Deathstars brinda una noche de glamour y rock industrial

Delante de las barricadas, brillantina en el pelo y trajes de riguroso negro. Del otro lado de las vallas, los atuendos compiten en oscuridad y dedicación. Y claro, si sobre el escenario del Teatro Caupolicán los suecos de Deathstars imponen su espectáculo de rock gótico y tempos electrónicos, en una velada que reunió música y moda junto a un desfile de la diseñadora Carolina Rival y un after party con los nacionales de Industrial Company Inc.

En algo más de una hora de concierto, los europeos desplegaron un show que desbordó potencia. Whiplasher, Skinny, Cat, Nightmare y Bone no descuidan ni forma ni fondo. Los músicos se presentaron vestidos de negro, en contraste con los blancos instrumentos y la palidez de sus rostros. Así también ejecutaron una suerte de coreografía para cada tema, manteniéndose cabizbajos o poniéndose de rodillas en determinados segmentos de los temas.

Las bases de teclado son definitivamente las protagonistas en este estilo y por ello se extrañó la ausencia de un sexto músico a cargo de su interpretación en vivo. Whiplasher sedujo al público con ese timbre vocal profundo y un innegable carisma sobre las tablas. El frontman se mueve con total desplante y sus desbordes de energía no hacen mella en la calidad de su interpretación.

Una lástima que la concurrencia no estuviese a la altura del espectáculo ofrecido. En Chile Deathstars no es la banda más popular dentro de su género, lo que por cierto no constituye una medida del talento ni de la capacidad de ofrecer un show en directo que no desmerezca lo mostrado en trabajos discográficos. Por ello se agradece el atrevimiento de la producción y la disminuida asistencia probó una completa fidelidad a sus ídolos.

Review: Edenial


Edenial
Desde El Fin/From The End
Independiente
2010

Edenial ensayó una experiencia atípica. La banda lanzó en simultáneo dos versiones de un mismo álbum: la castellana y la anglosajona. El objeto ofrece una gratificación desde el instante en que se sostiene entre las manos una hermosa caja negra de papel contenedora del par de discos, cada uno con un librillo de 16 páginas que no escatimó en costos en pos de la belleza del resultado. Obsequio perfecto para fetichistas de la música.

¿La pretenciosa cubierta hará eco de la música contenida en sus 24 canciones?

Edenhial nació como una banda ligada al movimiento de metal gótico que a principios de la década replicó lo que en otros países realizaba gente como Theatre of Tragedy. A poco andar el grupo experimentó una transformación que también afectó su nombre. Le quitaron la “h” y expandieron el espectro musical hacia una propuesta que a ratos es suave e intimista y luego adquiere toda la energía del hard rock.

En esta doble edición “Desde El Fin/From The End” las guitarras suenan potentes y los solos tienen esa cualidad pegajosa del pop, en tanto las líneas de bajo se perciben nítidas y aportan peso a las composiciones. Completan el elenco de instrumentos las percusiones y el sintetizador, que tiene una presencia relevante, más no abusiva. El desempeño de Isabel Contreras, que registró todas las voces sin acreditar la condición de integrante oficial, es correcto en ambas lenguas. No obstante, se extraña un mayor uso de matices para que transcurridos los primeros cortes no parezca que se repite a si misma.

Lanzar un álbum en dos idiomas supone también un trabajo lírico mayor al intentar una traducción no literal, sino del espíritu que invocaba la letra en su lengua nativa. Aquello se consiguió al interpretar el sentir de las canciones y no transcribir de modo textual cada palabra. La tarea estuvo a cargo de Gerardo Ihle (guitarra y sintetizadores) y Daniel Urdangarín (batería y programas). Completan la banda el bajista Cano Graepp y la cantante Francisca Lastra.

A través de este dúo de discos, Edenial se alza como una atractiva fusión de rock/metal de una impecable calidad sonora.

RIP Ronnie James Dio: cantante fallece de cáncer al estómago

El mundo del heavy metal sufre la pérdida de uno de sus hijos más emblemáticos. A los 67 años de edad, Ronnie James Dio falleció producto del cáncer de estómago que se le diagnosticó el año pasado y contra el cual opuso una tenaz resistencia. A través del sitio oficial del intérprete conocido tanto por su carrera en solitario como por su trabajo junto a Black Sabbath, Rainbow y Elf, la esposa y manager de Dio informó de la noticia.

“Hoy mi corazón se ha roto. Ronnie dejó de existir a las 7:45 AM de este 16 de mayo. Muchos, muchos amigos y familiares pudieron darle el adiós en privado antes de que falleciera tranquilamente. Ronnie sabía cuán amado era por tantas personas, por ello valoramos el amor y el apoyo que todos ustedes nos han dado. Por favor dennos algunos días de privacidad para lidiar con la terrible pérdida que hemos sufrido. Por favor sepan que él los quería a todos y que su música nos acompañará para siempre”. Con amor, Wendy.

Ciudad Metal se suma al luto de millones de amantes del rock alrededor del globo y agradece a Ronnie James Dio por los incontables momentos de música que ofrendó durante su existencia y los registros que legará a la historia del género. ¡Gracias maestro!

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Megadeth repasa todo el “Rust In Peace” ante miles de fans chilenos

Y regresó el festín de las banderas tricolores, el desfile de guitarras hechas a la medida de Dave Mustaine y la euforia febril de los fanáticos locales de Megadeth. En ésta, su sexta visita a territorio nacional, la banda corroboró la pasión que gatilla entre sus seguidores, que entonan cánticos a la usanza de las hinchadas de fútbol y agasaja al pelirrojo dios de la guitarra lanzándole un sinnúmero de banderas durante lo que dura el concierto.

El Movistar Arena volvió a acoger a los fans de la banda estadounidense. A veinte años de su lanzamiento, el programa consignaba el repaso completo del álbum “Rust In Peace”, uno de los más importantes de su discografía con piezas de la talla de “Holy Wars” y “Hangar 18”, auténticos himnos imprescindibles en cualquier setlist. Pero la jornada también se nutrió de las vibrantes ejecuciones de “Take No Prisioners”, “Tornado Of Souls”, “Five Magic”, “Poison Was The Cure”, “Lucretia”, “Dawn Patrol” y “Rust In Peace- Polaris”, coreadas a todo pulmón por la concurrencia.

A las nueve en punto, las luces del coliseo se apagaron para iniciar la introducción con un tema de Black Sabbath. A medida que los músicos se incorporaban al escenario, el público expresaba su jolgorio alzando cada vez más la voz hasta culminar con la irrupción de Dave Mustaine. “Dialectic Chaos”, de su disco 2009 “Endgame”, dio la partida a un evento que de ahí en más se volvió imparable. El cuarteto conformado además por el guitarrista Chris Broderick, el baterista Shawn Drover y Dave Ellefson, bajista fundador que retornó tras ocho años de ausencia, deleitó a los asistentes reproduciendo fuerte y por entero una de sus entregas más clásicas.

Para cerrar un espectáculo redondo que además incluyó los temas “This Day We Fight”, “Headcrusher” y “The Right To Go Insane”, del último álbum, Mustaine reservó para el cierre “A Tout Le Monde”, “Trust” -con la parte del estribillo traducida al castellano- y “Peace Sells”, en cuyo coro intercalaron “Skin O’ My Teeth”. Un show preciso que corroboró la vigencia de uno de los llamados cuatro grandes del thrash.

Fotos gentileza de Roberto Vergara

Review: Six Magics


Six Magics
Behind The Sorrow
Coroner Records
2010

El tercer álbum de Six Magics muestra un positivo viraje en la carrera de los otrora estandartes chilenos del power metal. Además de introducir en las voces a Elizabeth Vásquez, quién ocupó la plaza dejada por Sergio Domínguez, esta obra supone una transición paulatina hacia el hard rock, género que les ofrece más movilidad que uno que aún funciona bajo parámetros tan rígidos como predeterminados.

Desde todo punto de vista es una decisión acertada y que repite casos como el de los alemanes Edguy, banda que en sus primeros álbumes entregó abundantes dosis de épica a velocidades ultrasónicas, pero que hace rato empezó a indagar en otros terrenos, misma inquietud plasmada en los últimos discos de Avantasia, la ópera creada por Tobías Sammet y que cada día toma un saborcillo más rockero.

“Behind The Sorrow” desarrolla una concepción muy actual del heavy metal. Detrás del sonido está el productor estadounidense David Prater, responsable de trabajos de resonancia global como el “Image & Words” de Dream Theater. La pericia del ingeniero, el trabajo creativo más el talento de los instrumentistas y la seductora voz contralto de Ely Vásquez hacen del álbum un todo en sumo adictivo.

Aunque los teclados conservan un papel importante dentro del conjunto y es posible hallar reminiscencias a Nightwish en pasajes cargados de atmósferas elaboradas en sintetizador, el álbum evoca al sonido de los primeros discos de otros finlandeses. La placa encarna el espíritu rockero de Lullacry, otra banda liderada por una voz femenina de mucha presencia que creó un manojo de canciones pegajosas a rabiar.

En este vuelco también mutaron las letras. El aura épica de “Dead Kings Of The Unholy Valley” y “The Secrets Of An Island” cedió lugar a preocupaciones más contemporáneas y cotidianas. Ahora los chilenos escriben sobre el ambientalismo, el afán armamentista, la perseverancia puesta en la persecución de un sueño y el amor traducido en la balada “It’s Not The Way”. Apostar por la innovación es siempre un reto y en éste Six Magics resultó fortalecido.