Angela, estrella absoluta de Arch Enemy

La primera vez que escuché a Angela Gossow pensé que así cantaría Linda Blair, si la posesa niña de El Exorcista militara en una banda de rock. Es que su registro no es precisamente el adquirido en un conservatorio, como sucede con otras agrupaciones que tienen en común con Arch Enemy el liderazgo femenino. Me resultó desagradable que una mujer emulara lo hecho por miles de vocalistas de death metal. Pero más rápido de lo que suponía me congracié con ella y convertí “We Will Rise” en un himno personal dedicado a los mediocres que nos gobiernan.

Hasta que pude verla en vivo. La aguerrida germana tocó junto a su banda el sábado 27 de enero en el Teatro Teletón de la capital. Es bella, energética, imparable sobre el escenario y no sé cómo acabará su garganta después de gritar temas como “Nemesis”, “Burning Angel” y “Dead Eyes See No Future” por más de una hora. Sin embargo, por una cuestión individual de crearme expectativas muy altas, casi siempre termino defraudada, porque al final las cosas nunca son como las imaginaba.

Por ejemplo, pienso que si un grupo viaja por tantas horas, tantos kilómetros, lo mínimo es ofrecer un espectáculo extenso. No estamos en cualquier lugar del planeta. Es Chile, la esquina olvidada del mundo, donde bandas y solistas se hacen la América hacia el ocaso de sus carreras, o sea, tres décadas después de su momento de gloria. ¿Por qué no preparar un show más largo si saben que quizá no habrá regreso? Y sin dificultades de sonido, las que fueron severas al comienzo del concierto, aunque esto sea resorte de la producción.

Nota aparte para la gente a cargo de la seguridad, que trata como ganado a los asistentes y tras pronunciar un par de palabras deja en evidencia una pobre formación. Sí, también podemos ser amables, usar buenos modos, no lanzar la caballería encima y apelar al sentido común al enfrentar una situación no establecida en ningún papel. En cualquier caso, prefiero quedarme en la retina con la imagen de una banda potente y vibrante, que desprende una energía especial, sin duda emanada del innegable magnetismo de Angela Gossow.

Febrero, 2007

Ozzy lo tiene

Los recuerdos son demasiados mientras esperamos que el grande nos deleite por segunda vez con sus temas históricos. Miles de historias y recuerdos se me vienen a la mente. Desde el primer vinilo que compré en Santiago, “Diary of a Madman”, en la extinta tienda Fusión de la galería Drugstore. Un dilema porque solo tenía dinero para uno.

Ozzy lo tiene todo, por eso está en el inconsciente colectivo de todo rockero. Energía desbordante desde inicio a fin, una base tan potente que es inevitable quedar con tu cabeza en la manos de tanto agitarla. Para qué hablar de la guitarra. Si alguien entiende algo de música sabe que Ozzy ha tenido en sus filas solo a maestros. ¡Qué potencia! Es indescriptible, si en el lugar que te ubicaras recibías el golpe de potencia, una pared de dos metros de amplificadores a cada lado.

Sin duda esta vez fue más que el Monster del 1995 en el Caupolicán, aunque no puedo desmentir que la emoción de verlo por primera vez ese año fue algo desbordante. Pero ahora había mucha más producción, se hizo acompañar de material audiovisual, una iluminación de lujo y como dejar de mencionar al guitarman Zakk Wylde, a quien vimos madurar junto a Ozzy desde sus 17 ó 18 años. Un tipo que aporta la presencia y solidez en acordes y melodías extraídas de su ropero de guitarras. Recreando los mejores pasajes de la trayectoria del Monster Osbourne: desde el condenado Tony Iommi hasta el maestro de maestros Randy Rhoads (R.I.P.) a quien obviamente rinde tributo con su desfile de guitarras, algunas de ellas muy al estilo Randy.

Podría haber tocado éste u otro tema, pero yo soy agradecido con lo que vi y escuché. Es que nunca daría el gusto a toda su tropa, son muchos años y muchos temas. El setlist seleccionado estuvo a la altura, “Bark at the Moon”, “Crazy Train”, “Suicide Solution”, “Paranoid” y el majestuoso “Mr. Crowley” me dejaron más que satisfecho, con mi alma tranquila pensando que tal vez fue la última vez que en estas tierras vimos al abuelo del metal. Ojalá que no. ¡Ah!, se me olvidaba agregar un comentario aparte son los molestosos paseitos de siempre de los “metaleros” que entre vuelta y vuelta no ven nada del show, ¡hasta cuando por favor si la cosa no es mall! Bueno y finalmente recordar que si buscas algo, Ozzy lo tiene…

Suerte y hasta pronto.

Abril, 2008