Review: Acheron


Acheron
The Final Conflict – The Last Days Of God
Ibex Moon Records
2009

El “reverendo” satánico Vicent Crowley regresa a la carga con sus “acólitos” para relatarnos los días finales de Dios, a base de puro black death de la vieja escuela.

La evolución en cuanto a composición y sonido en contraste con la última oportunidad que tuve contacto con la banda –a través de un LP titulado “Antigod, Antichrist”- es en verdad impresionante, puesto que en este trabajo discográfico las guitarras suenan filosas, precisas y consistentes. Un tridente que da como resultado riffs demoledores que recuerdan la época más inspirada de Morbid Angel e Incubus de los ochenta, mezclado con una pizca del Entombed de los años del “Wolverine Blues”.

Estos guiños se hacen evidentes en cortes como “Rise Of Rebellion”, “Godless (We Are Gods)” y “Power And Might”, tema destinado a convertirse en todo un himno de la música extrema a nivel mundial. “Millenium’s End” es otra prueba de que Acheron busca expandir sus horizontes, hacia donde se encuentren verdaderos bangers sedientos de canciones que honren el nombre del metal y brinden razones de peso para seguir ligados a los sonidos más brutales. El tecnicismo de cada una de las composiciones es otro factor a destacar, puesto que su estructura no cae en la monotonía en ningún momento. Simplemente avanzan o más bien dicho arrasan, sin dejar espacios para detener la autodestrucción de nuestros cuellos al compás de los convincentes 10 tracks que componen la producción.

Con “The Final Conflict – The Last Days Of God”, Acheron deja de ser una promesa para convertirse en una sólida realidad destinada a ser el banquete más apetecido por los adictos a los sonidos extremos clásicos. Una esperanza frustrada con la decisión de los músicos de poner fin a la banda luego de 12 años y cinco álbumes de estudio. Estés de acuerdo o no con el contenido lírico de este disco, te aseguro no te arrepentirás de escucharlo, pues es una joya para todo aquel autodenominado metalero. No apto para seguidores del metal blando. Brutalmente adictivo, ciento por ciento recomendable.

Por Rodrigo Bustamante Fuentealba

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