Rolando Ramos, locutor y melómano, debuta como director de un centro de formación académica. Pero el suyo no es uno convencional, sino la naciente incubadora de talentos Dragonworks, una escuela de rock que con aportes de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) pretende entregar los conocimientos necesarios para cumplir el sueño de la mayoría de quienes hacen rock: vivir exclusivamente de la música.
Como no ocurre en un conservatorio o al interior de una facultad universitaria, Dragonworks orienta su quehacer a las facetas anexas a la ejecución misma. “Tenemos mucho talento, pero pocos saben cómo administrarlo y sacarle provecho. En otras palabras vivir del rock”, asevera Ramos. “No he podido encontrar un centro de formación musical donde el énfasis este puesto en la gestión y management. Esa es nuestra diferencia y fortaleza. La gestión del talento”.
La visión pedagógica se plasma en talleres de Management, Producción de Eventos y Protools, entre otros, además de la vedette de la escuela: el Diplomado de Administración, Gestión y Producción de Bandas. Este programa de tres semestres de 80 horas académicas cada uno concluye con la grabación de un disco, la elaboración del arte y la obtención del know-how respecto a gestión del producto en Chile y el exterior. La malla completa de asignaturas estará disponible en la web el 18 de enero.

– ¿Crees que las universidades y las escuelas de música han fracasado en la entrega de herramientas que permitan a sus egresados vivir efectivamente de lo que estudiaron?
– No, solo que se han focalizado en lo técnico, en la formación de músicos, buenos músicos. Me imagino que suponen que la gestión y cómo el músico comercialice su talento es problema del músico. Y ahí estamos nosotros para capacitarlos. Pasa con cualquier carrera. El profesional debe especializarse obtener un post grado o un magíster. Así está la competencia. Camarón que se duerme…
– Dragonworks propone una visión integral de banda, una en la que no solo importa cómo suenen, sino también su posicionamiento en los medios y el manejo empresarial, ¿piensas que la falta de una mirada global ha derivado en la escasa repercusión internacional del rock y en particular el metal hecho en Chile?
– No, solo que, posiblemente, muchos músicos no saben administrar las herramientas que la globalización te da -Internet- y atención que hay varias bandas nacionales de metal que han logrado comercializar su música en otras geografías. Muchos piensan que con Facebook, Myspace o Youtube basta. Hay que saber de marketing de redes, de gestión cultural y ventas. Muchos músicos nacionales están dispuestos a conquistar otros mercados, eso te lo aseguro. La pregunta es ¿cómo?
– Al entregar un combo de conocimientos técnicos en sonido, management y producción audiovisual, ¿las bandas podrían caer en la tentación de creer que esto funciona como una fórmula mágica que sí o sí los llevará al estrellato?
– Puede ser. Lo que si prometemos es que el músico finalmente entenderá que el camino a la fama es largo y requiere de mucho trabajo, dedicación, educación e inversión de parte de la banda y, sobre todo, actitud y personalidad.
– ¿Cómo ves la escena chilena en cuanto a potencial?, ¿hay propuestas diferentes, con identidad y personalidad como para conquistar otros mercados?
– Absolutamente. Por talento no nos quedamos. Hay de sobra, solo falta profesionalizarlo y hacer de la autogestión una industria capaz de generar dinero, empleos y futuro.
– Muchas gracias por tu tiempo. Dejo este espacio para que invites a los lectores a acercarse a Dragonworks.
– Gracias a ustedes por la oportunidad de comunicar nuestra apuesta y visión y aprovecho de invitar a los músicos que realmente quieren vivir del rock a invertir en su talento. Todo proyecto que uno emprenda en la vida necesita de inversión, de tiempo y dedicación. No pierdas más el tiempo, invierte en tu talento. Aprende a vivir del rock. Visítanos sin compromiso www.dragonworkstudio.com

Fotografías gentileza de MG Comunicación Global