metal principalmente. En Chile, por ejemplo. ¿Sientes que la banda aún mantiene una conexión con ese género?
– Sí. La primera impresión nunca se borra. Y ellos fueron metal durante mucho tiempo. Los dos primeros álbumes fueron doom y luego vinieron Mandylion y Nighttime Birds, que también fueron crossover. Los fans del metal son muy leales, pero también tienen opinión. A veces son cerrados de mente, pero les gusta la música. Se preocupan por la música, para ellos significa algo, están allí por la música y no porque es cool. Quizá unos pocos (ríe). Lo sé porque también organizo un festival en Bergen -su ciudad natal, en Noruega- y puedo ver a los fans. Puedes ver la diferencia entre los verdaderos fans, la mayoría lo es, y quienes no lo son. Conocen las letras. Si vas a un concierto de pop las letras no importan. Es cool porque está en la radio. Los fans del metal son leales de muchas maneras, pero también son muy difíciles de complacer.

En este punto René se integra a la conversación y adelanta que ya compone para un nuevo álbum de la banda. “No hay una fórmula para componer. Nuestra música son cosas que pasan en la vida, que te pasan a ti mismo, esa es la inspiración para hacer música. Sería muy aburrido hacer siempre exactamente lo mismo. Así es más o menos como trabajo. Después de tocar en Chile tendré mucho material para escribir algo al respecto. Pasaré dos semanas aquí”.

– René, ¿cómo ha sido este tiempo con Silje en The Gathering?
– Más o menos, afirma mientras sonríe de manera pícara y mueve su mano izquierda de manera oscilante. Realmente bueno. Nos estamos convirtiendo cada vez más en un solo equipo, más juntos, que es lo que una banda es. Cuando no es una banda, son músicos de sesión o lo que sea, tú lo sientes. Hay una química en la música, incluso en la vida. Silje es buena. Incluso siendo de Noruega y nosotros de Holanda.

– ¿Es difícil para funcionar como banda vivir en países distintos?
– Si espontáneamente dices “¡ensayemos ahora!”, entonces tienes un problema. Pero todo lo demás lo planificamos y funciona muy bien.

– ¿Es complicado viajar con tanta frecuencia?
– No es complicado, responde Silje. Te cansas de viajar, pero te acostumbras. En Holanda tengo un lugar muy agradable donde permanecer, en el departamento de Frank y su novia.

– Muchas gracias por su tiempo. ¿Algunas palabras para los lectores de Ciudad Metal?
René: Disfruta cada cosa en la vida, incluso aquellas que no puedes controlar.
Silje: ¡Nunca digas nunca!

Fotos por Sergio Evans

Blaze se desprende de la sombra de “La Doncella” y ofrece show de gran factura

El concierto de Blaze Bayley parecía ser otra buena oportunidad para escuchar clásicos de Iron Maiden en vivo, como lo fue, o iba a ser, el show de Paul Di’Anno de hace algunos días. Sin embargo, el espectáculo que ofreció el inglés fue mucho más que un recuento de clásicos de la doncella y se transformó en un despliegue de energía e interacción con el público que dejó a todos los asistentes más que satisfechos.

Pero nada es perfecto. Si bien el show estaba programado para las 21, los nacionales de Concerto sólo salieron a escena a eso de las 22.15, algunos minutos después de la apertura de puertas. Aunque su presentación fue sólida y sus músicos demostraron una increíble calidad, no lograron encender a una audiencia respetuosa pero aburrida luego de la larga espera, y que al poco andar pedía la aparición de Bayley. La excelente ejecución de este quinteto duró cerca de 40 minutos, cuando la expectación por el acto principal crecía.

A las 23.30, los músicos de Bayley aparecen en el escenario desatando la euforia de un público que, hasta ese entonces, se habría podido definir como muy tranquilo. “Madness & Sorrow” fue el primer corte y ya se podía notar la fuerza que Blaze entregaría durante el concierto, interactuando con los fans en el borde mismo del escenario, actitud algo temeraria que por fortuna no terminó en nada malo.

“¡Santiago, déjenme ver sus manos!” pedía Bayley y el público no dejaba de aplaudir. El segundo tema, “Voices From The Past”, fue coreado por todos los asistentes, agradeciendo las palabras del cantante que aseguraba que era “un honor estar de vuelta en Chile luego de tantos años”. “City of Bones” fue el siguiente corte y Blaze no paraba de moverse por el escenario a pesar de su estrechez, y de hacer participar al público y sus músicos. Sin detenerse a descansar, suenan “Waiting My Life To Begin” y “Smile Back At Death”, destacando la calidad de los instrumentistas y el carisma mostrado hacia los fans.

Bayley parece una máquina en escena y en momentos recuerda a Ozzy, por sus expresiones faciales y su manera de aplaudir, y las sonrisas en las caras de algunos fans demostraban que también ellos notaron la similitud. Su voz sigue sonando con la fuerza de siempre, llegando a tonos altos sin señales de esfuerzo o cansancio. Pero él no quería cantar solo y, gracias a lo pequeño del local, Bayley veía a quienes no estaban aplaudiendo o cantando y ¡los apuntaba hasta que conseguía una respuesta!

Antes de presentar “Blood & Relief”, Blaze deja claro que ellos estaban ahí debido a que los fans creen en ellos, a lo que el público responde con otra ovación. “The Launch” suena a continuación, manteniendo las revoluciones de una presentación no apta para cardiacos.

“LA DONCELLA”

Pero faltaba la doncella, las canciones de Iron Maiden que consagraron a Bayley como un gran intérprete. “Lord Of The Flies” fue una nueva inyección de energía, que sorprende al inglés quien se muestra agradecido por tan cálida recepción. Los acordes de “Futureal” sonaron en seguida, pero nadie mostraba signo alguno de cansancio o aburrimiento.

Había que bajar un poco las revoluciones, y Bayley aprovecha de hacer un discurso sobre lo importante que es no dejar que nadie guíe nuestras vidas, que nadie nos imponga en qué creer o qué hacer. “Ustedes deben decidir sobre sus vidas, ¡ustedes eligen qué escuchar!” es el final apoteósico para esta especie de declaración de principios, que va unido a “Letting Go Of The World”.

Blaze dedica “The Brave” a todos los seguidores que llegaron hasta el Rock & Guitarras, por apoyarlo y hacer de esa una noche especial. El calor humano, y la falta de ventiladores, comenzaron a hacerse sentir, y en “Leap Of Faith” finalmente se quitó la camisa, dejando en claro que los años pasan tanto por su vida como por su estómago. Pero esto no lo avergonzó para nada, y al contrario, bromeó diciendo que ahora tenía el “físico de un hombre de verdad”, no como cuando sacaron el álbum Virtual XI donde era más joven y delgado. Al mencionar el disco, todos supieron que venía el tema que estaban pidiendo, “The Clansman”, con las voces de la audiencia casi apagando la de Bayley. “Man On The Edge” va pegada y parecía que el local iba a estallar con tanto canto y saltos. Tan eufórico estaba el público que un fan consiguió subirse al escenario, pero a Bayley no le hizo ninguna gracia y, tomándolo del pelo, lo lanzó hacia abajo, causando las risas del resto de la fanaticada.

Al parecer, a este inglés le gusta aprovechar las instancias de los conciertos para entregar diversos mensajes a sus fans, y esta ocasión no fue diferente. Similar a lo que había dicho unos minutos antes, Bayley dejó claro que nadie los manda ni les dice donde tocar; ellos son dueños de sus vidas y no pertenecen a compañías que les roban a los fans, lo que por supuesto provocó un estallido de aplausos por parte de los eufóricos asistentes. “Robot” fue el corte que puso la guinda de la torta a este pequeño discurso, con el que cerraron una excelente presentación.

Pero en menos de cinco minutos, vuelven al escenario lanzando cerveza, mientras Blaze invita a todos a “olvidarse de mañana, olvidarse de más rato, sólo vivir el presente y disfrutar”, que da paso al que sería el último tema de la noche, “Kill & Destroy”. Cerca de la 1.20, Bayley y compañía finalizan un show lleno de energía y entrega absoluta a los fans. Quienes se quedaron en el Rock & Guitarras tuvieron una sesión gratis de meet & greet, pues Blaze, agradecido, se tomó fotos con ellos y les firmó discos y entradas. En verdad fue un espectáculo que tal vez no tuvo la promoción adecuada, tal vez demandó una espera algo excesiva, pero dejó a los asistentes con la sensación de haber participado de una presentación impecable y llena de fuerza.

Por Isabel Mallea
Fotos por Alan Aracena