Stryper: gracias por concierto concedido

Ésta debe haber sido una de las pocas ocasiones en que en Caupolicán se veían tantas imágenes religiosas junto a poleras negras y jeans. Fanáticos vestidos al más puro estilo glam de los ’80 junto a un lienzo enorme donde se leía “Jesucristo viene”. Y es que el grupo que se presentaba aquella noche por primera vez en nuestro país fue capaz de convocar a tan diverso grupo de gente, que probablemente no se hubiese juntado bajo ninguna otra circunstancia.

Las luces se apagaron a las 20.30 horas y Stryper saltaba al escenario en medio de la euforia de un público de todas las edades, desde seguidores de los comienzos del grupo hasta adolescentes acompañados de sus rockeros padres. “Sing Along Song” fue el tema de partida de este show tan esperado, cuyo bonus track era la presentación de los miembros originales de este cuarteto oriundo de California. Luciendo sus clásicos atuendos negro-amarillos, Stryper dejó claro desde el primer acorde que se avecinaba un concierto del más potente hard rock. Sin pausa alguna, “Loud & Clear” continuó haciendo saltar a todos los asistentes, mientras Michael Sweet y Oz Fox deleitaban con un ovacionado solo a dos guitarras.

“Hello! ¡Hola! We love you all!” fue el saludo de Sweet quien, luego de agradecer al público, presentó el siguiente corte de 1983, “The Rock that Makes me Roll”, que va pegada a “Reach Out”. A esas alturas, el Caupolicán ya era una fiesta con todos los fanáticos coreando cada estrofa y haciendo el infaltable air guitar durante los solos.

Un cambio de chaqueta precedió a “Calling on you”, del “To Hell with the Devil”. Llegando prácticamente sin problemas a las notas más altas, Sweet demostró que sigue tan vigente como hace 20 años. Junto a Oz Fox y Tim Gaines, lograban armonías impecables y llenaban el escenario corriendo de un lado a otro. “¡Todos salten con el siguiente tema!” ordenó Sweet, y el público obedeció sin dudarlo al comenzar los acordes de “Free”.

La euforia se apodera de los asistentes y nadie deja de saltar con el siguiente corte, “More Than a Man”. El sonido es impecable y el show potente. Hasta los fanáticos más pequeños cantan junto al grupo, demostrando que la música de Stryper ha traspasado fronteras. La ovación al final de la canción crece aún más al inicio del siguiente tema, el cover de Judas Priest “Breaking The Law”, una pequeña muestra del disco “The Covering” que saldrá al mercado en octubre próximo. “Peace of Mind” y “4 Leaf Clover”, los únicos cortes de su última placa “Murder by Pride”, si bien no son lentos, bajaron un poco las revoluciones y dieron un respiro a un público que aprovechó casi de tomar un descanso luego de la fuerza de la primera mitad del espectáculo.

Sweet y compañía hacen entonces una pausa, y gritando “¡éste es el libro más importante!”, lanzan biblias al público, que enloquece por tan inesperado obsequio y se abalanza sobre los libros. Robert Sweet aprovecha también de regalar una inmensa cantidad de baquetas y lo mismo hace Fox con sus uñetas. Luego de esta pausa el show continúa con “Open Your Eyes” y la locura vuelve a apoderarse del recinto. Ni los músicos ni los fans muestran señales de cansancio al comenzar “All For One” sin un segundo de descanso entre ambas canciones.

Con la máxima capacidad de sus pulmones, Sweet presentó “The Way”, dejando la guitarra por un rato y dedicándose sólo a demostrar el inmenso talento que tiene como vocalista. Fox, por su parte, no permitió que la canción sonara menos potente y fue capaz de mantener los decibeles tan sólo con su guitarra. En medio del tema, y gracias a que Michael Sweet no tenía la guitarra en sus manos, alguien le lanzó una polera con la palabra Jesús y éste pudo tomarla y mostrarla al público, gesto que desató el delirio de todos los asistentes.

El grupo se retira entonces del escenario, en medio de aplausos y gritos, pero menos de dos minutos después vuelve a escena para interpretar “Abyss”, la intro del disco “To Hell with the Devil”, que dio paso al tema del mismo nombre. Los fans casi hacen estallar el Caupolicán y cantan aún más fuerte que el mismo Sweet, transformando este corte en el más potente de la noche. “Soldiers Under Command” vendría a continuación para crear un momento mágico entre el vocalista y los asistentes. Lamentablemente, sería el último tema del concierto.

Muchos no podían creer cuando la banda se retiró del escenario y prendieron las luces del teatro, ni siquiera cuando los técnicos comenzaron a desarmar los equipos. No es que hubiesen estado esperando alguna balada -aunque es el gran éxito del grupo, “Honestly”, habría estado un poco fuera de lugar entre los riff poderosos-, pero todos esperaban que la primera presentación de estos íconos del rock cristiano fuese un poco más larga. Sin embargo, la potencia del show, la entrega de los músicos, las biblias que regalaron y, por sobre todo, el haber visto en vivo a un grupo tan esperado por tanto tiempo, fue más importante que la duración del show. ¡Gracias, Stryper, por concierto concedido!

Por Isabel Mallea
Fotos por Bianca Zapata