Dark Tranquillity supo de la exuberante devoción del público chileno hace solo dos años. Aunque en honor a la verdad, la relación de los suecos con la fanaticada local mostró sus primeras señas durante la agitada época del intercambio de casetes, cuando como personajes capitales de la escena de Gotemburgo enviaron y recibieron misivas escritas por gentes de puntos tan distantes como esta esbelta franja de tierra.
Hoy, la banda considera a la chilena una de las audiencias más apasionadas que ha enfrentado. Ni bien se apagaban las luces del Teatro Teletón, los seguidores del sexteto escandinavo empezaron a aclamarlos. En el fondo del escenario, la proyección de unos relojes en movimiento anticipaba un espectáculo audiovisual que se prolongaría durante casi dos horas. “At The Point Of Ignition” dio el vamos y “The Fatalist”, demoraría en comenzar lo que los técnicos se apuraban en resolver un pequeño entuerto.
La intensa “Focus Shift” establecía la marca registrada de los suecos. Esa combinación de agresividad y melodía que define el sonido death metal de Gotemburgo y que en la actualidad tiene en Dark Tranquillity uno de sus mayores referentes. ¿La receta? Una voz gutural, pero comprensible, guitarras afiladas con gran vocación melódica, bases electrónicas, profusos cambios de tempo y una pizca de progresivo.
El setlist incluiría cortes como “Final Resistance”, “The Wonders At Your Feet”, “Lost To Apathy”, “Shadow In Our Blood” y “The Grandest Accusation”, las dos últimas contenidas en “We Are The Void”, el disco 2010 de los europeos. Tras interpretar “The Lesser Faith”, Mikael Stanne agradecía el entusiasmo de los fans nacionales e indicaba a los rezagados de platea que había reparado en su presencia y que sería genial si pudieran unirse al público de cancha y así ocupar los sendos espacios vacíos que quedaban a cada lado del escenario. Rápidamente, alguien de la primera fila debió aclararle que se trataba de dos localidades distintas, y el cantante se disculpaba.
Uno de los instantes más íntimos del recital tuvo lugar durante la emocionada interpretación de “ThereIn”, un emblema de toda la belleza contenida en el álbum “Projector”, todavía hoy considerado la cúspide de sus registros. En ese momento Stanne cedió el micrófono a la concurrencia que conocía de memoria el estribillo. “It was solid/yet everchanging/it was different/yet the same/so I starve myself for energy”.
Pasadas las 10.30 el vocalista introdujo el tema que cerraría el recital, “Terminus”, citando el coro que inspiró el título de su reciente DVD: “where death is most alive” o “donde la muerte está más viva”. Concluía así una performance tan técnica como afectiva. Los músicos bajaban del semicírculo que forma el escenario para estrechar las manos del público, dar las gracias e incluso beber una cerveza en su nombre.
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“GOTEMBRUGO ES UN
SELLO DE APROBACIÓN”

– ¿Cómo ha sido la evolución de vuestra música? Dark Tranquillity ha experimentado mucho durante estos 20 años.
– Pienso que nos esforzamos en tratar de mejorar el trabajo de álbumes anteriores. Es una suerte de reacción, un comienzo nuevo y fresco. Lo que sea sentimos en ese momento es lo que hacemos, no decimos este álbum es así y el siguiente álbum será diferente. Es solo cuestión de encontrar qué es lo que te importa en ese momento. Para mí, los álbumes son como cápsulas de tiempo, realmente capturan lo que está sucediendo en la banda, en nuestras vidas, en nuestras mentes, en el momento en que hacemos la grabación. Por eso cuando miramos atrás nos sentimos satisfechos, incluso si ahora somos una banda mucho mejor, aún lo apreciamos porque hicimos lo mejor que pudimos en ese instante.
– ¿Qué piensan respecto a la actual escena de Gotemburgo?
– En estos días no hay mucha escena. Ya nadie está en casa, andan todos de gira. Existe una especie de nueva generación de bandas, pero todos andamos en tour y nunca nos vemos. Existe una escena underground desarrollándose, aunque no tenemos mucho tiempo para tomar parte de eso, pero definitivamente está ahí, está pasando. Desafortunadamente, es difícil para estas bandas destacar y evitar ser etiquetadas sólo como otra más de Gotemburgo.
– Mikael, ¿cómo es tu relación con In Flames y Hammerfall, bandas donde fuiste vocalista en sus inicios?
– Siempre ha sido excelente. Gotemburgo es una ciudad pequeña, crecimos juntos, cambiamos miembros. Esa es parte de la razón de su éxito, porque es una competencia saludable, no una competencia, sino que es aliento. Tú miras a las otras bandas y dices “hombre, esto está increíble”, trataremos de inspirarnos y hacer algo distinto. En general, lo que más me gusta de Gotemburgo es que es todo de alta calidad. Es un sello de aprobación.

– ¿Cómo ha sido la recepción de su nuevo álbum, “We Are The Void”?
– Ha sido muy, muy bien recibido. Los fanzines o bien lo han adorado más que a cualquier otro álbum o no. Es un poco extraño. Es un álbum polarizado en lo que se refiere a su recepción. Creo que porque el álbum es muy emocional y muy poderoso, incluso si lo entiendes o no. Personalmente, creo que es lo mejor que hemos hecho jamás. Muestra mucha madurez en la banda, es nuestro álbum más serio e intenso.
– Para muchos “Projector” es “el” álbum de Dark Tranquillity.
– Para nosotros es muy difícil. Hubo mucho de reacción al hecho que todos pensaban que solo éramos otra banda más de Gotemburgo. No queríamos ser sólo un género, un alias o una etiqueta. Se siente raro. Quisimos apartarnos cuanto nos fuera posible, tomar distancia y probarnos a nosotros mismos y los demás que no somos sólo eso. Por eso es que “Projector” es muy, muy importante, aunque en su tiempo el álbum fue muy incomprendido.