Review: Modern Funeral Art


Modern Funeral Art
Doom With A View
Independiente
2009

El segundo larga duración de la banda francesa Modern Funeral Art es un gran álbum que desde el primer tema trae a la memoria las guitarras de los discos iniciales de Cathedral. Esos riffs inconfundibles se suman a la voz lúgubre del vocalista, quien en algunos pasajes posteriores adopta un fraseo muy rockero, escapando del molde doom. Aunque suene raro, me recordó un poco a Dead Kennedys. En fin, todo está permitido y no existen límites para Modern Funeral Art.

En “Doom With A View” no existen las voces guturales y el trabajo vocal se basa en una descarnada interpretación que me trajo a la mente a los maestros de Thergothon y reminiscencias de Katatonia de 1998. En las guitarras se advierte una clara influencia de Macintosh de Paradise Lost, sobre todo su labor en los primeros discos de los británicos. Siempre busco estos hilos conductores cuando me dispongo a escuchar un material, y no con el fin de aplastar a una banda. Todo lo contrario. Pienso que aquí radica la magia de su arte, en especial el de esta agrupación que conjuga muchos elementos alcanzando un sello bastante particular y atractivo, sobre todo si se es de la impresión de que ya todo se hizo antes.

Modern Funeral Art es una excelente apuesta. Muy contemporánea, pero sin abandonar las influencias que le dan vida a toda banda. Por una parte poseen un vínculo con el doom, característica que en lo personal valoro demasiado, y el toque justo de rock depresivo. El álbum presenta nueve tracks cargados de energía y melancolía, aunque debo confesar que la segunda mitad del disco me dejó enganchado por los riffs y tempos utilizados por este trío para desarrollar un magnífico doom melódico. Simplemente resta recomendar este disco. No se arrepentirán.

Por Sergio Evans

Review: Blood Of The Black Owl


Blood Of The Black Owl
A Banishing Ritual
Bindrune Recordings
2010

Los sonidos rituales presentes en el tercer álbum de Blood Of The Black Owl inducen a un trance hipnótico. La propuesta de los estadounidenses es densa e intensa. Su placa más reciente consiste en un único tema, “A Banishing Ritual (Into White)”, de 41 minutos de duración. En ellos se combinan un doom de tempos aletargados, repetitivos, soporíferos, y el compás de un ceremonial aborigen de purificación de almas o acercamiento a la divinidad.

“A Banishing Ritual” es un álbum que no acepta medias tintas. O su languidez lo convierte en un disco intolerable o su carácter litúrgico obliga a sumergirse por completo en las emociones que sus compositores intentaron plasmar. Chet Scott, Daniel Herod y James Woodhead, integrantes del proyecto, apuntaron que éste es un trabajo demasiado personal, e incluso en un momento lo estimaron muy íntimo como para editarlo de manera comercial. No obstante, y para beneficio de quienes gustan de piezas experimentales, la banda escogió compartir su propuesta.

Review: Boon


Boon
The Almighty Love
Noisehead Records
2010

Sonidos alternativos, atmósferas intimistas y matices progresivos se fusionan en esta nueva producción de los australianos Boon. “The Almighty Love” es un extraño viaje musical a través de canciones que cambian de ritmo de modo constante, proporcionando un agradable toque de versatilidad a la suficiencia interpretativa de sus músicos y testimoniando también las cualidades creativas de quienes componen dentro de la banda.

Boon se da el lujo de pasar de cortes melódicos e experimentales como “The Growing Black”, el tema que da inicio a la placa, a otros más gancheros y prendidos como “Right Now” y “Love Raider”, track en que la base rítmica suena stone/rockera de principio a fin.

“Days of Fate”, “Dead Mind” y “Engine Machine” continúan el hilo conductor del disco, mientras que en “Your Resistance” los riffs y solos al más puro estilo Maiden se complementan junto con partes que recuerdan en cierta forma a Slipknot. “The Old Story”, “Secret Scars” y “Never” ponen fin a una producción que destaca por la frescura y la modernidad de su sonido.

Si algo podemos resaltar de Boon es su actitud para no casarse con ningún estilo musical determinado, y aún así mantener el carácter lúdico de la estructura de sus composiciones a través de los 10 cortes del disco. Cuarenta y cinco minutos recomendables para aquellos que andan en busca de un disco de espíritu independiente, honesto y poco predecible.

Por Rodrigo Bustamante Fuentealba

Review: Q


Q
Seven7een
Rat Pak Records
2007

Solo una consonante para bautizar a una banda proveedora de un sonido enorme, orquestado por la potente voz de Missy B. A través de su interpretación, en la forma de canto o de desgarradores gritos, esta frontwoman proyecta una angustia similar a la de Jonathan Davis en Korn, aunque su música indaga otras aristas como los elementos electrónicos que también cautivarían a un público más ligado al industrial e incluso las pistas de baile.

“Seven7een”, hasta la fecha su único álbum, presenta una interesante fusión de hard rock con sintetizadores. Los samples están aquí y allá, pero de todos modos sería una mentira afirmar que Q no es una banda de rock. Los estadounidenses han abierto conciertos para gente como Slayer, Mushroomhead, Lacuna Coil, Dope, Killswitch Engage, God Forbid, Mastodon y Shadows Fall y los más aventurados aseveran que encarnan la evolución del rock industrial. Una segunda placa corroboraría la tesis.

Review: Kaoscentrica


Kaoscentrica
South Hordes Arise
Australis Records
2010

Las hordas del death metal más brutal se ponen en pie de guerra contra nuestros sentidos brindándonos una buena excusa para seguir ligados a los sonidos más extremos del underground musical. Kaoscentrica, agrupación oriunda de Concepción, presenta su placa debut “South Hordes Arise”, la que a través de 10 canciones muestra una banda consecuente en la composición, compacta en sonido y con un estilo bien definido.

Estas características logran unificar la producción de modo coherente, dando como resultado una experiencia sonora fluida, que no deja espacio para la sensación de que hay cortes demasiado extensos o experimentaciones sin sentido. En 38 minutos, Kaoscentrica manifiesta toda su furia sónica. Destacan temas como “Devast”, “Denying The Herviborous Sun”, “The Last Chilean Song”, e “In Flames Messiah”, donde los riffs mid-tempo junto con otros más acelerados se complementan con las baterías marcadas y los juegos de voces guturales similares a los de Chris Barnes en sus tiempos junto a Cannibal Corpse.

“South Hordes Arise” da como resultado final un buen disco de death metal chileno, que de seguro dejara contentos a fanáticos de Deicide o Morbid Angel, gracias a sus canciones directas, rápidas, brutales y sin dobles lecturas. Como debe ser el death metal.

Por Rodrigo Bustamante Fuentealba