De un tiempo a esta parte las productoras han asumido el compromiso de saldar deudas históricas y reunir con años de rezago a nombres célebres del género con sus incondicionales chilenos. Voivod, leyenda e ícono del metal mundial, fue el último en sumarse a la nómina, en una jornada que también incluyó a sus compatriotas Exciter, varias bandas locales y en un principio a Forbidden, quienes abordaron el vuelo atrasados y acabaron presentándose cuatro días después en el Club 334.
Llegábamos a ver a Massakre y Dorso como previa, quienes desarrollaron un show con sonido regular, lo que no mermó el entusiasmo de una turba de adolescentes reencantados con los precursores ochenteros. Todos se preparaban para el plato fuerte mientras se cambiaba el backline para Exciter, quienes miraban de cerca e incluso ayudaban en esta tarea. Los canadienses salieron al escenario aportando un bombazo de energía. El sonido demoledor de la guitarra y una batería aplastante no dieron tregua durante la ejecución de más de 12 temas, interpretados por un frontman de potente registro y rebosante de energía en cortes como “Heavy Metal Maniac” y “Violence & Force”.
Ver y escuchar a Voivod fue un anhelo postergado por décadas para quienes se iniciaron en el metal cuando éste recién nacía. Unos más fans que otros, pero una banda imprescindible para los auténticos amantes del género. En ese ambiente es cuando suben al escenario cargados de energía interpretando una serie de temas clásicos, en especial de sus dos primeros discos. Se torna indescriptible la sensación y emociones al momento de presenciar este show. La cabeza se llena de recuerdos y situaciones con Voivod como soundtrack.
Las emociones se vivían también sobre el escenario, lugar reservado para técnicos y roadies y que como nunca estaba lleno de gente observando el trabajo de la banda. Incluso los propios Exciter. De inicio a fin el sonido fue espectacular con una nitidez de todas sus líneas. Blacky en el bajo hacía de las suyas con una potencia y energía que ponían cada vez más eufórico al público. En el corte “Global Warning” Snake se manda una coreografía de lujo sobre una tabla de skate de aire que sacó aplausos extras ya que el desempeño fue excelente con ese registro y fraseo único e inconfundible.
Ya se preparaba la última sección del show con clásicos temas como “Tornado”, “Voivod” y para cerrar una presentación de lujo el cover de Pink Floyd “Astronomy Domine” en versión Voivod con Michel desarmando la batería, Blacky haciendo un stage diving que nadie.
SEGUNDA PARTE: FORBIDDEN
Forbidden se presentó el martes siguiente en un ambiente donde reinaba la sensación de cobrar algo inconcluso. No daba lo mismo no ver a Forbidden en Chile, una leyenda de tanta influencia para una de las escuelas del thrash metal. Si bien muchos no pudieron acudir a esta segunda vuelta, gratuita para quienes asistieron al Chargola Fucking Fest, el local se vio bastante lleno. Un espacio más estrecho para la banda lo que se hizo notar al momento de salir al escenario.
Todos pedían a Forbidden y pasado las nueve se dejaron caer toneladas de riffs pegadísimos. La entrada la hacen con “March Into Fire” dejando claro que el sonido no sería el fuerte del evento. La batería no se escuchaba bien, caja y bombo se perdían, pero aun así la audiencia cantaba los temas superando el volumen del clásico y carismático frontman Russ, que hasta se dejó tomar fotos con los tipos que se subían una y otras vez.
Así se vinieron una serie de temas clásicos, sobre todo de sus dos primeros discos “Forbidden Evil” y “Twisted Into Form”, interpretados con gran fuerza en particular en las guitarras, con Locciero contagiando al público a cada tema. A mitad del show se realiza una pausa a raíz de un desperfecto con el equipo de guitarra de Steve, espacio en que el público se reacomoda y el lugar se hace menos sofocante. De ahí en adelante Russ comenzó a tener complicaciones y salía del escenario a cada momento en que no cantaba. No se sabe si fue el calor, la presión o algo a la voz pero terminaron cerrando con “Chalice of Blood” sin él. Ronda en nuestra mente la idea de que si Forbidden se hubiese presentado el viernes en el Caupolicán otro gallo cantaría. La mejora en sonido hubiese sido notoria si dejamos como antecedente el sonido de Exciter y Voivod. Pero un show de solo clásicos dejo a los asistentes bastante conformes.
Fotos por María Loreto Correa y Julián Pacheco
Texto por Sergio Evans