El segundo álbum de Stygian en una década dentro de la industria estadounidense aborda varios frentes para complacer a distintos públicos. En “Fury Rising” los metaleros hallarán riffs enérgicos y segmentos que rememoran la vieja escuela del thrash, pero esa es solo una pequeña porción de la torta. La placa abunda en un hard rock poderoso y convincente, coronado por un sonido de excelente factura que refiere a actos como Nickelback y Staind.
Stygian es un trío formado en 1999 por tres fanáticos de Metallica que comenzaron a componer música inédita y hasta la fecha han tocado en toda el área de Filadelfia abriendo para bandas como Drowning Pool y Symphony X. Tras un debut más conectado con el metal, y cautivos de un presupuesto limitado, el grupo despliega ahora una oferta sónica más amplia. Esto queda claro en el contraste entre el comienzo frenético con “Suffer Patiently” y el cierre con la balada “Fever Slide”.
El baterista Steve Bacchia resume el espíritu del disco: “Nos gustan los solos, las buenas voces y las armonías vocals, los buenos riffs y ciertamente el groove. Nuestro sonido es tan pesado para que lo disfruten los fans del metal y tan diverso como para ver a los padres de los chicos disfrutando del show también. No nos asusta tener una balada o una canción acústica en un álbum de hard rock y metal. Lo que nos gusta es tener una colección diversa de canciones que resulten en un álbum que valga la pena”.
Celestiial
Where Life Springs Eternal
Bindrune Recordings
2010
Una experiencia doom extrema es lo que ofrece la banda estadounidense Celestiial en su segundo álbum de larga duración. El funeral llevado hacia sus límites, en una placa de casi una hora de duración que para oídos poco habituados termina por sonar monocorde e inexplicablemente extensa. Para muestra un botón: de los cinco cortes que componen el disco, solo “Carry Storms Carry My Sadness” dura media hora. Y “Offering In Cedar Smoke” aporta otros 22 minutos de desolación.
Sus integrantes, entre quienes se cuentan los miembros de Agalloch Tim Glen, en percusión, y el bajista Jason Walton -también a cargo de la masterizació- indican que su música toma inspiración de los bosques. La participación vocal es mínima y se reduce a unos cuantos gritos agónicos surgidos en medio del continuo flujo de manantiales de agua que actúan como telón de fondo. Aunque la naturaleza del género dicta la generación de sempiternos pasajes uniformes, se extraña la inclusión de algún quiebre que otorgue cierta tensión dramática al registro.
La voz de los extintos Metal Church, Ronny Munroe, desata su fuego interno en una placa empapada del clásico espíritu heavy metalero de los ochenta. Y es que después de escuchar los 12 cortes que componen este disco, que contó con la supervisión de Kurdt Vanderhoof (guitarrista y miembro fundador de Metal Church), pareciera que aquellos buenos momentos estuvieran de regreso en gloria y majestad. Acá no hay nuevas fórmulas que probar, ni espacio para experimentar confusas evoluciones musicales a través de sonidos mainstream destinados a satisfacer el gusto de las masas. Simplemente está el amor incondicional por el sonido y la actitud que fundó los cimientos del estilo tres décadas atrás.
Tracks como “What You Choose To Call Hell (I Call Home)”, “Across The Sea Of Souls”, “Evil Genius”, “Ride Me” y la espectacular versión de “Man On the Silver Mountain” de Dio, dan testimonio de aquello a través de los riffs mid-tempo, las baterías marcadas y los gancheros coros que fluyen como un manantial a través de 55 minutos de música, llenos de un dinamismo capaz de captar la atención del auditor desde el primer minuto, sin desteñir en ningún momento.
El gran mérito de Ronny Munroe es que, en pleno siglo XXI, logra brindarnos un disco que da frescura al heavy metal, gracias a la óptima producción y el contundente sonido de su placa, sin la necesidad de recurrir a un súper productor, sino más bien a una súper leyenda como Kurdt Vanderhoof, quien gracias a sus años de experiencia como músico supo trasmitir esa vivencia tras las perillas, dándole vigencia a un estilo acusado de haber quedado estancado en sus raíces. Con “The Fire Within”, Ronny Munroe puede respirar tranquilo y comenzar a abrirse un glorioso sendero como solista, y si a eso le adjuntamos el plus de contar con la ayuda de Kurdt Vanderhoof, quizás (para el deleite de nosotros) continuar de modo indirecto el legado de Metal Church.
Bendito milagro, como para mantener intacta la fe en el metal.
Nechochwen
Azimuths To The Otherworld
Bindrune Recordings
2010
“Azimuths To The Otherworld” es una de aquellas experiencias sonoras que cuesta narrar mediante palabras. Para comprender a cabalidad las sensaciones involucradas estos álbumes deben vivirse de modo individual. Y así lo amerita el más reciente viaje musical de la banda estadounidense Nechochwen, exploradora incansable de la herencia de los indios nativos Adena y Hopewell cuya sangre fluye por sus venas y que ensamblan de forma sutil y sublime con elementos propios del metal.
Éste no es un trabajo convencional. El segundo larga duración del proyecto formado en 2005 navega por diversas aguas. La obra comienza solo con guitarra, constante que se mantendrá durante todo el disco, a la que se suma la percusión, las voces rituales, una voz narrada y un quiebre violento que aproxima el registro al black metal, para retornar al sosiego de los primeros acordes. Un primer tema que sintetiza las vertientes musicales que alimentan a Nechochwen.
Varios cortes se mantienen en el terreno puramente acústico. Extensos pasajes de guitarra decoran la mayor parte del disco y unidos a la ejecución de instrumentos ancestrales, crean ambientes que invitan a la introspección. Algo así como la banda sonora perfecta para contemplar cómo caen los hilos de lluvia a través de una ventana durante el invierno. Una pieza casi por completo instrumental, si no fuese por la dosificada incorporación de susurros, voces limpias y otras agresivas, pero inteligibles.
¿Doom, folk, progresivo, atmosférico?
En casi una hora de duración, “Azimuths To The Otherworld” proporciona enormes cuotas de la misma belleza lóbrega entregada por bandas como Agalloch.
Una española de voz angelical viene decidida a romper el estigma de Sirenia. La banda creada por Morten Veland luego de migrar de Tristania ostenta el récord de contar con casi el mismo número de álbumes que de vocalistas. Pero la cuarta cantante en la historia de los noruegos -le precedieron Fabienne Gondamin, Henriette Bordvik y Monika Pedersen- confía en que llegó a ocupar el puesto de modo definitivo y así se lo aseguró al líder del grupo.
En las siguientes líneas, Pilar Jiménez García, “Ailyn”, recrea el período de audiciones, la incorporación a Sirenia y el nerviosismo de las primeras presentaciones. Todo ello sin una experiencia ante grandes audiencias y con un escaso dominio del inglés. La intérprete también se refiere a su paso por una banda de J-pop, su intervención en un reality show que buscaba nuevos talentos musicales y la desazón que le causó al baterista Jonathan Pérez saber que no habría fecha en su patria.
– Aunque tienes una formación en canto, nunca habías participado de un grupo de metal, ¿por qué decidiste audicionar para el puesto de vocalista de Sirenia?
– No tengo formación de canto. Cuando tenía 15 años mi madre me apuntó a una escuela de música para que tomara lecciones de canto, pero por motivos personales no pude estar durante mucho tiempo. Sobre audicionar para Sirenia, un día ellos se pusieron en contacto conmigo por si quería hacer las audiciones para ser la nueva vocalista. Me gustaría poder decir que los conocía de antes, pero no es el caso, así que estuve mirando sus videos y escuchando su música y me pareció una muy buena banda, por lo que les dije que sí.
– ¿Cómo fue ese proceso: de qué manera supiste que buscaban a una nueva cantante, enviaste un mp3 con tus voces, en qué circunstancias conociste a Morten Veland y cuándo te enteraste de que eras la elegida?
– No lo sabía. Mi hermana los agregó desde mi Myspace oficial y allí yo tenía algunos covers y algún video, les gusté y me llamaron. Conocí a Morten Veland en el aeropuerto cuando vino a buscarme ya que me iba a quedar unos días en su casa con él y su mujer ya que la audición la tenía que hacer en el estudio que él tiene en su propia casa. Me enteré de que era la elegida creo que una o dos semanas antes de que se anunciara oficialmente, ahora no recuerdo bien.
– Háblanos de la grabación de “The 13th Floor”. ¿El álbum estaba maquetado y solo faltaba que colocaras las voces?, ¿cuál piensas fue tu aporte a ese registro?
– Cuando me incorporé a la banda estaba casi todo el trabajo hecho, solo faltaban unos últimos arreglos, grabar mis voces y los coros de Sirenia. Mi aporte podría ser la dulzura de mi voz.
– ¿Cómo ha sido trabajar junto a Morten Veland, a quien se le sindica como un sujeto muy perfeccionista en cada uno de los proyectos musicales que encabeza?
– Trabajar con Morten es siempre muy divertido. Se lo conoce por lo perfeccionista que es, pero no tengo ningún problema ya que yo soy igual de perfeccionista, así que cuando nos ponemos a grabar, no paramos hasta que los dos estamos contentos con el resultado.
“AUDICIONÉ SABIENDO
DECIR HELLO Y POCO MÁS”
– ¿Qué recuerdos tienes de los primeros conciertos y la reacción del público a, otra vez, una nueva vocalista?
– De los primeros conciertos, recuerdo que estaba muy nerviosa. No tenía mucha experiencia en los escenarios. Sé que la gente piensa que sí, porque había participado en un programa de TV, pero fueron solo cuatro programas donde de público solo había unas 400 personas a las que casi no veías porque todo estaba muy oscuro, así que cuando llegué al Masters Of Rock me temblaban las piernas, hasta llegué a pensar que me iba a caer de lo que me temblaban (ríe). También lo recuerdo con mucho cariño y sobre todo la sensación de cantar arropada con todo el apoyo de una banda.
– Mirando el foro de Sirenia, dos de las críticas que los fans te hacen son que no provienes del ambiente metalero -cantaste en un grupo de J-pop e incluso participaste de un programa de telerrealidad- y que tu inglés no es muy fluido, ¿cómo respondes a esos comentarios?
– Ya es algo que con el tiempo me ha dejado de preocupar. Llevo años escuchando música metal, desde los 16, puede que la gente lo crea o no, pero es cierto. Sí, canté en un grupo de J-pop y también participé en un reality show, pero lo que no llego a entender es qué problema hay en eso. Cada uno intenta buscar oportunidades en el mundo de la música y tiene que trabajar con lo que la vida le ofrece. ¿Qué importa que cantara música pop u otros estilos? Si ahora me dijeran que cualquiera de las grandes en el metal canta pop la verdad es que no me importaría. Además yo creo que lo que importa es si la gente está contenta con mi trabajo en Sirenia, lo demás no es importante.
Sobre mi inglés, cuando entré a formar parte de la banda, yo casi no hablaba inglés. Es más, me presenté a las audiciones sabiendo decir “Hello” y poco más, por lo que pensé que ni siquiera me iban a coger. La gente me ha criticado mucho por lo del inglés, pero opino como mi banda, el idioma es algo que con el tiempo se aprende y si ellos están contentos y me animan, yo también estoy contenta. Además las críticas ya me las esperaba ya que cuando empecé con Sirenia era el reemplazo de una cantante, y Sirenia ha contado con tres voces antes que conmigo, así que no me sorprendió mucho ya que cada persona tiene a su favorita.
– ¿Te ha sido fácil o complicado interpretar temas que fueron creados para que otras personas los cantaran?
– No, no me es difícil interpretar los temas más antiguos de la banda. Morten ya se encargó de buscar a una cantante que pudiera hacerlo sin problemas y aunque la gente pueda opinar lo contrario, las cuatro vocalistas de Sirenia, aunque nuestras voces no son iguales, tenemos un color de voz bastante parecido.
– ¿Cuáles son tus canciones favoritas y por qué, tanto de “The 13th Floor” como de sus antecesores?
– Me gustan mucho “The Seventh Summer”, “The Mind Maelstrom”, “Downfall”, “The Other Side”, “Save Me From Myself”, “Star Crossed”, “Lithium And A Lover”, “On The Wane”, “At Sixes And Sevens”. Pongo estas por decir algunas, aunque sinceramente me gustan todas. El porqué me gustan lo dejo entre Morten y yo.
“ME SORPRENDIÓ MUCHO
SABER QUE NO ÍBAMOS A CHILE”
– Sirenia tiene casi tantos álbumes como cantantes, ¿crees que vienes a ocupar el puesto de modo definitivo?
– ¡¡¡Por supuesto que vine para quedarme!!! Ya cuando hice las audiciones, una de las primeras cosas que me comentaron era que ellos buscaban una cantante para muchos años. Además, ya estamos trabajando en lo que será nuestro nuevo álbum, con lo que por fin podremos acabar con lo que la gente llama la maldición de Sirenia, lo de una cantante por cada álbum.
– ¿Qué tanto ha cambiado tu vida desde que ingresaste a Sirenia?
– La verdad es que mi vida no ha cambiado mucho, de momento sigo viviendo en España, aunque tengo pensado desde hace tiempo el mudarme a Noruega definitivamente ya que me paso más tiempo allí que en mi casa. Para ensayar simplemente tengo que coger un avión y pasar unos días allí con los chicos, no creo que la distancia sea un problema.
En el set para la grabación del video "The Path To Decay".
– El baterista Jonathan Pérez es chileno, ¿te ha resultado más fácil establecer amistad con él que con los otros miembros de Sirenia, ya que ambos son latinos?
– Por supuesto que en un principio para mi fue un alivio saber que él hablaba español ya que yo apenas sabía nada de inglés, pero me llevo igual de bien con todos. Cuando entré en Sirenia, aparte de conseguir tres amigos, conseguí tres hermanos.
– Este año cruzan el Atlántico para tocar por primera vez en Sudamérica, ¿sientes una conexión especial con este territorio por el hecho de compartir el mismo idioma?
– La verdad es que es mucho más fácil viajar a un país donde todo el mundo habla tu idioma. Siempre es estupendo viajar a todos los países ya tenga que hablar inglés o español, pero no hace mucho que empecé a hablar inglés por lo que siempre tengo que estar muy concentrada para entender a la gente cuando me hablan muy deprisa. Es un alivio viajar y poder estar relajada ya que sé que voy a poder entender a todo el mundo.
– ¿Por qué no se concretó una fecha en Chile? Parece un tanto incomprensible, porque es casi una escala obligada en tours sudamericanos y también porque bandas con menos discografía ya nos han visitado.
– Realmente no sé lo que pasó. Sé que ese tema lo llevan los promotores del país, pero no sé cual fue el problema para que al final no se decidieran a llevarnos. A nosotros nos sorprendió muchísimo el saber que no íbamos a ir ya que aunque no estaba anunciado, contábamos con que Chile iba a ser la última fecha del tour. Nos apenó muchísimo el enterarnos que al final no iríamos. Además Jonathan es chileno y fue un duro golpe para él el enterarse de que al final ninguna fecha sería allí.
– ¿Podrías recomendar algunos discos?, ¿qué llevas en tu reproductor personal en este momento?
– En casa tengo muchísima música. En mi mp3 suelo llevar todo lo que me gusta, Kamelot, Alice In Chains, Sarah Brightman, Megadeth, Josh Groban, AC/DC, Within Temptation, Aerosmith, por poner algún ejemplo. Llevo muchísima más música, creo que quizás llevo algo de todos los estilos y voy escuchando una banda u otra dependiendo de mi estado de ánimo.
– Muchas gracias por tu tiempo, ¿algunas palabras finales para los lectores de Ciudad Metal?
– Gracias de todo corazón por todo el apoyo que nos han dado y el que nos siguen dando. Esperamos poder pasar por Chile en un futuro no muy lejano. ¡¡¡Saludos!!!!