Saken abrió el telón a esta versión del Metal Fest, respaldado por un público que los apoyó durante su potente presentación, mientras en el escenario internacional reinaba la rapidez y fuerza de Lock Up, proyecto que reúne a grandes músicos de la escena mundial. Entre ellos, el chileno Anton Reisenegger. Estos aplanaron el camino con una mezcla de grindcore y death metal de lujo y repasaron temas de sus tres discos de larga duración, lo que dejó los ánimos más que encendidos. Afuera, Recrucide intentaba convocar audiencia para una actuación que incluyó material de sus dos discos, aunque con un sonido bastante más turbio que la banda anterior, lo que no obstante no opacó en nada la entrega. Adentro comenzaba la presentación de Arcturus demostrando una ejecución y sonido de calidad. Con temas de su disco “Sideshow Symphonies” cautivaron a una porción importante de fanáticos que los esperaron durante años.
En el exterior, Battlerage exhibió un sonido impecable y una ejecución con mucha entrega dejando muy contentos a los asistentes a esa hora. Corrosion of Conformity saldaba otra deuda con Chile en un show de nostalgia que revivió para muchos momentos de la adolescencia, aunque ya no era lo mismo. La banda está en un pie mucho más sludge y lo hace muy bien, pero inevitablemente esto es lo malo al pagar deudas del pasado. Al igual que sus antecesores en el escenario nacional, Inquisición demostraba que el heavy metal dejaba la vara alta para el resto, una ejecución de lujo y sobre todo una voz espectacular. Y era el esperado turno de Sodom que comenzó sus tres primeros temas con una potencia y nitidez que lamentablemente se perdió durante el resto de la presentación, lo que no dejo de enganchar a una buena cantidad de público con un setlist que trató de incluir algo de cada uno de sus 14 discos larga duración.
Los nacionales Animus Mortis salían al escenario con una buena cantidad de asistentes que a esas alturas se alternaban entre los dos espacios. La banda demostró su capacidad técnica en la ejecución de un black metal personalizado, interpretando material de su primer LP y de su EP “Mysteriis Vox Divina”. Luego de la pausa todo se preparaba para los maestros del death metal, Morbid Angel. Una vez más en Chile y se agradece, porque fue una de las bandas que más público reunía hasta esa hora. La devastación comenzó de inmediato con temas del “Altars of Madness”: “Inmortal Rites” y “Maze of Torment” desataron la euforia entre los fanáticos. Una puesta en escena como solo Morbid Angel sabe hacer.
Afuera, Sadism hacía la hora para presentarse ante una cantidad de gente razonable, lo que retrasó el evento por casi media hora y lo hizo coincidir con la salida de Twisted Sister, quienes sin lugar a dudas se robaron el primer día. Un show preciso con los temas más que probados y una audiencia casi completa que incluyó la compañía al costado del escenario de músicos de otras bandas que disfrutaron tanto como el que estaba en cancha y platea. ”The Price”, “We’re Not Gonna Take It” y “I Wanna Rock” se corearon por todos. La banda chilena encargada en cerrar este primer día fue Undercroft, que atrajo bastantes seguidores que apoyaron una presentación brutal y enérgica cargada de arengas “chilensis” por parte del frontman Álvaro Lillo. Al interior se preparaba Down para coronar el día, con una postura bien stoner y tres discos a su haber subieron al escenario muy energizados. Tanto que la voz de Anselmo se saturó en los primeros temas. Sin duda una larga y grata jornada de metal, con más variaciones y matices que en su versión pasada y esperando que este domingo todo fluya al son de riffs filosos y dobles bombos.
Fotografías por María Loreto Correa
Texto por Sergio Evans