
Inquisición no sucumbe al peso de su nombre. La historia los sindica como pioneros del heavy metal en un territorio dominado por el thrash, pero los pergaminos pierden relevancia cuando componen, porque en ese momento lo único importante es responder a sus propios criterios artísticos. A una semana de su participación en Leyendas del Rock, el cantante Paulo Domic repasa la biografía de la banda y anticipa un nuevo giro estilístico en el próximo álbum, “Opus Dei”.
– Venimos de una Cumbre del Metal, que reunió a Pentagram y otros viejos valores de los orígenes de la escena chilena. Leyendas del Rock sigue esta línea, aunque apuntando al heavy, ¿a qué atribuyes esta ola de nostalgia que estamos viviendo?
– Yo creo que más que nostalgia la trayectoria de las bandas ha permitido demostrar la valía que tienen. Tanto Dorso, Panzer e Inquisición han tenido una carrera larga, muchos discos, muchas etapas, y desde la perspectiva histórica el público lo empieza a reconocer y eso también se debe a un tema de respeto por las bandas y una valoración en lo musical. Sin duda la nostalgia tiene un papel importante. Obviamente hay mucha gente que reescucha eso y vuelve a revivir momentos del pasado, de cuando vacilaban en las tocatas. Pero es una mezcla de ambas cosas, el tema emocional por lo que significan las bandas y la música que han hecho durante su trayectoria.
– Inquisición es reconocida como pionera en la introducción del heavy en Chile cuando prácticamente todo lo que existía era el thrash, ¿podrías hacer algo de historia para las generaciones más jóvenes que no vivieron esa época?
– Sí, por supuesto. Yo no soy fundador de Inquisición, pero a través de los casi 10 años que estoy con ellos he podido conocer la banda y la historia. Inquisición abrió una nueva sonoridad, algo que no se había escuchado antes y por supuesto ejecutado tocado con maestría. También Panzer y Tumulto habían empezado con el heavy metal, pero siento que Inquisición lo llevó a otra dimensión. Manolo (Schafler, guitarrista) tiene un concepto más europeo del metal, tenía mucho de Mercyful Fate en ese momento. Pero hemos ido evolucionando. Lo que estamos haciendo ahora es bastante más distinto, más que nada en respuesta a nuestras inquietudes musicales. A la gente le ha gustado y lo sentimos con “Metal Genocide”, que fue mi debut y que también identificó a otras personas, que buscaban otro heavy metal, otro tipo de interpretación y siento que hubo un cambio bastante profundo entre el Inquisición previo a “Metal Genocide” y el posterior. Porque todos hemos madurado musicalmente, hemos encontrado el fiato y la comprensión para cada uno aportar cosas y dar vida a lo que estamos haciendo ahora.
– Mencionabas un cierto giro en la música de Inquisición. ¿Cómo ha cambiado el sonido de la banda y su método de trabajo gracias a la masificación de la tecnología?
– Eso ha sido bastante importante. Antes cuando grababan era un esfuerzo grande. Todo en cinta, análogo, el trabajo era mucho más largo y más tedioso. Mi primer disco lo grabé así con Witchblade, yo tocaba bajo en esa época entonces también conozco como se hacía, pero Inquisición lo hizo incluso antes y en condiciones mucho más precarias y así y todo se sacó un súper buen material. Manolo además de guitarrista es sonidista y tiene en su casa todo lo necesario para grabar y así lo hacemos. Tenemos la comodidad de una casa, una cervecita, la buena onda. Es otra la presión a estar en un estudio, mirando el reloj, urgido porque de repente no sale una toma. Pero ahí tenemos una tranquilidad, una libertad y una posibilidad de lograr las ideas que queremos dejar registradas en los temas.
– Como precursores del heavy nacional, ¿se sienten unos héroes del rock?, ¿existe una presión al momento de componer o les da lo mismo el peso de la trayectoria?
– Yo creo, pero con respeto, no en el sentido negativo de la palabra, nos da lo mismo. No por desprecio a la gente, sino porque nos mueve mucho más nuestro deseo artístico, que sabemos que siempre va a ser relacionado con el rock y la gente lo va a disfrutar porque va a estar ejecutado de forma profesional. Pero no sentimos esa presión. De hecho en este disco yo creo que se va a notar bastante más. Estamos haciendo más experimentación con nuevos sonidos, estructuras que antes no se habían escuchado. Aunque es distinto a lo hecho antes, creemos va a gustar a la gente.
– ¿Tienen fecha de estreno para ese material, se puede escuchar un avance, manejan un nombre tentativo?
– La verdad es que es un disco que está medio lanzado. A medida que hemos ido grabando temas los hemos ido publicando en Myspace y Facebook. Hemos sacado cinco. “Electroquinesis”, después “Miedo” y “Opus Dei”, el tema que le daría nombre al disco. También sacamos un par de covers. “Carretear”, que es un cover a “Ballroom Blitz”, el clásico de The Sweet, al que le pusimos una letra a nuestra manera y aterrizada a la cultura chilena. Y por último un tributo a Tumulto con el tema “Sin dinero”.
– Como uno de los baluartes del heavy chileno, ¿quiénes serían sus herederos o qué bandas piensas que están haciendo un buen trabajo en este género?
– En mi gusto personal, no podría opinar por el resto de los integrantes, me gusta mucho Delta. Tengo la suerte de conocer al tecladista Nicolás Quinteros. Hace poco grabamos un disco con él y Guillermo Olivares, guitarrista de Human Factor. También SteelRage creo que hace un buen trabajo. No conozco mucho más, no por un desprecio al rock nacional, pero últimamente ni siquiera estoy escuchando tanto metal.
– Muchas gracias por tu tiempo Paulo. Invita tú mismo a nuestros lectores para Leyendas del Rock del próximo 22 de agosto.
– Un gran saludo. Va a ser un agrado verlos el próximo sábado en el Teatro Teletón. No me cabe duda que tanto por Inquisición como por todas las otras bandas que participarán van a vivir un súper buen momento. No lo piensen dos veces y vayan a comprar su entrada porque van a vivir un gran espectáculo de heavy metal.