Skid Row: we will remember you

Ver a Skid Row fue como volver en el tiempo. Bastaba pasearse entre el público para ver que las bandanas, los jeans rajados, los pantalones de cuero y las botas tipo cowboy abundaban. Y es que la ocasión ameritaba, pues la banda que estaba por presentarse es uno de los íconos del hard rock de los noventas y todo valía para demostrar la emoción del momento.

Los nacionales Ratzinger comenzaron a calentar motores minutos después de las 19 horas. Luego de disculparse por tener que bajar su telón -así lo solicitó el staff de Skid Row, ya que el mencionado lienzo hacía alusión al ataque contra las Torres Gemelas y para los estadounidenses es un tema muy sensible-, el trío mostró un repertorio sólido y con buen sonido. Sin embargo, a pesar de sus riffs potentes y sus letras en español, inglés y hasta un par de palabras en polaco, no lograron encender del todo a la audiencia. Agradeciendo el respeto del público y el apoyo al rock nacional, Ratzinger bajó del escenario y comenzó la espera para el show principal, amenizada con los clásicos gritos a los técnicos e ¡incluso con el jingle de la Teletón!

Las luces se apagaron cerca de las 20.10. La expectación crecía y todos coreaban el clásico de Ramones “Hey Ho Let’s Go”, que sonó hasta que los tatuados de Skid Row saltaron al escenario. Aunque el Teletón distaba de estar repleto, las casi mil personas que llegaron al recinto demostraron por qué los grupos adoran venir a Sudamérica. Con los primeros acordes de “Big Guns”, el concierto se transformó en una fiesta y todos saltaban y cantaban cada nota. A diferencia de Ratzinger, quienes se mantuvieron bastante estáticos detrás de los amplificadores, los tejanos se movían por todo el escenario y realmente parecía que dedicaban su música a cada uno de los fans que estaba frente a ellos.

“New Generation” dio paso a “Riot Act”, con un público eufórico y Johnny Solinger que agradecía la fidelidad de la audiencia hacia el grupo luego de 20 años de carrera. Mientras sonaba “Piece of Me”, el centro de atención fue una de las fans más pequeñas que he visto: una niñita de unos siete años, que llevaba también una bandana en su cabeza, y que desde los hombros de su papá saludaba a los músicos en el escenario. Esta rockerita impresionó al guitarrista Scotti Hill y también a Johnny, quienes le respondían los saludos y probablemente la hicieron sentir como la personita más importante del mundo. Al menos durante el concierto.

Comenzaron entonces los acordes de uno de los temas más clásicos de Skid Row, “18 and Life”, que probablemente puso la piel de gallina por la fuerza con que fue interpretada. Es en estas canciones donde Solinger, quien ha sido la voz principal de Skid Row por 10 años, demuestra su gran capacidad vocal, con un registro amplio que nada tiene que envidiar al de Sebastian Bach.

“Monkey Business” fue otro punto alto del espectáculo. El público agradecía la gran cantidad de temas de los primeros y más clásicos discos del grupo, y los guitarristas Scotti Hill y Dave “The Snake” Sabo quisieron demostrar cómo el rock corre por sus venas con un solo tocado con todo el feeling al frente del escenario. Ellos saben que su público los adora y posaban para todas las cámaras y celulares que querían retratarlos, e incluso Hill firmó un disco que un emocionado fanático le pasó desde la reja.

“Let’s make a mess!” grita Solinger para presentar el tema con el mismo nombre y esta fiesta parece que nunca va a acabar. La pequeñita de la bandana sigue disfrutando del show junto a su papá, y además de ella hay otros niños y muchos adolescentes que cantan todas las canciones de esta banda que ya hacía giras mundiales cuando ellos aún usaban pañales. ¡Bien por la “New Generation” de hard rockeros!

“Ghost” fue el tema preciso para bajar un poco las revoluciones y recargar energías para lo que se venía, “Sweet Little Sister” del disco homónimo del grupo. En ese momento, Solinger abandona el escenario y quien toma el micrófono es el bajista Rachel Bolan. Sin soltar su instrumento y con su peinado estilo Gokú, Bolan canta “Psycho Therapy”, un corte con claros toques punk que indican la relación con el tema de Ramones durante la antesala del show y las influencias de los comienzos de Skid Row.

Al volver al escenario, Johnny agradece al público en una especie de spanglish, pero luego se disculpa diciendo que su español no es muy bueno y sólo sabe decir “Me llamo Juanito” (!). Este oriundo de Texas no tiene pelos en la lengua para pedir a sus fans que lo acompañen en el clásico grito vaquero “Yiiiijaaaa!” y el público se ríe dándole en el gusto, pues después de esta interacción tan internacional Solinger se queda en el escenario sólo con Snake para interpretar una de los temas más esperados de la noche, “I Remember You”. Esta versión guitarra y voz, si bien no sonó tan poderosa ni alta como la original, creó una atmósfera de intimidad y cercanía entre los intérpretes y los fans, quienes en más de un momento se quedaron cantando solos junto a Snake frente a un emocionado Johnny. Pero este clásico de Skid Row no era para ponerse triste ni melancólico, y el resto de la banda se une para dar un final bombástico a esta “power ballad”.

Otra vez con los cinco músicos sobre el escenario, es hora de escuchar “Slave to the Grind” del álbum del mismo nombre. El show llevaba casi 90 minutos pero nadie parecía cansado. Por el contrario, el Teletón seguía estremeciéndose con los saltos y los headbangings de la fiel fanaticada de estos americanos. La banda entonces sale del escenario, pero nadie se retira del teatro pues todos esperan un último tema. “Youth Gone Wild!” piden los fans durante varios minutos, hasta que Solinger vuelve a escena cantando “Olé olé olé oléeeee, Santiagoooo, Santiagooo”. Las energías renacen y el grupo interpreta la canción solicitada, acompañados por las voces de todos los asistentes, quienes sin dar señales de cansancio continuaban saltando y bailando en esta fiesta del hard rock.

Pero todo llega a su fin. Una vez terminado el último número de la noche, y agradecidos por el cálido recibimiento, los miembros de Skid Row se quedaron varios minutos más sobre el escenario, regalando uñetas y baquetas, dejando que les tomaran fotos y lanzando saludos a todos los rincones del teatro, dejando en los asistentes la reconfortante sensación de haber visto un excelente show y al mismo tiempo disfrutado de un buen “carrete”.

Setlist
Big Guns
New Generation
Riot Act
Piece of Me
18 and Life
Monkey Business
Thick is the Skin
Makin’ a Mess
Ghost
Sweet Little Sister
Psycho Therapy
I Remember You
Slave to the Grind / Disease

Encore:
Youth Gone Wild

Por Isabel Mallea
Fotografías por Bianca Zapata

Ratzinger: “No puedes culpar al sistema por tu mala suerte”

Iván Vega, alias “Luther”, no conoce de falsas modestias. A cargo de las voces, la ejecución de la guitarra y la creación lírica en la banda metal chilena Ratzinger, su crío de tres años de vida, asume su protagonismo con satisfacción e incluso lo cuantifica: casi un 98 por ciento en la placa debut “State Enemy” y una cifra muy similar en el segundo álbum para el cual ya ha compuesto 15 temas.

“Creo que una banda no es de un integrante. Para eso tendría que tener 10 brazos y tocar todos los instrumentos. Podría decir que la banda tiene mucho mío, de mi percepción creativa transformada en música. De todas formas no le veo nada negativo a eso. Creo que haber armado la banda y pese a todos los contratiempos y cambios de integrantes, seguir adelante, es más un merito que otra cosa”.

– Partamos por el principio, ¿por qué Ratzinger, por Joseph, el papa alemán?
– ¡Qué tiempo ha pasado! En un principio buscábamos un nombre para la banda que fuera potente, dinámico. Incluso Lewin en una entrevista de Rockaxis lo tildó de “suena como a veloz” y ciertamente eso es lo que queríamos. Que sonara power y como justo en ese minuto había sido elegido Joseph Ratzinger, más encima con todo un discurso de “No al Rock”, me dije ¡este tipo qué se cree! Así que llamé al bajista de ese momento, David Sierra, y le dije ¿qué te parece? Lo demás es historia.

– ¿Cuándo y bajo qué circunstancias se forma la banda?
– La banda la formé cuando llegue a Chile después de haber vivido en Estocolmo, Suecia. A través de un portal de metalero contacté algunos músicos y partimos con el proyecto que en un principio se llamó Rotten Kat, cuando no era muy en serio, y de ahí derivó a Ratzinger ya definitivamente con músicos de verdad: David Sierra en el bajo y Patricio Quiroga en la batería.

– Imaginen a una persona que nunca los ha escuchado y necesitan darle referencias, ¿a qué se parece su música, qué influencias se advierten al oír sus temas?
– La verdad es que el disco tiene de todo. Si escuchas “Evolution Disaster” y “Under Attack” encontrarás influencias muy en la onda de Strapping Young Lad. Por otro lado “Black September”, “Mind of Terrorist” o “Just a Dream” son más en el estilo Metallica, Pantera, incluso Corrosion of Conformity, y si te vas al otro lado temas como “Boycott” y “State Enemy” son como sacados del disco “Diabulus in Musica” de Slayer, así que finalmente creemos tener muchas influencias dentro del metal.

– ¿Cuál es el momento actual de Ratzinger: promueven un disco, están pensando en un próximo álbum, por completo dedicados a los shows en vivo?
– Ya estamos terminado la promoción de “State Enemy”, solo nos queda concretar la gira por Brasil que tuvimos que postergar por la caída, o porrazo, del antiguo baterista Andrés Serey, pero si te das cuenta sólo en 2007 hicimos 16 conciertos, pasando por Mendoza, Concepción, Valparaíso, Rancagua y hasta la gira europea. Lo que se viene ahora es comenzar a ensayar el nuevo disco que esta en su 90 por ciento compuesto. Tengo armada toda la estructura de guitarra y estoy comenzando a definir el concepto para las letras, así que sólo falta el 10 por ciento de arreglos de bajo y batería para entrar este año a estudio.

– Iván, leí que pasaste buena parte de tu vida en Suecia, ¿como afectó tu experiencia musical vivir en el Primer Mundo?, ¿es de verdad tan diferente?
– La verdad es que sí, en varios aspectos. No hay todo este chaqueteo que existe aquí, tú sabes, si te va bien, todo el mundo te criticará. Pero yo creo que lo fundamental es que la gente tiene objetivos muy bien pensados y nadie mira la paja en el ojo ajeno. Eso no existe. Musicalmente yo creo que hay potencial en todos lados, lo que pasa es que el músico chileno, no todos obviamente, pero un porcentaje, cae en cosas muy básicas como mucho carrete, flojera o falta de práctica de su instrumento, y es algo que me he dado cuenta durante estos tres años que llevo con Ratzinger. Aún tengo problemas con algunos de los integrantes por cosas tan simples como el compromiso con el tiempo que le dedican a la banda. En este minuto estoy componiendo solo dado que el bajista no compone nada y el baterista está empezando de cero porque nunca había tocado en una banda con el profesionalismo y tiempo que nosotros le dedicamos. Así que como verás adaptarse a eso es complicado, pero es lo que hay.

– Estuvieron de gira por Polonia y Alemania, la tierra de Ratzinger, ¿cómo se gestó ese viaje y cuál es el saldo que les deja?
– Cuando grabamos el disco pensamos en varias posibilidades sobre cómo expandir nuestra música y una fue hacer la gira europea. Lo conversamos y salió. La gira la armé yo desde Chile y partimos. El saldo fue más que positivo, mucha experiencia de cómo afrontar un tour, además de la red de contactos que ahora tenemos.

– ¿Hay posibilidades de un nuevo tour europeo?, ¿es factible para una banda chilena embarcarse en una gira europea si no tiene una situación solvente que los respalde?
– Para irte de gira no tienes que ser millonario, solo falta tener lo básico, ganas y listo. Muchas bandas que conozco llevan 10 años tocando y aun no han avanzado mucho. Nosotros llevamos tres años y tenemos un disco sólido, gira europea, hemos tocado en gran parte de Chile y tenemos cuatro video clips. Lo que trato de decir con esto es que si finalmente quieres hacer algo o salir adelante, no puedes culpar al sistema por tu mala suerte, como leí una vez a una banda chilena, quejarse que por culpa del sistema ellos no han surgido. Aquí hay que creérsela a mango y así las cosas se dan solas.

– Me imagino que allá dejaron hechos los contactos para unirse a Tonus, la banda paralela de Claudio “Tomate” Illanes de Undercroft, en su primera visita a Chile.
– No, la verdad es que si bien allá nos juntamos con “Tomate” a carretear, a Tonus los vi una vez en su sala de ensayo y hablamos un rato, tan sólo eso. Nosotros aquí básicamente le dimos la mano a Tonus para que pudieran tocar y les conseguimos varias tocatas, pero fue básicamente porque ahí toca “Tomate”, quien es nuestro amigo y nos pidió ayuda en eso.

– Ya que llevan un nombre con tintes religiosos, hablemos de Iglesia, por ejemplo ¿qué piensan respecto a la oposición eclesiástica a la distribución de la píldora del día después y en general de su influencia en temas civiles?
– Creo que cada uno debe elegir cuándo y cómo. Y con respecto a la influencia de la Iglesia, yo creo que esta acabará el 2012 y que es básicamente de lo que tratara nuestro próximo disco. Hay toda una teoría del fin del calendario maya y un nuevo comienzo de conciencia en la humanidad. Dice mucho del cambio climático y también de la llegada de un cometa casi apocalíptico. Es un tema largo de explicar, pero a su vez muy interesante, el cual me tiene de cabeza trabajando en las letras.

– ¿Qué están escuchando y/o les parece interesante de los álbumes editados recientemente?
– “Inflikted” de Cavalera Conspiracy y “Sworn” de Soilwork.

Ratzinger
Myspace

Mayo, 2008